El plan que viene… supongo

SELECCION CHILENA


Como, muy mal aconsejada, la ANFP suele manejarse con bajísimas cuotas de transparencia (el peor, menos profesional y más añejo camino para la gestión deportiva), no es fácil saber quiénes y con qué método están buscando hoy al nuevo técnico de la Selección. Ni siquiera si en realidad ya empezaron a buscarlo.

¿Es un grupo especial el que está en eso, una comisión, solo el directorio, solo Salah y Fazio o ninguno de ellos? ¿Elaboraron una lista? ¿Cuáles son los criterios de esa lista? ¿Hay una definición clara de precios, de idioma, de estilo? ¿Le pidieron a un puñado de representantes que les dijeran quiénes están disponibles en el mercado o son ellos mismos los que están analizando los nombres para luego llamarlos y conversar? ¿Incluye todo esto un plan general de selecciones… y por ende marca el fin de quienes hoy ocupan puestos de mando en los equipos menores?

Imposible saberlo. Y por ende ilusorio darle credibilidad o descartar la aparición de nombres tan diversos, polémicos y aterradores como La Volpe o el Piojo Herrera. O tipos serios (de personalidad) como Martino y Lasarte, pero bien distantes al fútbol dinámico y ofensivo que, suelen decir sin mucha convicción los incumbentes, es lo que al parecer, quizás, seguimos buscando como comunidad futbolística.

No es fácil saber la motivación actual si lo único claro respecto del paso de Pizzi por la banca de Chile es que, en buena medida y de acuerdo a los pocos análisis realizados por la ANFP, llegó al puesto por su condición de "caballero"... como si ser educado no fuera un mero decorado, algo sin peso ni importancia profesional alguna al momento de tomar decisiones, desplegar planes disciplinarios, cargas de trabajo o proyectos de modernización.

Uno quisiera soñar. Creer que alguien ya escribió las bases de un plan robusto, bien pensado, con objetivos claros como el puesto en marcha por Inglaterra hace diez años. Un plan que permitió a los británicos salir de la oscuridad pelotera y arrasar en los últimos torneos que disputaron con una idea, una inversión y un paladar futbolístico muy claro y compartido por todos. Un plan integral de selecciones (como en Alemania, como en Bélgica, como en Francia) que subsistiera a resguardo de los dirigentes de turno y los técnicos de turno. A las, digamos, fuerzas reaccionarias, lastres y carcamales alimentados en el fracaso y la mediocridad que aquí también son muchos y que aún, lamentablemente, tienen voz y voto.

La England DNA fue un plan iniciado e impartido por la FA hace apenas una década que incluyó a todos los entrenadores a nivel nacional (entregándoles herramientas de perfeccionamiento y capacitación pero a la vez duras exigencias) que permitió discutir y luego aplicar un modelo de juego -ofensivo y moderno- a todas las categorías con el fin de formar los jugadores del futuro.

Se partió, cosa que también necesitamos acá, invirtiendo fuertemente en un nuevo centro de entrenamientos, con 12 canchas y espacios de recuperación, concentración y análisis de videos para todas las selecciones, que comparten cada día como protagonistas del mismo proyecto. Luego se trabajó en el ya mencionado patrón de juego que todos pusieran en práctica y que tuviera que ver con el protagonismo, la presión y la posesión (y vaya que lo hicieron, hoy es un espectáculo, un gusto estético, ver jugar a una Inglaterra mucho más ofensiva, más técnica y menos tosca que la de antaño) para luego formar técnicos y jugadores solo afines a ese estilo.

Ya con eso, vino la captación, desde los 5 años a los 11, de los 12 a los 16 y de los 17 a los 21 años. Básicamente en los clubes (ya no más en los colegios) y con las puertas muy abiertas a la inmigración. Resultados a la vista: campeones de Europa sub 19, del mundo sub 17 y sub 20, y sub 21 en Toulon... apenas diez años después de iniciado el proceso. Con equipos de muy buen pie, goleadores, de fútbol precioso y gran cantidad de jugadores de origen africano, asiático y hasta latino. Fenomenal. Actual. Desarrollado.

Supongo que en Chile es justamente eso, o algo muy parecido, lo que estamos pensando y trabajando con miras a Quatar 2022. Sería muy feo que lo único que salga de las mentes y los ánimos del Consejo de Clubes y del actual directorio fuera la miseria intelectual, cultural, profesional y ética, la flojera mayúscula, de seguir viviendo con el mero afán de pasar el mes gracias al chequecito, a la mesada proletaria que proviene del CDF o de Turner. Supongo.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.