Sábado 5 de enero de 2019, edición N° 817
Francisca Jiménez*
4 ene 2019 10:29 AM
Sábado 5 de enero de 2019, edición N° 817
Esa frase no la pronunció Francisco Dittborn, sino que la escribió. Porque su enfermedad degenerativa, la ELA, partió por robarle el habla a este empresario. Pero él no baja la guardia. Hoy gasta sus días en el nuevo Museo Taller, un espacio dedicado a la carpintería que armó para transmitir su amor por ese oficio.
Esa frase no la pronunció Francisco Dittborn, sino que la escribió. Porque su enfermedad degenerativa, la ELA, partió por robarle el habla a este empresario. Pero él no baja la guardia. Hoy gasta sus días en el nuevo Museo Taller, un espacio dedicado a la carpintería que armó para transmitir su amor por ese oficio.