Los últimos doblistas chilenos en París

Hans Gildemeister y Belus Prajoux fueron los tenistas nacionales más recientes en llegar a una final en adultos en Roland Garros. Ambos tienen una estrecha relación con Alexa Guarachi, quien este domingo va por el título.



A principios de 2014, una idea rondó la cabeza de Belus Prajoux, mientras se encontraba con el equipo chileno de la antigua Fed Cup en Puerto Rico. Allá se reunió con su viejo amigo Fernando Guarachi, profesor de tenis y cuya hija Alexa mostraba interesantes condiciones para este deporte. De hecho, había tenido una destacada carrera como juvenil, donde llegó a ser 81 del mundo, y luego sobresalió defendiendo a la Universidad de Alabama, donde estudió relaciones públicas. Le sugirió jugar por Chile. “Fernando es como un hermano grande para mí. Nos conocemos desde la Escuela de Tenis del Nacional. Y lógicamente estoy feliz de ver cómo ha surgido y por los resultados que ha obtenido, que son un gran logro para el tenis femenino”, señala el capitán nacional.

Seis años después del inicio de esas gestiones, su referida hoy está en la final de dobles de Roland Garros representando a Chile, justo en el torneo donde él y Hans Gildemeister llegaron a la final de dobles en 1982. Fueron los últimos chilenos en adultos en disputar el partido decisivo en la capital francesa. Sin embargo, eso vez el festejo se vi truncado por el retiro del Biónico por molestias en la espalda en el tercer set, que arrastraba de las semifinales.

Hans Gildemeister y Alexa Guarachi, en Tampa.

“De ese torneo tengo grandes recuerdos. Les ganamos en cinco sets a Heinz Günthardt y Balasz Taroczy, la mejor pareja del mundo. Me parece que 8-6 en el quinto (N. de la R.: 4-6, 6-2, 3-6, 6-4 y 8-6). Esa era la final anticipada y llegamos con confianza a jugar contra Sherwood Stewart y Ferdi Taygan. Era una muy buena dupla, pero sabíamos que en arcilla no andaban tan bien. Ganábamos 5-2, sacando ellos, y cuando fui a pegar una derecha, me quedé trabado”, explica Hans, sobre la lesión que frustró la chance de ganar el título.

“Me acuerdo de que en esa época no había atención médica durante los partidos. De la tribuna me tiraron una pomada para darle calor a Hans, pero era casi imposible seguir así. Aguantamos lo que pudimos. Y después, Hans estuvo parado varios meses”, apunta Prajoux, quien recuerda que el duelo de semifinales duró dos días por la lluvia. “Jugamos un set un jueves y el viernes, los otros cuatro. Ahí Hans sintió en un pellizco en la espalda”, añade.

En efecto, la lesión les permitió avanzar un poco más en la definición. Finalmente caerían por 7-5, 6-3, 1-1 y retiro. "Fue la primera vez que tuve una lesión grave en la espalda. Fue tanto, que terminé en el hospital con valium a la vena para poder quitarme los dolores y dormir en la noche. Esa final deberíamos haberla ganado si la semifinal no se alargaba a cinco sets. Yo venía saliendo de un tifus y una recaída, más encima”, recuerda el ex número cinco del mundo en dobles. “Lo sentí mucho por Belus. Lo conversábamos años después y ese partido era muy ganable, pero justo en el momento clave se me trabó la espalda”, lamenta Gildemeister.

Confianza en Alexa

Tanto Belus como Hans tienen una estrecha relación con Alexa Guarachi. En el caso de este último, también existe una relación de larga data con el padre de la tenista. “A Alexa la conozco bastante, porque estuvo en dos oportunidades en mi academia en Tampa. La primera vez entrenamos 10 días y después se ganó un torneo. Poco después se lesionó el ligamento cruzado y estuvo 10 u 11 meses parada. Cuando volvió a las canchas, también se fue a entrenar unos días”, comenta. Y añade: “Si no hubiese sido por la lesión, ella podría haber estado también entre las 100 mejores en singles”.

Prajoux posa con el equipo que disputó la Fed Cup, en febrero. Guarachi integraba el elenco nacional.

Desde la experiencia, Prajoux aconseja a su dirigida en el partido que hoy disputarán ante la francesa Kristina Mladenovic y la húngara Timea Babos, campeonas defensoras. “Ellas tienen que seguir jugando como hasta ahora; están con confianza, le ganaron a la pareja número uno del mundo y remontaron un partido como el de semifinales. Creo que hay que jugar por el lado de Babos, aunque ambas son bastante sólidas. Ellas ganaron Roland Garros el año pasado y son de las mejores. Si es por favoritismos, ellas lo deberían tener, pero en finales de Grand Slam pasa cualquier cosa. Lo primordial es que jueguen sueltas”, sostiene.

En tanto, el excapitán de Copa Davis complementa: “A estas alturas va a importar quién puede jugar bien los partidos importantes. Que entre a disfrutar la final, no todos los días se llega a la final de un Grand Slam. Obviamente hay que entregar el 100 por ciento, porque entre ganar y perder la diferencia es muy grande. Yo creo que va a andar bien, porque se entiende de gran forma con su compañera. Ella mete mucha presión en la red, porque volea muy bien. Entonces, cuando la otra jugadora devuelva el saque, Alexa tiene que estar muy concentrada para cruzarse”.

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