El día que Ricardo Gareca fue el verdugo de Perú ante Argentina

Hace 37 años, el ahora DT de la selección peruana dejó con un pie fuera del Mundial a su actual equipo. Una situación similar a la que se vivirá este jueves en La Bombonera.



La situación que vive Argentina es crítica. A falta de dos fechas para el final de las clasificatorias, marcha quinto y estaría jugando el repechaje para llegar al Mundial de Rusia 2018. Arriba de ellos, está Perú. Pero sólo por diferencia de gol.

Lo que ocurrirá mañana en La Bombonera será una definición de infarto y para la que la albiceleste ha recurrido a un cambio de estadio e invitación del presidente de la FIFA, Gianni Infantino. Una como la que protagonizó el ahora DT de la selección peruana, Ricardo "El Tigre" Gareca el 30 de junio de 1985.

Se jugaban las clasificatorias para el Mundial de México 1986. Argentina y Perú eran parte del Grupo 1, junto a Colombia y Venezuela. Era la última fecha, donde la albiceleste llegaba con 1 punto de ventaja sobre el conjunto peruano.

El equipo, dirigido por un cuestionado Carlos Bilardo, no encontraba la forma de doblegar a su rival y, a nueve minutos del final, perdía por 2-1. Ese resultado los obligaba a jugar el repechaje, donde esperaban Chile y Paraguay. Ni las figuras como Diego Maradona o Daniel Passarella lograban cambiar el partido. Ninguno, hasta que apareció Ricardo Gareca.

Jorge Burruchaga recibe el balón tras un despeje, levanta la cabeza y saca un centro cruzado que recibe Passarella. Este la baja de pecho por la banda derecha, encara y remata al arco de Eusebio Acasuso, que la alcanza a desviar para que dé en el palo. Fue ahí cuando, con furia, Gareca apareció para empujar nada más el balón. Era el 2-2, el resultado necesario para la clasificación directa.

Fue así que, tras el pitazo final, los transandinos aseguraron su paso al Mundial que luego los vería campeonar ante Alemania. Por su lado, Perú tuvo que jugar contra Chile, equipo que terminaría con sus esperanzas de clasificar en el repechaje.

Este jueves Gareca volverá a ser parte de una definición crucial para las aspiraciones peruanas. Ahora, desde el otro lado de la vereda. ¿Logrará su cometido como en aquella ocasión, pero con un escudo distinto en el pecho? Está por verse.

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