Jorge Volpi, escritor mexicano:"Ojalá este libro contribuya a cambiar el funcionamiento de la justicia en México"

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El autor ganó el Premio Alfaguara 2018 con Una novela criminal, sobre el caso real de un montaje policial en su país. Aquí habla del proceso de realización del libro, sus objetivos y las complejidades de la justicia mexicana.


Cuando estalló el caso de Florence Cassez, el escritor mexicano Jorge Volpi (1968) estaba viviendo en España. Sin embargo, antes residió unos años en Francia, por lo que también tenía la conexión con ese lado de la historia.

A lo largo de su carrera, Volpi ha experimentado el cruce de géneros literarios, para dar vida a relatos fuera de lo tradicional. Novelas, ensayos y cuentos conforman el catálogo del autor que la semana pasada ganó el Premio Alfaguara de Novela, por su narración Una novela criminal, ejemplar que a partir de marzo será distribuido en hispanoamérica.

El año 2005, la francesa Florence Cassez fue detenida junto a su entonces pareja, Israel Vallarta, acusado de liderar una banda de secuestradores, llamada Los Zodiacos. La detención transmitida por televisión un día después que ocurrió, se transformó en uno de los casos emblemáticos de montaje policial. Cassez fue condenada a 60 años de prisión, y en 2013 la justicia ordenó su libertad. En tanto, Israel Vallarta continúa en la cárcel sin sentencia judicial.

¿Qué lo motivó a escribir del caso Cassez-Vallarta?

Este caso fue y sigue siendo muy relevante en México y Francia. Me impactó muchísimo cuando se devela que la detención que aparentemente se llevó a cabo en vivo en la televisión fue un montaje (es decir una operación falsa, ya prevista). Más adelante me tocó presenciar aquí en México, un enfrentamiento entre Nicolás Sarkozy y el presidente Calderón, a causa de Florence Cassez. Y yo creo que fue la lectura de Teatro del engaño, una investigación periodística de la reportera belga Emmanuelle Steels, lo que finalmente me decidió a tratar de contar esta historia de la forma más completa posible.

En su obra suele mezclar realidad y ficción. ¿Qué complejidades tuvo escribir sobre esta historia real?

Uno tiene que mantener todo el tiempo el rigor propio del periodismo. En la investigación, las entrevistas, en el asentamiento de los hechos, y utilizar las armas de la literatura para darle forma a esa narración. La imaginación también está presente, pero tiene que ser de manera explícita en los momentos en que intento llenar las lagunas que tiene el caso. Pero siempre es importante dejarle claro al lector que se encuentra frente a una conjetura o una ficción a partir de los datos.

¿Hay alguna diferencia fundamental del proceso de realización de Una novela criminal, con sus obras anteriores?

Sí. En el sentido de elaboración. Es un libro muy diferente a lo que hubiera hecho antes. Nunca me había tocado confrontarme con la realidad inmediata, con hacer una enorme cantidad de entrevistas a los participantes del caso, a estar revisando minuciosamente el expediente, y luego con ese magma inmenso de datos, encontrar una forma literaria que permita darle cierto orden y coherencia a lo que es el magma caótico de lo real.

¿Cómo recibieron los protagonistas la realización de este libro?

A los protagonistas centrales que son Florence Cassez e Israel Vallarta, tuve ocasión de entrevistarlos largamente. A ella en Francia, Dunkerque, donde ahora vive. A Israel en la prisión de máxima seguridad El Altiplano, a una hora y media de Ciudad de México, y ambos estuvieron muy de acuerdo y conformes de contarme su propia versión de los hechos .

A través de este caso, Una novela criminal da cuenta también de un sistema judicial mexicano bastante cuestionable. ¿Qué opinión tiene al respecto?

Este caso yo creo que en alguna medida fue un antecedente de la guerra contra el narcotráfico. Hay irregularidades que son enormes en nuestro sistema de justicia, sigue siendo lento e ineficiente por un lado, plagado de corrupción por otro, y donde la tortura es una práctica sistemática.

Usted fue parte de la llamada "generación del crack" ¿Qué importancia tuvo esa época para sus obras posteriores?

Para mí fue crucial. El crack, lo decía en alguna medida, se terminó con la muerte de Ignacio Padilla, pero con los demás sigo siendo muy cercano. Pedro Angel Palou y Eloy Urroz, los otros escritores del crack, leyeron el manuscrito y gracias a sus recomendaciones me decidí a una reescritura en algún momento del proceso que creo que finalmente dio origen a la versión final del texto.

¿Qué referencias son fundamentales en su obra?

En general, la lista aspira sobre todo a tratar de hacer más preguntas sobre el mundo, la realidad, y particularmente, sobre el comportamiento y conducta de los otros. Mi objetivo es tratar de conmover y en caso extremo, de cambiarle un poco la vida a los lectores. Ojalá este libro contribuya a que cambie la manera como funciona nuestro sistema de justicia en México y creo que en America Latina es una constante. Y por supuesto, que permita tal vez llevar a cabo que algunos de los detenidos de manera irregular puedan alcanzar la libertad.

¿Qué importancia le atribuye a este premio?

Por supuesto es muy emocionante, y también muy emocionante que Fernando Savater haya sido el presidente del jurado compuesto por escritores muy notables. Y sobre todo, creo que este premio me va a dar una visibilidad y espero que eso también contribuya a que tenga más lectores y que muchos de los lectores en otros países estén más conscientes de cómo funciona la justicia.

¿Trabaja en alguna nueva novela?

No, en lo absoluto. Terminé este libro hace muy poco. He decidido darme este año sabático de escritura para decidir qué hacer en el futuro.

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