Grumetes a la pelea

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Cursan el segundo año en la Escuela de Grumetes. No tienen experiencia en la vela, pero compiten con coraje en la regata más importante del país. La disciplina es su fuerte.



Su polera para navegar no está tatuada con logos de prestigiosas y lujosas marcas. Todo lo contrario, es más bien simple, sobria y blanca. Lo que resalta, es el escudo que llevan todos en su pecho: color azul marino y un ancla que se hace notar en el centro. Es el emblema de la Escuela de Grumetes de Chile, quienes a pesar de tener poca experiencia en la vela, compiten con guapeza en dos clases de la regata más prestigiosa del país. La disciplina y el trabajo en equipo son su bandera de lucha.

Dentro de la Armada de Chile, el grumete es el futuro marino que es educado para formar parte de tripulaciones en distintos buques, ellos con el correr de su carrera eligen alguna especialidad en particular. En la Escuela de Grumetes, ubicada en Talcahuano, hay cursos comunes donde se imparte la navegación en vela y los con más aptitudes para esto son seleccionados para el equipo. En la Regata de Chiloé están participando 16 grumetes a bordo de cuatro embarcaciones distintas, tres en la clase J24 y una en la categoría Crucero. Todas estas flotas son dirigidas por tenientes, capitanes y sub oficiales con experiencia en la vela.

"¡A despertarse! En 10 minutos tienen que tomar desayuno y estar afuera", dice uno de los tenientes a los grumetes que duermen en las literas del Buque Contramaestre Micalvi. Sin atrasos los grumetes están listos, parece que están adaptados, es que la disciplina y la obediencia es parte de su cotidianidad. Afuera preparan las embarcaciones para lo que será la cuarta jornada de la Regata de Chiloé. Los cocineros del buque le preparan las provisiones para lo que será un largo día de navegación desde Isla de Hornopirén a Calbuco.

"Estamos cansados ya que para competir tuvimos que navegar desde Talcahuano, hasta Castro. Fueron cuatro días. Pero vamos con todo", explica Jorge Valenzuela, grupete que compite en el J24 Guamblin. En general, los competidores de la Regata de Chiloé llegaron a bordo de aviones hacia Castro y las embarcaciones se fueron por tierra por lo tanto el cansancio acumulado es menor. A parte, las condiciones en las cuales viven en su yate de apoyo (la mayoría de los competidores tienen un yate donde comen, duermen y se duchan) son más cómodas, para menos personas y no se vive acorde al régimen marino.

Los grumetes que están participando cursan su segundo año en la escuela. "Tengo jóvenes que nunca habían practicado esto. A los deportistas de la escuela se les pide aptitudes. Yo al seleccionado de vela no les puedo pedir esto, pero si les puedo pedir actitud y eso lo tienen de sobra", explica Carlos Ojeda, naval en retiro y ahora instructor civil de vela en la escuela de grumetes.

Es que la vela no es un deporte masivo debido a distintos motivos, pese a que Chile tiene una prolongada costa. Una de las mayores razones es su alto costo tanto por el equipo, como las embarcaciones. La vela, en general es un deporte de elite y familiar. "Si no tienes tu yate, no tienes dinero, no eres marino. Es muy complicado navegar", comenta Jorge Valenzuela, grumete del J24 Guamblin. Pese a las diferencias sociales notorias en la competencia, los grumetes no lo ven como algo injusto, sino que es parte del desafío. "Ellos se acercan socialmente a un mundo que muchos desconocen pero se adaptan bien. La formación en cuanto al trato y al respeto. Siempre conscientes en su sitial y las diferencias sociales", explica Carlos Ojeda.

"Primera vez que participo en una regata grande y tan importante. Es un desafío nuevo, una aventura que la aprovecharé al máximo", cuenta Francisca Cisternas (19), grumete del yate Fragata que compite en la categoría crucero. Es que para estos jóvenes participar en la Regata de Chiloé es un sueño y dieron mucho por eso. Jorge Valenzuela explica que para prepararse y entrenar debieron sacrificar días libres en los cuales normalmente visita a su familia en Santiago. El joven estuvo a punto de perderse el evento debido a que lo mordió un perro. "Casi no llego, menos mal estoy acá. Esto es un sueño", explica el joven.

No tener la experiencia se compensa con otros elementos y los grumetes están seguros de eso. "Nuestro régimen es bastante estricto. La disciplina, la jerarquía, la subordinación es parte de nuestra vida. Esto se nota cuando vamos navegando, es una ventaja", dice Gonzalo Fuentes (20), grumete del yate Mariscal que participa en la categoría J24. Carlos Ojeda, instructor civil de vela, ratifica esta visión: "Nuestro orden y jerarquización natural son una ventaja a la hora de este deporte. Cuando se suben al yate tienen la ventaja de saber trabajar en equipo y seguir órdenes del capitán".

Los grumetes están convencidos de que pueden lograr resultados. Ellos afirman que vinieron a competir y darlo todo. "Tratar de hacer las cosas bien para optar a un podio. Sería hermoso", anhela el grumete Gonzalo Fuentes. El instructor ve con calma el entusiasmo de sus pupilos: "Mi principal objetivo no es ganar, es educar. Si se dan los resultados, sería espectacular". Hasta el momento el yate Fragata se ubica 11* en la clase crucero. En la categoría J24 hay tres yates de la Escuela de Grumetes, el Guafo se encuentra en la última posición debido a que en la última etapa rompieron el timón, sin embargo, lograron conseguir un repuesto. El Guamblin ha tenido una buena participación y se ubica cuarto, mientras el Mariscal está tercero y las ilusiones de podio son una realidad.

Suena la alarma, más temprano que la semana en la cual participaron en la Regata de Chilóe. Son las 6:00 am y los grumetes están de vuelta en su régimen cotidiano. Fue una gran experiencia para todos.

En la jornada de ayer hubo poco viento, pero se pudo consolidar el liderato de Itaú (en Soto40), Red (IRC), Jack Daniels (IRC Chile), Grand Siam (J105), Chucru (J70), Quique (J24) y El Olimpo (Crucero).

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