La semana pasada, después de ganarle a Palestino en los descuentos, le pregunté a Francisco Bozán si se sentían candidatos al título. El entrenador de la Universidad de Concepción dudó una fracción de segundo, la suficiente para que se hiciera un silencio, y, entre palabras entrecortadas, dijo que él se tomaba el asunto con seriedad y respeto, que era muy pronto para emitir juicios… En definitiva, ante la perspectiva de que le endilguen el protagonismo, y con ello la responsabilidad, el joven entrenador prefirió tirarla lejos.

Si el campeonato fuera corto, el partido del próximo fin de semana entre la UDC y la UC en el Ester Roa sería adornado por las guirnaldas de "final anticipada" o "duelo decisivo". Como todavía queda la mitad del paño para cortar, con el receso del Mundial en el medio, es sólo un partido entre los líderes del campeonato, que insinúa pero no define, que empuja pero está lejos de depositarte en la meta. Pero, cuidado, que si la Universidad de Concepción le llega a ganar y alcanzar a Católica en la punta, sería bueno que ellos mismos, desde el entrenador para abajo, se tomen en serio sus propias capacidades y alcances. Y para eso, necesitan una mentalidad y convicción profunda. Que una vez instalados en la cima, no les tiemble la pera. Siempre es más fácil venir de atrás, bien arropado en el centro de la tabla, sin notarse ni meter bulla. Que nadie se la tome contigo y te deje hacer tu trabajo en calma. En el Apertura 2015, con Ronald Fuentes en la banca, la propia Universidad de Concepción se empinó en la punta tras golear 4-1 a la U en el Cap. Pero a la semana siguiente cayeron ante Audax en La Florida y después empataron con Iquique en Yumbel, permitiendo que Colo Colo les diera caza. Alguna vez conversamos con Ronald Fuentes del tema, ya estaba fuera de la banca, y reconoció que se los había comido la presión de ser líder.

Este campeonato, como se dijo en el primer párrafo, es distinto. Acá la variedad y riqueza de plantel pesa mucho. Sobre todo en las últimas fechas. A la Universidad de Concepción no le sobra nada, pero tampoco está tan mal en comparación con otros equipos. Desde ya, cuenta con varios jugadores con títulos y trayectoria en el cuerpo: Hugo Droguett, Luis Pedro Figueroa, Pedro Morales o Cristián Muñoz. Aunque no jueguen, caso de Morales y Figueroa, mantienen el camarín tranquilo, trasmitiendo seguridad y calma en los momentos complicados. Sumemos que el equipo de Bozán debe ser uno de los más aguerridos, al filo del reglamento, sino el más del campeonato. Físicamente sorprende, por algo es capaz de ganar tantos partidos viniendo de atrás. También debe ser, lejos, el que mejor trabaja las pelotas detenidas en el fútbol chileno. Es un cuadro simple: la revienta cuando hay que hacerlo, por algo, y al contrario de tantos en nuestro fútbol, no le hacen goles por perder la pelota saliendo desde el fondo.

La línea defensiva es muy dura, aplicada y tiene gran salida por las bandas, sobre todo por el lado de Ronald de La Fuente, que maneja muy bien el puesto de lateral izquierdo. También en la línea media hay mucha aplicación con Manríquez y Camargo, que se suma a la inteligencia y pegada de Droguett, quien sigue dando cátedra en el fútbol chileno, la habilidad de Meneses, la presencia en el área de Walter Ponce y el siempre picante Huentelaf. Sumemos a Silva, Benítez y algún otro. Lo cierto es que Bozán no tendrá 25 jugadores, pero tiene entre 18 y 20 para pelearla.

No se trata de ponerle un rótulo que no le corresponda o meterle presión con tanto campeonato por jugar, pero es bueno que la Universidad de Concepción comience a creérsela. Hay momentos en que el fútbol te da la oportunidad…

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