Cacique terminal

SAN LUIS COLO COLO SAGREDO
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Colo Colo acrecienta su crisis tras caer por la cuenta mínima ante San Luis y llega de la peor forma posible al Superclásico del domingo. El ex albo Boris Sagredo logró el agónico tanto en los descuentos y lo celebró eufóricamente.



El partido en Quillota no arrancó como cualquier otro. Es que, en todo caso, no era cualquier otro después de la voltereta del viernes de Pablo Guede, donde renunció pero no se fue de Colo Colo. El de ayer era el primero después del espectáculo dado por el Cacique antes del fin de semana. Y los hinchas se manifestaron. Pasa que el entrenador perdió el poco crédito que le quedaba con los fanáticos tras su abortada partida del Monumental.

Minutos antes de arrancar el duelo, el cántico de los hinchas sonó fuerte: "¡Oh, Guede ya se va, ya se va, ya se va, Guede ya se va!". El mismo se repitió al final, tras la derrota. Y quizás por eso el estratega no salió de la banca de suplentes en todo el partido, con excepción de la pausa para tomar agua, donde sí dio instrucciones.

En la cancha, en el primer lapso, el equipo albo se vio tan predecible como la voltereta tras la no renuncia de su jefe. Sin Valdés en la citación y Paredes entre los suplentes, el Cacique apenas avisó tres veces en los 45' iniciales. Dos en los pies de Rivero, el encargado de llevarse el peso del ataque, y una en los de Orellana. Y nada más. Al frente, claro, el colista San Luis tampoco aportaba mucho. Por eso, el calor y un Colo Colo que aún no se sacude de su autoboicot, el partido se hizo muy soso.

Lo que sí que hubo fue pierna fuerte. Que ambos equipos estén evidentemente nerviosos con sus presentes provocó que antes del descanso fuera todo muy friccionado. No por nada Piero Maza, el juez, mostró cinco cartulinas amarillas en la primera etapa y diez en total. De juego, poco y nada.

En el complemento, la emoción -y la polémica- llegó a los 62'. Lara había decretado el 1-0, el árbitro lo había cobrado y hasta el línea corrió hacia la mitad de la cancha. Pero ante los reclamos de Orión, los jueces, con el cuarto incluido, tuvieron un cónclave en el que determinaron anular la conquista por una posición de adelanto de Carlos Escobar, quien no tocó la pelota, pero para los encargados de impartir justicia sí participó de la jugada. Si hasta a Guede, sorprendido y quien preparaba el intento de remontada, se le vio decir "¿y qué cobró?". Otra vez un árbitro es protagonista en el fútbol chileno. Ya es un mal crónico. Porque el cobro fue errado y el proceder, muy malo. Y lento.

El marcador seguía sin goles y el DT colocolino mandó a la cancha a Paredes y Meza para intentar volcar el partido a su favor. Pero el que subió su nivel fue el elenco canario, que comenzó a transformar en figura al portero albo. El alza del local coincidió con la salida de Claudio Baeza, el que ponía el equilibrio en los blancos. Los quillotanos también contaron con Ignacio González, quien respondió con una portentosa atajada a Visogol, que ya suma siete partidos sin convertir. Y si el goleador y referente anda mal, el equipo lo siente.

Colo Colo hizo muy pocos méritos para quedarse con los tres puntos. Y al revés, San Luis encontró su premio en el segundo minuto de descuento. Boris Sagredo logró el gol del triunfo y lo celebró con el alma, a pesar de su pasado albo. No era para menos. Su gol valía un triunfo ante el Cacique, inmensamente superior en planillas y presupuesto, y servía además para abandonar el último lugar.

El elenco de Macul hizo todo para perder, partiendo por la zancadilla que se hizo hace algunos días, y llega de la peor forma posible al Superclásico. San Luis lo aprovechó. Y puso la lápida.

CLAVES

  • Ansiedad compartida: San Luis, colista, y Colo Colo, en su semana más negra, evidenciaron todas sus necesidades y sus urgencias. Y el juego se resintió.
  • Salida de Baeza: Los peores momentos de Colo Colo se vivieron cuando Guede decisió sacar a Claudio Baeza, quien hasta ahó era el barómetro.
  • San Luis con tres zagueros: Ramírez sorprendió con Pino, Rojas y Sepúlveda, quien es volante de quite, como defensas. Dieron espacios hasta que se acomodaron.

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