Las anécdotas de Luis Bonini, el hombre que quería quedarse en la Roja

BONINI

Principal motivador y nexo con Bielsa. El PF logró un estrecho vínculo con los jugadores en su paso por Chile y la Selección, desde donde no quería partir cuando Bielsa comenzó a dudar.



Luis Bonini falleció este jueves, generando reacciones en todo el mundo. Futbolistas, dirigentes y entrenadores de diversas partes del planeta han expresado su pesar por el fallecimiento del PF, en especial en Chile, donde se le recuerda con cariño por su paso por la Selección Nacional.

La historia del argentino en la Roja, que se extendió desde agosto de 2007 hasta febrero de 2011, está llena de anécdotas. Con su personalidad y ascendencia sobre el plantel supo ganarse el cariño y respeto de todos. Era el de los detalles, tal como contó alguna vez Roberto Cereceda. "Se preocupaba hasta de lo más mínimo. En los aeropuertos, que no hiciéramos desorden, que estuviéramos ordenados en las escaleras. Estaba encima de todo". También era el de la disciplina, el nexo con Bielsa y el principal motivador.

Su forma de ser le valió entablar relaciones más allá de la cancha con los futbolistas. Como con Alexis Sánchez, quien nunca se olvidó de las herramientas que recibió y, en uno de los momentos más importantes de su vida, recordó al preparador físico. "Te impresionaba la seguridad en sí mismo. Él me decía: 'Luis, yo voy a ser el mejor jugador del mundo'. Es un crack. Tuvo un gesto hacia mí que me emocionó. Cuando él llega al Barcelona, antes de la presentación, me llama por teléfono. Yo estaba en el Athletic y le pregunté dónde había conseguido el número. Había llamado al club y lo consiguió. Me saludó y me agradeció", contó el propio Bonini en 2014.

Historias con los deportistas tiene de sobra. Una relación especial fue la que formó también con Humberto Suazo. Chupete es el protagonista de la arenga más famosa del transandino y está presente en las infidencias contadas por el propio excolaborador de Bielsa en algún momento. "Antes de la posibilidad que tenía él de ir a Sudáfrica, estaba muy gordo, con sobrepeso. Lo convencimos para que fuera a España y en Zaragoza hizo un régimen espectacular, bajó ocho kilos y fue la figura por la cual el Zaragoza se salvó del descenso", narró el fallecido PF. "Lo notable es que con el tiempo yo voy al Athletic de Bilbao y Ander Herrera, jugador que había compartido camarín con Chupete Suazo en el Zaragoza, cuenta que cuando llega, con su jockey y su mochila, él pensó que era la persona que venía a cambiar la ampolleta de la luz. Extraordinario, Humberto. Es un jugador que me llena".

Un nexo particular formó de igual manera con Jean Beausejour. El lateral izquierdo, quien visitó a Bonini en la clínica durante sus últimos días de vida, lo sorprendió en su etapa de juvenil y, después, cuanto éste arribó junto al Loco a dirigir Chile, lo motivaron a levantar su, por entonces, alicaída carrera. "El negro es extraordinario. Nosotros lo conocimos cuando vinimos a jugar el Preolímpico en el 2004. Jugamos contra Chile y al negro no lo podíamos parar, era impresionante. Cuando vinimos a Chile se había perdido y lo fuimos a buscar a Cobreloa. Es muy inteligente, un jugador dúctil, entiende el juego. Es un tipo culto", aseguró alguna vez el nacido en Punta Alta, Argentina.

Pero quizás el aspecto más notable del paso de Bonini por Chile es que, primero, no quería venir y, después, intentó convencer a Bielsa de quedarse en el equipo, cuando éste quería irse. "Antes de que viniéramos a Chile, Bielsa me dice que vea el Mundial Sub 20 de Canadá, que vea a Chile. Yo lo veo y al otro día me pregunta por el partido. Yo le digo: '¿Marcelo, por qué le interesa tanto Chile? Y me responde: 'Porque vamos a ir a Chile. Sí, a Chile'. Yo le digo que no, ni en pedo", relató el argentino hace tres años.

La historia siguió con su llegada a la Roja, donde permanecieron casi cuatro años. En el momento final, eso sí, cuando Bielsa dudaba de seguir tras la salida de Harold Mayne-Nicholls de la presidencia de la ANFP, Bonini manifestó sus deseos de continuar, aunque finalmente primó la fidelidad hacia su compañero de tantos años. "¿Usted se quedaría trabajando en la selección, en estas circunstancias?", le preguntó el DT a su colaborador, publicó El Mercurio en 2016. Recién había sido nombrado Sergio Jadue a la cabeza del fútbol chileno. "Sí, me quedaría, Marcelo", respondió Bonini. "Hay cosas que me incomodan... Me incomodan los dirigentes. No confío en ellos. Me quiero quedar, pero no confío en los dirigentes... Me voy", remató el rosarino. Y se fueron.

El mundo llora la partida de Bonini, que se va dejando un legado imborrable y un sinfin de historias. Y se lleva el cariño de gran parte de los hinchas chilenos.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.