Manuel Pellegrini : "No seré el próximo DT de la Roja"

Un candidato menos. Y , en este caso, no cualquiera. Sin duda, el principal que estaba en la carpeta de Quilín. Justo el entrenador chileno con mayores pergaminos le volvía a decir que no a la Roja, más allá de que algunos insistían públicamente que no estaba dicha la última palabra. El con mejor currículum dirigiendo a clubes, sin dudas el más exitoso de la historia. El favorito de muchos. Y no sólo de los dirigentes de la Federación, sino que incluso de varios de los futbolistas que se desempeñan habitualmente en el combinado nacional. Aquel al que por fin parecía llegar su momento de sentarse en el banquillo del Equipo de Todos, entre otras cosas por la presencia de Arturo Salah, su gran amigo y compañero de ruta, al mando del fútbol local.

Pero no. Nada de lo que algunos adelantaban, o simplemente anhelaban, se cumplirá. Manuel Pellegrini, en su regreso a Chile tras acabar la temporada en el fútbol chino, reconoció abiertamente que por ahora no quiere saber nada con el cargo de seleccionador nacional, tal como adelantó hace algunos días La Tercera. Justo el mismo día que el propio timonel de la ANFP sacaba pecho en una entrevista (con el diario La Cuarta) por el consenso que generaba Pellegrini, el DT se mantuvo firme en su no a La Roja, rechazo que asegura ya conocía el presidente de la ANFP.

A las 10.00 horas aterrizó en Santiago en vuelo directo desde París junto a su señora, Carola Pucci. Media hora después apareció por la salida de las llegadas internacionales junto a dos maleteros que acarreaban las valijas de ambos y que después se llevaron una buena propina. De inmediato, casi sin pestañear, tuvo enfrente a los pocos periodistas que lo aguardaban en el terminal aéreo, con la única intención de conocer de su propia boca si efectivamente ya le había dicho que no a la Selección.

Ahí Pellegrini se detuvo unos instantes y lo confirmó. Sin demasiados rodeos. Sin perder tiempo en excesivas explicaciones. Como si el discurso ya lo hubiese preparado en el viaje que lo trajo desde Francia. Una vez más, como cuando lo fue a buscar en su momento Reinaldo Sánchez o hace un tiempo el mismo Arturo Salah para reemplazar a Jorge Sampaoli, Pellegrini le cerraba las puertas al combinado chileno. "No seré el próximo técnico de la Selección. Vine de vacaciones a Chile y tengo trabajo en China. Tengo un contrato vigente y es importante cumplirlo", sostuvo con su habitual seriedad, casi sin mover un músculo de su rostro.

Trece meses son los que le restan de contrato en el Hebei Fortune de la Superliga del gigante asiático, cuya cláusula de salida consta de siete millones de dólares. Un mercado que mueve cifras astronómicas y que el propio Ingeniero califica como "un fútbol que se está desarrollando".

El ex director técnico de Real Madrid y Manchester City, entre otros, no logró en su club los objetivos impuestos para 2017, ya que finalizó en el cuarto lugar de la tabla de posiciones de la liga local. De este modo no logró clasificar a la Liga de Campeones de Asia, la gran meta fijada por el propio entrenador. Así finalizó su primera temporada completa en China -en 2016 tomó al equipo a mediados de competencia-, con las manos vacías.

El Ingeniero no quiso entrar en muchos detalles sobre si existían otros motivos para rechazar a la Roja. Respetar el acuerdo con su actual equipo, insistió, es la razón. Ni siquiera su amistad con Arturo Salah, presidente de la ANFP, y la oportunidad de desarrollar un proyecto involucrando a valores jóvenes e implantando su estilo futbolístico para llevar al país de vuelta a un Mundial, parecieron argumentos suficientes para cambiar la decisión. Dirigir a la Selección es su anhelo, pero como ya dijo antes, es un deseo para el futuro. Quiere cerrar su carrera como técnico de Chile.

"En algunos años, en algún momento ojalá se dé. Yo espero dirigir a la Selección una vez terminada mi etapa en clubes, y que sea el punto final de mi carrera como técnico", puntualizó Pellegrini, quien partió a su casa en el campo a descansar, evitando cualquier otro tipo de preguntas sobre sus motivos para, una vez más, decirle no a la opción de conducir al equipo chileno. Así, los pedidos de los pocos hinchas que lo acompañaron hasta su vehículo rogándole que se hiciera cargo de la Roja resultaron infructuosos. El contrato en China parece ser más fuerte que cualquier otra razón que dicte el corazón.