Lo colectivo por sobre lo estético

CATOLICA U DE CHILE 2
Photosport


Con un San Carlos de Apoquindo lleno a rabiar, se desarrollará otra versión del clásico universitario, donde la permanencia en una zona de continuidad de rendimiento deportivo ubica a la Cato como el favorito para quedarse con los 3 puntos.

En la banca, un mismo clásico se vive de manera diferente. Para Beñat San José será el primero, en donde después de tan sólo 12 fechas ya ha podido plasmar una idea de juego contundente, cuya estructura principal se encuentra construida en la importancia del colectivismo por sobre la notoriedad de algunas individualidades. Por esta razón es que el equipo cruzado ha variado permanentemente su formación inicial, sin que esto le afecte su rendimiento.

La eficiencia colectiva desplaza a lo estético en esta UC, imponiéndose la vieja pregunta contestada siempre a medias: ¿El fútbol se juega para gustar o se juega para ganar?

Un fútbol práctico, intenso y de mucha eficiencia en su bloque defensivo, le ha permitido a la UC en esta primera etapa ubicarse con autoridad como líder exclusivo en la tabla de posiciones, proponiendo un escenario donde los de divisiones inferiores han logrado un espacio dentro del proyecto.

Con poco apego a lo estético, el DT cruzado ha instalado un modelo de juego competitivo y que ha sido comprado absolutamente por su jugadores, quienes ideológicamente han dado muestras de gran capacidad de aprendizaje y de cambio, ya que la gran mayoría, hace sólo un par de meses, practicaba un fútbol distinto con Mario Salas.

Esteban Valencia aterrizó en un momento tortuoso en la banca de la Universidad de Chile, pero como es de la casa y conoce el paño, la presión no le incomodó. Algunos cambios obligados, y otros por convicción, le han cambiado la cara a los azules y esa suerte de pavor colectivo que se presentaba en cada partido ha ido desapareciendo con la llegada del Huevito a la banca.

Hace 10 días dirigía en las inferiores y hoy se disfraza de estratega en el Romántico Viajero. El partido no le quedará grande porque dentro de la cancha tiene jugadores grandes, cuya focalización se encontraba bifurcada después de las conducciones discrepantes de los últimos entrenadores, donde cuesta encontrar el común denominador entre Lasarte, Beccacece, Castañeda y Hoyos respecto a su idea de juego.

Los azules siguen teniendo buenas individualidades y jugadores jineteados dentro del plantel, los que por directrices poco sostenidas desde la banca no han logrado un funcionamiento colectivo eficiente en el tiempo, logrando alcanzar rendimientos altos sólo en períodos cortos de competencia.

Dicen que en los clásicos gana cualquiera, que no es una medida de análisis lo que se viene haciendo, pues son partidos distintos y diferentes y que generalmente gana el que pueda abstraerse de la presión.

Me rehúso a dejar todo a la suerte, a quien durmió mejor o a quien ese día en particular se levantó inspirado.

Me inclino a poner las fichas en el equipo que ese día se aferre a su juego, que lea bien lo que opone el rival y que su respuesta sea oportuna en la cancha y en la banca. Pero por sobre todo, que sus jugadores sean capaces de proteger y defender su capacidad colectiva, sin histerismos que los lleven a ser expulsados de manera absurda. Los clásicos se ganan con jugadores grandes, donde la edad tiene poco que ver.

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