El día en que Hawking pidió helado de vainilla en la Estación Mapocho

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Cinco chilenos relatan el día que estuvieron con el científico británico, fallecido este miércoles.


Varios chilenos lograron estar con el físico Stephen Hawking, algunos de ellos durante las visitas que realizó al país y también en la universidad en la que el científico trabajaba.

Arturo Navarro, director ejecutivo del Centro Cultural Estación Mapocho, lugar donde se realizó una conferencia de Hawking en 1997, recuerda que su visita al recinto fue un momento "extraordinario" en el que le habló ante cuatro mil personas en invierno de ese año. "No se sentía un solo ruido, lo único que se escuchaba era el ruidito del motor de su silla de ruedas, no volaba una mosca", señala.

El momento previo no estuvo exento de anécdotas. Este directivo recuerda que cuando las enfermeras que lo asistían comenzaron a darle plátano molido, el físico le escribió a través de su computador. "Él igual que un niño, como que lo rechaza y me mira y me escribe 'vanilla ice cream', él quería helado de vainilla", relata Navarro. El helado salieron a comprarlo rápido y Hawking estaba agradecido. "Ese hombre fue tan feliz", agrega.

Tomás Pérez Acle, era estudiante de Magíster cuando en 1997 Hawking estuvo en esa conferencia debatiendo sobre teorías de los agujeros negros y el Universo. "Me colé para poder conversar con él. No fueron más de cinco minutos. Había un montón de académicos intentando hablar con él. Me acuerdo que lo saludé, lo felicité y le di las gracias por estar en Chile. Las pocas palabras que intercambié con él fueron sobre el rol de la inteligencia artificial en el fututo de la humanidad. Dijo que si no teníamos cuidado con la Inteligencia Artificial, los robot podrían volverse contra nosotros. Siempre, en cada investigación científica debía estar el aspecto humanístico detrás. Fue una tremenda oportunidad haber hablado con él", recuerda el investigador del Centro Interdisciplinario Neurociencia Valparaíso (CINV) y de la Fundación Ciencia y Vida.

Gonzalo Argandoña, divulgador científico y director de Cábala Producciones, fue una de las personas que acompañó a Hawking durante todo su viaje a Chile 1997, el que incluyó un viaje a la Antártica, y es uno de los que aparece en la foto durante su visita al CECs. "Los que aparecemos en esa foto, es parte del equipo de grabación de un documental que se hizo en ese momento para Televisión Nacional de Chile que fue un aliado para esa visita. En el centro se puede ver a Claudio Bunster (director del CECs), y a varias personas de la producción. Tuve la oportunidad de entrevistar a Hawking para ese documental siempre en comunicación a través de este computador que tenía para sintetizar una voz artificial y a pesar de las limitaciones de comunicación siempre mantenía un gran sentido del humor en sus explicaciones", dice Argandoña desde la Antártica, donde hoy graba un documental.

En su paso por Punta Arenas, antes de viajar a la Antártica, Hawking visitó la U. de Magallanes. Bedrich Magas Kusak, profesor de Ingeniería Eléctrica de esta casa de estudios recuerda que en esa oportunidad se le entregó un diploma institucional de reconocimiento, pero no se lo llevó consigo. Lo que sí guardó en su equipaje fue el dibujo que el hijo de su amigo Nicolás, de entonces 7 años, había hecho para el físico. "Era un dibujo sobre cómo se imaginaba un hoyo negro. El niño se lo quería entregar y le dije, anda y se lo regalas. Ese dibujo se lo llevo, él sabía qué era lo más importante", recuerda hoy al teléfono.

El profesor Magas recuerda también que a las seis de la tarde, en un salón Hernando de Magallanes atiborrado por un centenar de muy diversos magallánicos, atendió un par de consultas. "La segunda fue en realidad una solicitud de mi parte. "Estimado Sr. Hawking, la destrucción de la capa de ozono afecta todas las formas de vida, comenzando por la zona extrema que habitamos. Aprovechando su visibilidad y reconocimiento, le suplico interceda Ud. sobre la urgencia de acelerar las medidas para detener el acumulativo impacto ultravioleta que ello implica – primero aquí y luego en el resto del planeta". Hawking fue cauteloso en su respuesta señalando que "eso es algo que debe precisar la ciencia.

Magas, dice, insistió. "Perdone usted, pero aquí mismo en 1987 un centenar de científicos de la NASA – con quienes colaboramos- determinó que la causa es de origen humano, en parte debido al calentamiento global. Y la reacción mundial al respecto ha sido insuficiente. Ayúdenos por favor". Justo cuando el moderador iba a interrumpir el diálogo, Hawking escribió: "Estoy completamente de acuerdo con ud". Ahí terminó todo. Magas dice que simplemente se fue, "como un niño travieso, a disfrutar de la Antártica.

El cosmólogo del Departamento de Física de la U. de Chile, Gonzalo Palma, también conoció al científico, pero no en Chile, sino que en la U. de Cambridge a la que pertenecía Hawking. "Llegué a conocerlo, fui miembro del grupo de Física donde estaba él, lo veía frecuentemente, él hacía una vida normal, daba charlas y seminarios", explica el académico quien estuvo en este plantel británico desde 2002 a 2006.

Palma no llegó a Cambrigde por casualidad, sino que inspirado por el físico. Cuando estaba en tercero medio leyó "La historia del tiempo" y sintió que tenía que dedicar su vida al estudio del cosmos. "Jugó un rol parecido al de Carl Sagan, no solo hizo divulgación sino que atrajo jóvenes a la ciencia", señala el investigador.

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