Ignacio Arroyo: "Tengo que subir de peso porque el físico marca la diferencia"

Ignacio Arroyo
Foto: Esteban Paredes.

El base cierra el año como campeón, figura y promesa. Puntal del equipo Sub 17 que ganó el Sudamericano en julio pasado, un factor que lo llevó a ser fichado por el poderoso Estudiantes de Madrid.



Ignacio Arroyo Varela (17) despide el mejor año —hasta ahora— de su incipiente y prometedora carrera. Base de los históricos Chicos de Oro, que le entregaron a Chile el Sudamericano Sub 17 de Básquetbol en julio, disfruta en Concepción de unas pequeñas vacaciones con su familia tras finalizar su primer trimestre junto a Estudiantes de Madrid, uno de los clubes de básquetbol más prestigiosos de Europa, por su afamada academia juvenil.

¿Cómo ha sido su experiencia con Estudiantes?

Ha sido una muy buena experiencia. Me he ido acostumbrando al estilo de juego, también mis compañeros y los entrenadores me han dado la confianza, me han apoyado para que el proceso sea más rápido.

Debe tener muchos compañeros que provienen de distintas partes del mundo

Así es. En el equipo hay un búlgaro, un lituano, un ucraniano, dos senegaleses y un chino. Eso me ayuda a no sentirme tan solo.

¿Cree que le ha costado adaptarse a la vida en España?

Creo que la carga va en los entrenamientos que llevamos, y en los partidos que jugamos, que son bastantes. Me levanto a los 8.30, desayuno y entro a clases a las 10.30. Salgo a las 16.20 y de ahí entreno a las 18.00. Eso, hasta las nueve o diez de la noche.

Usted estudia en un colegio que adapta sus horarios para que los deportistas puedan entrenar.

Sí, estudio en el Ortega y Gasset, un colegio para atletas. La experiencia ha sido muy buena, aunque no me ha ido muy bien. Pero el colegio te ayuda, los horarios se hacen más cómodos para uno, y el club también me apoya en las cosas que necesito, así que creo que en el tiempo iré mejorando en los estudios.

¿Qué tanto ha significado tener a su entrenador pendiente de lo que pasa con usted tanto dentro como fuera de la cancha?

Contar con Javier (Zamora) ha sido muy importante. Nos dice que si necesitamos cualquier cosa él estará allí. Además, me da mucha confianza, así que sentir eso es bastante bueno para uno que viene del extranjero y que viene a integrarse a su equipo. Así que ha sido muy importante.

¿Qué le ha comentado Javier o algún directivo sobre su desempeño? ¿Cómo lo han evaluado?

Me han dicho que voy bien, que tengo cosas por mejorar, pero que este es el primer trimestre de la temporada, así que voy bien.

¿Qué cree que ha mejorado en su juego desde su arribo a Estudiantes?

Me siento más rápido y la defensa la he mejorado, aunque allá son demasiado grandes y fuertes, así que la debo mejorar más. Y el tiro, que lo voy mejorando cada semana. Tenemos entrenamientos específicos, entonces eso me ayuda bastante.

Usted obtuvo nota cero por responder una prueba con lápiz mina en vez de pasta. ¿Lo molestaron mucho?

(Ríe) Sí. O sea, eso pasó un mes antes de que ustedes lo publicaran y como que ya se estaban olvidando. Pero luego supieron que salió publicado acá en Chile y me molestaron más.

Si la hubiese respondido con lápiz pasta, ¿qué nota se habría sacado?

Yo creo que como un seis, pero no había nada que hacer. Son inflexibles.

¿Qué diferencias hay entre Chile y España con respecto a la formación? Muchas veces acá los deportistas se ven obligados a abandonar los estudios para ser de élite, pero allá pareciera que se cuida tanto lo deportivo como lo académico.

En el club Estudiantes cuidan mucho la educación. Al fin de cada trimestre los entrenadores piden las notas de cada estudiante. Creo también que les preguntan a los profesores cómo se comporta el alumno dentro de clases. Están muy pendientes del rendimiento académico y del comportamiento del jugador.

¿Y cómo ha afectado eso en usted, ser formado de esa manera?

Yo creo que está bien. Mi mamá me ha formado con unos valores y con una conducta, así que allá lo que me diga mi entrenador o mis profesores lo voy a hacer. Y si no puedo hacerlo, lo voy a intentar. Pero siempre lo que me digan lo haré y con respeto.

No obstante, tener que rendir tanto en el colegio como en su club, ¿no se le hace la carga más pesada?

Sí, pero si alguien quiere lograr lo que quiero yo, hay que hacer algunos sacrificios. Entonces hay que cumplir en las dos facetas, tanto la de estudiante como la de jugador.

Usted se formó como jugador acá en nuestro país, pero ahora continúa este proceso en España. ¿Cuál es la clave de Estudiantes para erigirse como una potencia en la formación de basquetbolistas? ¿Qué hacen que no se haga acá en Chile?

