Misiones rojas

rueda


Me gustó la pausa. Yo siempre pensé que traer un técnico al otro mes de la eliminación era apresurarse inútilmente y una demostración de moverse al ritmo del bombo del estadio. Será enero o febrero. De ahí no pasa. Chile tendrá quien lo cobije. Suecia y Dinamarca esperan a nuestra Selección, en el mes de marzo, para tomarnos como sparring en su preparación mundialista. Duele que te apoden así, pero es nuestra amarga realidad.

Lo que importa es que al técnico que venga, esos partidos le van a servir. Con Austria en mayo se cumple un trío peligroso que se debe aprovechar. Sus misiones son claras: dar un golpe pensado, pero profundo en la renovación para este grupo. A la gran base exitosa de estos 10 años le queda aceite, pero hay que ir ajustando piezas pensando en Qatar 2022. Paulo Díaz, Esteban Pavez, Diego Valdés, Erick Pulgar, César Pinares, Guillermo Maripán, Enzo Roco, Bryan Carrasco, Nicolás Castillo, Martín Rodríguez, Leo Valencia, Felipe Mora, Bryan Cortés te van aportando ropaje para diferentes zonas. Se pueden agregar, pero hoy NO se debe eliminar lo que se tiene, desperdiciar la actual base es una locura. No nos tapemos los ojos, en la actualidad no hay nadie mejor que: Bravo, Isla, Beausejor, Medel, Díaz, Aránguiz, Vidal, Valdivia, Sánchez y Vargas. Reemplazos tienen, pero de su nivel aún no aparecen.

El nuevo dueño del buzo rojo debe replantear la disciplina. Obligatoriamente debe ser mucho más riguroso en las concentraciones. Desde que llega a Chile, el futbolista debe entender que está en régimen de selección y no de vacaciones ni de juerga con los amigos. Aumentar el número de entrenamientos por día para que después los mismos jugadores no critiquen la pobreza del trabajo. En términos de resultados hay dos muy claros: revalidar la Copa América el 2019, entendiendo que el campeón debe ir a luchar por el título y clasificar al próximo Mundial. Si no ensambla con estas altas exigencias, con las que me imagino que el actual directorio coincide, es mejor que se quede en su casa. Por último, tiene que desarrollar un modelo donde la selección mayor se vincule con la Sub 17 y Sub 20. No tiene que mirarlas como un basurero sino como el lugar donde nace el recambio natural.

Si es Reinaldo Rueda el elegido, su Atlético Nacional del año 2016 recibió toda mi admiración. Su manera de jugar era un deleite. Armani; Bocanegra, Sánchez, Henríquez, Díaz; Mejía, Guerra, Berrío; Torres; Borja, Moreno (Ibargüen). Era un equipo ofensivo, ordenado y aplicado. A Rueda le gusta el 4-4-2 o el 4-2-3-1, su gran virtud es adecuarse a la materia prima que le entregan. Es muy diferente el juego de Honduras el 2010 al del Atlético del 2016 o al Flamengo 2017. En este último tenía a Paolo Guerrero y en varios pasajes jugó al balón largo. Rueda se pone zapatos distintos pero a todos les saca brillo. Acá, con disciplina y con obediencia de los jugadores, podría dar el salto más formidable en su carrera.

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