El cansancio inventado

U DE CHILE

Rotaciones científicas o descansos caprichosos. La decisión de Hoyos de reservar ocho titulares en Quillota dispara las críticas y hurga en la herida de la debilidad física del fútbol chileno. Y de sus miedos. PFs europeos y sudamericanos exhiben sus métodos y reflexionan sobre la fatiga.



El pasado domingo la U recibió ante La Calera uno de los mayores correctivos de toda su historia (6-1). Lo hizo con un equipo plagado de suplentes porque cuatro días más tarde debía enfrentar ante Cruzeiro su cuarto encuentro de la fase de grupos de la Copa Libertadores. En una decisión discutible, pero no revolucionaria en el fútbol chileno, Guillermo Hoyos decidió dar descanso ante los cementeros a Vilches, Echeverría, Jara, Rodríguez, Beausejour, Reyes, Araos y Soteldo -y dejar en la banca a Pizarro- con la intención de que pudieran llegar en óptimas condiciones físicas al partido de mañana en Belo Horizonte. Una rotación de nueve futbolistas de la que sólo escaparon Herrera (36) y Pinilla (34). Y todo ello en el tercer mes de competición. Cuesta entenderlo. Más aún explicarlo.

"Yo creo que cuando tienes seis partidos en dos semanas ya puedes a hacer descansar a alguien, pero no es muy común ese tipo de programación", explica, de forma introductoria, el argentino Marcelo Rosemblat (54), preparador físico de Audax con una dilatada experiencia en renombrados clubes de Chile, México y Argentina; entre ellos precisamente la U.

Una sucinta reticencia a las rotaciones gratuitas que comparte John Armijo (36), PF, entre otros, de la Sub 20 de Sulantay, la adulta de Bielsa, Unión o Cobreloa, quien va un paso más allá a la hora de tratar de descifrar la decisión adoptada ante La Calera por el DT. "Yo creo que fue una prevención no evaluada. En el fútbol hay muchas modas o tendencias que uno va copiando del primer mundo futbolístico y que a lo mejor no tienen que ver con el contexto en el que uno está. Y la competencia en Chile y en Europa son distintas. Para mí no era necesaria esa rotación porque no llevan tanto tiempo en competencia, no llevan ni la mitad del torneo, y el sistema rotativo es bueno siempre y cuando se haga de la mitad del torneo en adelante, cuando los desgastes claramente son objetivos. Ahora debiera ser al contrario", manifiesta.

Pero, ¿qué opinan en Europa? Javier Miñano (50) es uno de los preparadores físicos españoles más laureados. No en vano cuenta en su haber, entre otros títulos, con dos Ligas de Campeones (2000 y 2002) y con una Copa del Mundo (Sudáfrica 2010), conquistada como parte integrante del staff de Vicente Del Bosque. "No hay una respuesta genérica, pero la rotación es importante cuando vemos que un jugador está mermado por la fatiga acumulada que te dan los partidos. Aunque hay jugadores que no soportan dos partidos a la semana durante un período muy largo porque no están acostumbrados a hacerlo o porque el nivel de exigencia les hace no aguantarlo", explica a La Tercera el hoy PF de Corea del Sur.

"Dosificar siempre es importante porque el trabajo de un PF pasa también por tratar de evitar las lesiones. En términos de fatiga, creo que cuando pasas más de cuatro semanas jugando miércoles y domingo es conveniente, pero en la mayoría de los casos son decisiones de tipo técnico, para generar esa competitividad interna que siempre es buena", indica, por su parte, Ricardo Da Silva (28), profesional con pasos por el Rayo Vallecano (España), el Koper esloveno o la selección de fútbol de Azerbaiyán.

Con apenas tres meses de desgaste (el torneo doméstico arrancó para la U el 4 de febrero) y sólo dos campeonatos en disputa (la Copa Chile aún no comienza), la política de rotaciones del equipo (esbozada también este año, aunque de forma menos radical, por el Colo Colo de Guede antes de enfrentar a Atlético Nacional) levanta ciertas suspicacias sobre el trabajo de los PFs en el plano doméstico.

"Nosotros planificamos microciclo a microciclo, distribuimos las cargas semanalmente, porque quien hoy planifica de aquí a uno o dos meses está jugando a la futurología. Pero el carácter discontinuo del calendario lo hace todo más complejo", señala Rosemblat. "Aquí no existe la especificidad con que se trabaja en Europa, donde los tiempos a veces son más acotados pero mucho más intensos . Nosotros trabajamos más de forma menos específica y en Europa se trabaja menos, pero mucho más específico", subraya Armijo.

Y de acuerdo al testimonio de los PFs del Viejo Continente, puede que sea cierto. "En un equipo de alta densidad competitiva hay una parte de entrenamiento colectivo que viene a durar unos 45 o 50 minutos y un trabajo individual que el jugador realizar antes o después del entrenamiento. Trabajos de prevención y complementarios que tienen una respuesta mucho más alta y que el 99% realiza", revela Miñano, quien fija en menos de dos horas diarias la duración de las sesiones. Y quien reconoce: "Las dobles jornadas son algo propio de las pretemporadas, algo extraordinario". Da Silva lo corrobora: "La jornada completa, entre el gimnasio y el trabajo de campo no suele superar las dos horas y media. Son sesiones cortas, pero intensas que tienen que permitirle a los clubes de primer nivel llegar bien a los 60 o 70 partidos que juegan en un año".

"No hay más horas de trabajo en Europa, ni dobles jornadas, no existen, hay otros ritmos de juego y un tema de bases físicas de los jugadores que recibes, con mejor alimentación y una conformación física desarrollada para alta competencia. El fútbol chileno es más de buen pie que de intensidad", culmina Rosemblat. Y mientras Armijo fija en una media de dos a tres horas y media la duración de las sesiones físicas en Chile, muchos siguen preguntándose por qué estaban tan cansados en Quillota nueve de los 11 futbolistas titulares del equipo que mañana enfrentará a Cruzeiro.

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