El centro brasileño de investigación espacial INPE dijo que la deforestación en la selva tropical más grande del mundo alcanzó en 2020 su máximo anual en 12 años, con 11.088 kilómetros cuadrados destruidos.
24 ago 2023 02:30 AM
El centro brasileño de investigación espacial INPE dijo que la deforestación en la selva tropical más grande del mundo alcanzó en 2020 su máximo anual en 12 años, con 11.088 kilómetros cuadrados destruidos.
“Se alcanzó el esfuerzo de revertir la curva de crecimiento. Eso es un hecho: revertimos la curva, la deforestación no va en aumento”, dijo João Paulo Capobianco, secretario ejecutivo del Ministerio del Medio Ambiente, durante una presentación en Brasilia. La situación es inversa a lo ocurrido en la presidencia de Jair Bolsonaro.
“Es un desafío que estamos decididos a cumplir”, aseguró el mandatario brasileño en un discurso en el Palacio de Planalto. “Estos delitos que degradan el medio ambiente son alimentados y, al mismo tiempo, alimentan un verdadero ecosistema criminal: tráfico de drogas, de armas y de personas, el lavado de activos, trabajo esclavo, sicariato y explotación sexual de niños y adolescentes”, dijo.
La deforestación en la selva amazónica de Brasil aumentó más del 80% en agosto con respecto al año anterior, según mostraron datos preliminares del gobierno en septiembre, con incendios que se extendieron a un ritmo récord.
Con la finalidad de cartografiar bosques en 3D, el centro de Investigación de Dinámica de Ecosistemas Globales de la NASA se encuentra realizando planes piloto en Vietnam y Laos, tratando de abordar la tala ilegal a través de satélites.
El año pasado se registró una pérdida global de 3,8 millones de hectáreas de selvas, según un informe de la Universidad de Maryland.
Un nuevo estudio liderado por la Universidad de La Frontera (UFRO), mostró la pérdida de masa forestal entre los años 2000 y 2016 en la zona Centro Sur de Chile, región considerada un punto crítico de la biodiversidad mundial.
Datos del sistema de monitoreo Prodes del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE) de ese país, muestran que la Amazonía perdió 13.235 kilómetros cuadrados de selva en el periodo de referencia de 12 meses de agosto de 2020 a julio de 2021. La cifra está 22% por arriba del periodo de 12 meses previo y es la más alta en 15 años. Tres ministros del gabinete presidencial de Bolsonaro, así como un coordinador del INPE que compila los datos -que hablaron bajo condición de anonimato por temor a represalias-, dijeron que el informe anual de deforestación estaba disponible en el sistema de información del gobierno antes del 31 de octubre, cuando se iniciaron las conversaciones en Glasgow.
La noticia se da luego de que Brasil firmara en la COP26 un acuerdo con otras 100 naciones para contrarrestar el daño que ha sufrido la mayor selva tropical del mundo, que ha perdido más de 11 kilómetros cuadrados de árboles en los últimos años.
Algunos de los países que más destruyen sus bosques acordaron detener la deforestación para el año 2030, pero la promesa se suma a otras anteriores, lo que hace difícil que se materialice.
La Investigación desarrollada desde 2008 en África por un grupo de académicos, entre ellos, Dany Jaimovich de la Universidad de Talca, señala que los programas de desarrollo rural deben tener incorporados la protección del medioambiente como una parte integral de su diseño.
El mandatario brasileño espera conseguir US$ 10.000 millones anuales para proteger la Amazonía. Sin embargo, su historial en materia ambiental hace difícil que logre cualquier apoyo internacional, según los expertos.
Mediante las importaciones de soja, de aceite de palma, carne de vacuno, madera, cacao y café, la UE contribuyó indirectamente a la desaparición de 203.000 hectáreas de bosques tropicales, convertidas en tierras agrícolas, según un comunicado de la organización ecologista internacional.
Si bien cada vez más compañías informan sobre su huella de carbono y hacen promesas para reducir sus emisiones, las medidas en torno a la deforestación han quedado rezagadas.
El veterinario Eric Paredes y su esposa Cinthya Callisaya han recorrido la región de los Yungas, en Bolivia, en busca de colmenas de melíferas para salvar, las que luego son llevadas al santuario "Las Orquides". El sesenta por ciento de las casi 20 mil hectáreas de bosques lluviosos de la zona se ha vuelto vulnerable debido a la extracción de madera y la plantación de hojas de coca.