Primero que todo, no veo mucho los entrenamientos de los niños chicos, pero cuando me toca verlos, entrenan todas las semanas, aunque sea una hora. Cuando hablo de niños me refiero a 7 u 8 años, para arriba. También desde esa edad comienzan a preocuparse de su formación académica y de su comportamiento en la cancha y fuera de ella. Y están siempre entrenando, además de que su tratamiento físico es de primera. Si tienen alguna lesión los tratan como si fuesen profesionales. A todos los tratan por igual. Entonces eso va sacando claras diferencias junto con el entrenamiento del día a día.

Y contar con instalaciones de primer nivel también debe ayudar…

Hay algunos equipos -creo que en total son 42 en formación que tiene Estudiantes- que les toca entrenar afuera, en unas canchas de cemento. Y lo hacen igual, así que no creo que la infraestructura afecte tanto en el desarrollo de un jugador. Si alguien quiere hacerlo, va entrenar igual donde sea. En canchas de cemento, afuera, al aire. Dedicación, esfuerzo y vivir el básquetbol.

En ocasiones juega contra adultos, ¿cómo ha visto su desempeño en esos partidos?

Allá juego en dos categorías. En la junior, que son jugadores del 2000 hacia adelante; y en la liga EBA, que es todo competidor, y es la cuarta en importancia en España. Allí jugamos con chicos jóvenes, pero los otros equipos tienen adultos y extranjeros. Mi rendimiento ha sido bueno, aunque tengo que subir de peso. Como allá son ya hombres, el físico marca la diferencia, pero creo que he tenido un buen desempeño y como equipo vamos mejorando.

¿Se siente preparado para una eventual nominación a la selección adulta de básquetbol? Está pronto a cumplir 18 años, ganó un histórico Sudamericano, está en España…

Creo que sí, pero hay que ir paso a paso. Primero quiero concentrarme en mi propia categoría de la Selección, ya que se vienen los Odesur y el Premundial, además de seguir enfocado en Estudiantes. Y si el llamado llega sería muy feliz, ya que se trata de la selección adulta. Si llega en estas ventanas del nuevo formato, sería muy bonito.

¿Qué podría aportarle a la selección adulta?

Energía. Energía y disposición para hacer todo lo que pidan.

Se le cierra un año en donde fue campeón de América y en el que fue fichado por uno de los clubes con más prestigio en Europa. ¿Cómo valora este 2017 y que espera de 2018?

Fue un año muy bueno. Antes de salir campeón sudamericano estuve en Estados Unidos, lo que también fue muy bueno. Entonces, ha sido, basquetbolísticamente, muy bueno para mí. Y espero que el 2018 sea mejor aún. Y personalmente muy bien también, pese a que me ha tocado estar lejos de mi familia. A la larga, los sacrificios van a pagar.

Se vienen los Odesur y el Premundial. Este último es la antesala para clasificar a la máxima cita planetaria, algo que no sucede hace casi medio siglo. ¿Cómo ve estos desafíos y cómo se siente para enfrentarlos?

Me siento bien. Ansioso. Tenemos grandes posibilidades de clasificar al Mundial. Tenemos que empezar a trabajar desde ya, con los jugadores que estén acá o con los que estén en el extranjero que tienen permiso. Y prepararse que será un torneo muy duro, aunque tenemos las capacidades para clasificar.

En ambos torneos ustedes van como favoritos…

No sé, pero después de salir campeón sudamericano la presión está. Pero tenemos que estar tranquilos. Tenemos que ir y jugar como si no hubiésemos ganado nada. Ser los mismos y jugar como lo hicimos antes. Siempre con las ganas de conseguir más.

Su apellido es Arroyo aunque en sus camisetas coloca Varela. ¿También lo hace en España?

No usamos el nombre en Estudiantes, solo los números.

La última vez mencionó que no tenía pensado cambiarse el apellido. Sin embargo, en enero cumple 18 años. ¿Sigue pensando lo mismo?

Es que en realidad nunca me lo he planteado, entonces creo que no.

Y en ese sentido, ¿sigue sin contacto con su padre?

Sí.

¿Cómo se proyecta a futuro? Me imagino que debe tener una idea de lo que puede llegar a conseguir.

Por ahora me gustaría terminar mi formación, luego ya voy viendo esto de la liga ACB y la liga europea, que antes no lo seguía mucho, pero como ahora estoy allá lo sigo bastante; y sería muy bonito poder llegar a jugar algún día la ACB con Estudiantes. Y después, ver si se puede llegar a la NBA.

¿Planea comenzar a direccionar su carrera hacia Estados Unidos o le gustaría seguir en Europa?

Si se me da la posibilidad de jugar en la ACB o con un equipo grande de Europa, yo feliz.  Pero si se llega a dar la NBA, más feliz aún. Es donde todos quieren ir.

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