Cuando pequeña llegaba del colegio directo a la chacra que la comunidad destinaba para los niños. Ahí jugaba a cuidar animales, plantas, conocer la tierra y, de paso, entrar en la profunda conexión que los aimaras tienen con la naturaleza. Hija de padre sabio, nació en este mundo como una elegida destinada a entregar su vida a los otros, a servir, algo que hace pocos años está realizando a través de la cocina, preparaciones que ha mostrado en distintos lugares, enseñado y ofrecido. Un recetario que muestra el despertar de una de nuestras culturas originarias, reprimida y olvidada, que recién se comienza a valorar. Un amanecer que Aurora esparce orgullosa, cargada de sentido y sabor. ¿Será casualidad su nombre?
Por Raquel Telias Fotos Juan Pablo Sierra
17 ago 2017 04:27 PM