La despedida de apoderada de Nido de Águilas a Katy Winter: "Es tanto el dolor... y son tantas las preguntas"

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Más de cien asistentes, entre familiares y amigos, llegaron a despedir a la menor de 16 años, Katherine Winter. Foto. Luis Sevilla

"Katy era una niña excepcional. Tenía muchos talentos y virtudes. Era cantante, actriz, intérprete, compositora y tocaba guitarra", narra Frances Seelenberger, amiga de la familia, quien escribió un relato a petición de la madre de la niña.


A una semana de que la estudiante Katherine Winter fuera encontrada sin vida en un baño de un café de Providencia y de que su padre, Emanuel Pacheco, confirmara que la muchacha fue víctima de bullying, se conoció la despedida que Frances Seelenberger, apoderada del Nido de Águilas, realizó en redes sociales a petición de la mamá de Katy, Evanyely Zamorano.

Seelenberg, en un post en Facebook que ha sido compartido por los amigos de la familia, asegura que escribe "con un nudo en la garganta y con el corazón apretado" y relata cómo se hizo cercana a Kathy y Evanyely:

"A la Leli la conocí hace muchos años, cuando bailábamos juntas en una academia de danza. Me acuerdo que llegaba a clases en la mañana muy cansada, porque la noche anterior se había acostado tarde. ¿Por qué? Porque la Katy, siendo muy pequeña, tenía ensayos de lunes a domingo para la obra 'La Novicia Rebelde'. Así era ella: una madre abnegada, orgullosa, con un babero, que se desvivía por su hija y por cumplir sus sueños. Katy era una niña excepcional. Tenía muchos talentos y virtudes. Era cantante, actriz, intérprete, compositora y tocaba guitarra. Era linda y armoniosa. Buena alumna y sociable. Le gustaba salir, hacer cosas, inventar planes y proyectos. Cuando algo se le ponía entre ceja y ceja... hacia allá dirigía toda su energía, para obtener finalmente lo que se había propuesto. Siempre fashion y de vanguardia. Nada al azar. Todo en orden y bajo control. De sonrisa fácil y sonora. Una sonrisa adornada por dos margaritas que se marcaban claramente en su rostro. Fanática de Taylor Swift desde que la conozco. Dulce, amorosa, de buen corazón. Y amiga de mi hijo Nico".

Risueña, vegetariana y pequeña

Nicolás intervine en la narración y realiza su propia semblanza de la joven. "Recuerdo a la Katy con una sonrisa de oreja a oreja todas las mañanas. Los dos llegábamos temprano y nos juntábamos en la biblioteca a conversar sobre lo que se nos ocurriera. Conversar con ella era muy fácil. Era risueña, mañosa, chistosa y con una risa súper contagiosa que se escuchaba a metros de distancia. Tenía un polerón rosado flúor regalón y unas zapatillas con taco para no verse baja, y siempre alegaba de lo incómodas que eran. Cuando compraba almuerzo en el colegio, pedía un aliado con doble queso y sin jamón, porque era vegetariana".

El muchacho acota que a Katy "le gustaba ir al McDonald's y pedir sólo papas fritas. Nos reíamos porque cuando caminábamos desde el colegio hasta el Portal, ella daba pasos de guagüita y había que esperarla. Una vez fuimos a almorzar y se ofendió porque le ofrecieron menú de niños. Cuando tenía frío, le sacaba el polerón a cualquiera y le quedaba hasta las rodillas. Para los asados, siempre estábamos pendientes de tenerle hamburguesas vegetarianas, porque ella también se preocupaba de regalonearnos a nosotros".

Nicolás agrega: "También se me viene a la mente una vez que fuimos al cine y ella quiso ir después al Johnny Rockets, y le dijimos que no podíamos porque ya no nos quedaba plata. La Katy nos dijo que no nos preocupáramos y nos invitó a la Nao, a Frank y a mí. En señal de agradecimiento, le pedimos al mozo que le regalara un postre porque había sido una excelente amiga... y le llegó un helado de vainilla gratis que compartió con todos. Además, ella odiaba la música que yo escuchaba porque teníamos gustos distintos. Todas las mañanas me sacaba mis audífonos para oír mi música y luego decirme que era pésima. Ese era uno de sus placeres. La recuerdo echando su perfume 'Pink' cada vez que sentía mal olor en cualquier parte: en clases, en el gimnasio o donde fuera, y todos quedábamos con olor a Katy. Siempre estaba dispuesta a escuchar, y ayudaba a todo el que lo necesitara. Jamás criticaba ni hablaba mal de los demás. Pero lo más importante es que siempre se preocupaba del resto y brindaba alegría a nuestras vidas. De hecho, ella se adaptaba a cualquier ambiente y era querida por todos. Tenía un carisma especial. Era una excelente persona y una gran amiga. Ella estará siempre en mi corazón".

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