El camino liberal de Hernán Larraín

Imagen Hernan Larrain 21

Una serie de factores -políticos, familiares y coyunturales- explican para la UDI y sus cercanos el tránsito que el exsenador ha tenido en términos valóricos en los últimos 20 años: desde la defensa de la existencia de los hijos ilegítimos a la promoción de la ley de identidad de género y de adopción que no concitan el apoyo de todo Chile Vamos.


Fines de agosto de 2013. El entonces senador UDI Hernán Larraín, en el lanzamiento del libro "Las voces de la reconciliación" del Instituto de Estudios de la Sociedad, pedía perdón por los hechos ocurridos con posterioridad al 11 de septiembre de 1973.

"Si ayuda pedir perdón, también libera saber perdonar. Por eso, ¿por qué no dar un paso personal en lugar de esperar que otros hagan lo que uno quiere oír? (…) Desde ya, hoy lo hago en mi nombre: pido perdón. Esta es mi voz para la reconciliación. Pero es necesario oír la de todos", manifestó entonces, ad portas de los 40 años del golpe.

El episodio marcaría un punto de inflexión -al menos en su discurso público- en el actual ministro de Justicia (70), quien fue uno de los defensores de Augusto Pinochet cuando estuvo detenido en Londres y nunca había negado su respaldo al régimen militar. Tras sus dichos se desató un arduo debate en el escenario político. En su partido, el dirigente nunca más fue visto igual, aún cuando sus posiciones "independientes" lo han caracterizado a lo largo de su trayectoria. Lejos del canon partidario, Larraín siempre estuvo a favor, por ejemplo, de reformar la Constitución o de realizar cambios al sistema binominal. Algo que hacía "trepar por las paredes" a líderes como Jovino Novoa, recuerda un dirigente.

Con el acto de 2013, militantes de diversos sectores reconocieron la capacidad del extimonel de la UDI de "adaptarse a los tiempos". Cinco años después, en estos casi tres meses a la cabeza del ministerio de Justicia, han sido los temas "valóricos" los que lo han puesto de nuevo como protagonista en la opinión pública. En ellos, el secretario de Estado ha dejado de manifiesto su tránsito hacia visiones más liberales.

20 años después...

Corría 1997 y en el Senado se daba uno de los debates valóricos que marcó la transición: la ley que eliminaba la distinción entre los hijos "legítimos" (nacidos dentro del matrimonio) e "ilegítimos (fuera del matrimonio). Larraín, como toda la UDI, estaba en contra de la iniciativa, y lo planteó a viva voz.

"Cuando entran en colisión derechos de hijos o descendientes surgidos del seno de esa familia, formada consciente y regularmente, con los de hijos o descendientes nacidos de relaciones no formalizadas jurídicamente, el legislador se ve ante una alternativa insoslayable, que no admite términos medios: o protege y ampara la relación constituida en forma legal y favorece los derechos de esa comunidad familiar o, sencillamente, la ignora y considera que ella carece de suficiente entidad jurídica como para efectuar una distinción razonable de derechos entre los que forman parte de la misma y quienes le son ajenos", dijo.

Veinte años después, erigido como titular de Justicia, su labor lo ha llevado a defender posiciones a favor del cambio de sexo registral en menores de edad y, en las últimas semanas, de la posibilidad de que parejas homoparentales adopten un niño. "El gobierno siente la responsabilidad de avanzar en todos los frentes, y este es un problema que existe. Lo que no queremos es jugar a la avestruz", señaló a principios de abril, a propósito de la ley de identidad de género. Se trata de iniciativas que no concitan el apoyo de Chile Vamos y que lo ha llevado a enfrentarse con la presidenta de su propia tienda, la senadora Jacqueline van Rysselberghe, con quien hace años que no lleva una relación fluída. Todo comenzó con el enfrentamiento que tuvo, siendo intendenta del Biobío, con la mujer de Larraín, la entonces ministra de Vivienda Magdalena Matte, por la reconstrucción tras el 27/F; luego vinieron claras diferencias de estilo en la conducción de la UDI una vez que la senadora lo sucedió a la cabeza de la tienda.

"Hernán Larraín siempre ha tenido una mirada flexible y con capacidad de adaptarse a los desafíos que los nuevos tiempos le imponen a la sociedad. Eso lo ha tenido en lo político, mientras condujo la UDI en posiciones en torno a las reformas constitucionales y legales, como hoy es en la agenda valórica", dice el diputado y expresidente gremialista Patricio Melero.

Es algo en lo que concuerdan sus amigos. "El mundo cambia y todos se dieron cuenta de que las familias cambian. Hoy es difícil encontrar hijos de derecha en las familias de los dirigentes UDI", asevera un abogado que es estrecho amigo del exsenador. Otro parlamentario de la UDI plantea: "Todos hemos ido evolucionando, en eso está la inteligencia del ser humano, especialmente de la raza política: nos movemos siempre en el dilema entre principios u ortodoxia y realidad".

En la UDI recalcan como factor el que Larraín sea ministro de Piñera, quien en posiciones valóricas ha tenido históricamente un discurso más liberal que el gremialismo. "(Él) es parte de un gobierno y tiene que alinearse, sería muy rara una rebelión de los ministros", dijo Van Rysselberghe en abril, a propósito del tema. En Justicia, además, los dos subsecretarios que lo secundan -Lorena Recabarren y Juan José Ossa- también tienen posturas liberales en esta materia.

Una familia "fantástica"

Pero en el entorno de Larraín también dan por sentado que parte de su tránsito se debe a la influencia de su familia: Magdalena Matte y sus seis hijos. "¿Qué más liberal que sus hijos hicieran la película del "No"?", afirma el amigo del ministro, apuntando a Pablo y Juan de Dios Larraín. En marzo -siete días antes de que Sebastián Piñera entrara nuevamente a La Moneda y el exsenador debutara como ministro- ganaron el Óscar a la mejor película extranjera con "Una mujer fantástica". La protagonista: la actriz transgénero Daniela Vega.

En el círculo del ministro reconocen que la relación con sus hijos y las conversaciones de los días domingos en los almuerzos familiares han influido en su visión frente a estos temas. "Él ha ido con los tiempos. Cuando fue presidente de la UDI hizo un mea culpa con el tema de la dictadura, ha ido creciendo. Por ejemplo, en el tema de identidad de género, donde nadie en Chile era muy experto, él ha aprendido y se ha adaptado", señala un cercano del gremialista.

"Los hijos lo han penetrado mucho, eso le pasa a mucha gente que, de acuerdo a sus experiencias personales, evolucionan en su pensamiento", plantea un diputado gremialista. Lo respalda el abogado y amigo de Larraín: "Más allá de sus posturas de hace 20 años, sus hijos muestran que los formaron en libertad".

A principios de mayo, Evópoli eligió a su nueva mesa directiva. Desde entonces, a la cabeza de la colectividad está Hernán Larraín Matte, hijo del titular de Justicia. "Es una relación que es muy respetuosa, muy profesional, de mucho respeto a las posiciones políticas que cada uno tiene y al mismo tiempo es muy cívica. Se conversa los días domingos con mucha franqueza los temas y se trabaja con el rol que a cada uno le corresponde en la semana", explica Larraín Matte a La Tercera PM.

Desde esa colectividad se plantea que el gobierno ha recogido gran parte de su agenda liberal y que el Ejecutivo, el Presidente y el ministro Larraín están en sintonía con lo que piensa la mayoría de la ciudadanía en estos temas.

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