"Nos acostumbramos a ganar", señaló Lorenzo Reyes una vez terminado el partido. Y claro, ya son cinco triunfos en línea en el torneo local, los que además le meten presión a la UC. Acostumbrarse a ganar es bueno siempre y cuando logras entender e internalizar las razones que te llevaron al triunfo. Esa reflexión te lleva, en definitiva, a reforzar tus convicciones.

Porque en el detalle de lo sucedido ayer en Sausalito hay varios partidos en uno. Un inicio intenso de la U, que lentamente fue controlado por Everton y que tuvo a Medel y Ochoa como figuras de esa primera etapa. Y un segundo tiempo que cambia sustancialmente con el ingreso de Pizarro y Guerra, quienes alteran el ritmo de ataque de la U, en un partido que muta de manera evidente con las dos expulsiones de Everton.

Pero independientemente del resultado, Hoyos ha estado en una constante búsqueda de solvencia defensiva y un mejor balance ofensivo. Y los ha encontrado con más aciertos que errores.

Por ejemplo en la ubicación de Echeverría. Rendidor, rápido y aunque a veces se apresura, ha demostrado capacidad para el puesto. Un mejor equilibrio de Rodríguez y Beausejour, que discriminan mejor los momentos para atacar y un 10 que no es 10. Araos tiende a conectar muy bien hacia arriba con Pinilla, ya que lo busca constantemente, pero con más movilidad que un típico creador. Pendiente está Soteldo, que aún no demuestra su valía. Si no apura en las próximas fechas, el propio Nicolás Guerra le puede pasar por delante. El único que no ha tenido que mutar es Lorenzo Reyes, que sigue siendo un ejemplo de entrega y rendimiento.

Esta búsqueda llegó a buen puerto en Río de Janeiro, donde la planificación permitió encarar el partido con mayor claridad. Sin embargo, no siempre es repetible, principalmente porque el rival te obliga a cosas distintas (especialmente en una Copa Libertadores).

Sería poco esperable ver una réplica de ese partido cuando enfrente a Racing en Santiago por poner un ejemplo. Pero Hoyos ya encontró puntos en común y nombres propios. Para cómo terminó el 2017. parece un gran avance. Pero el desafío es tremendamente mayor y lo mas difícil aún está por venir.

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