Ouellet, el severo "casi Papa" que estará en la reunión con los obispos chilenos

En enero pasado, el cardenal Marc Ouellet fue uno de los hombres que acompañó al Papa en su viaje a Chile. Habitualmente para todos sus viajes a América Latina, el Pontífice había incluido en la delegación al segundo hombre de la Comisión Pontificia para América Latina, el uruguayo Guzmán Carriquiry, pero esta vez optó por sumar a quien preside esa instancia y es, además, el prefecto para la Congregación de los Obispos: Ouellet. Y será precisamente él quien estará, a partir de mañana, junto al Papa en los encuentros que éste mantendrá con los obispos chilenos, en las que también participará el arzobispo Charles Scicluna y el sacerdote español Jordi Bertomeu, quien no sólo participó en la indagación ordenada por Francisco a fines de enero pasado, sino que además ha sido un colaborador clave de Francisco en la preparación del encuentro de esta semana.

La participación de Ouellet en la cita, según conocedores del ambiente vaticano, sugiere que la reunión no sólo sea un encuentro pastoral sino un encuentro resolutivo, donde se adopten decisiones ligadas a la situación de los obispos, responsabilidad que recae en el cardenal canadiense. El prefecto de la congregación de los obispos, quien fue designado en ese cargo por Benedicto XVI y confirmado por Francisco, ha insistido fuertemente en el perfil que deben tener quienes alcanzan ese cargo. "Necesitamos obispos que sean los primeros evangelizadores y no meros administradores de diócesis", señaló en una entrevista a Avvenire, el diario oficial de la conferencia episcopal italiana en 2013. Una visión que coincide con lo planteado por el propio Jorge Mario Bergoglio desde su llegada al papado hace cinco años.

Ouellet, quien en 2013 fue uno de los candidatos a suceder a Benedicto XVI como Papa, tiene una experiencia como obispo que para algunos observadores incluso coincide con parte de lo que sucede en la Iglesia chilena, lo que favorecería su aproximación al tema. Como arzobispo de Quebec, donde fue nombrado por Juan Pablo II, tuvo que enfrentarse a una diócesis que pese a tener una larga tradición católica en Canadá vivió una profunda y acelerada secularización. Incluso la parroquia donde comenzó su vida como sacerdote en el pueblo de La Motte es hoy una iglesia desconsagrada. Una situación que algunos en Roma comparan con el caso chileno y que el prefecto de los obispos enfrentó en su momento con una intensa laboral pastoral y una hábil capacidad comunicadora, según recordaba hace algunos años el periodista español Javier Lozano.

Muy cercano a Benedicto XVI, Ouellet tiene además una férrea formación teológica y conoce bien América Latina: fue rector del seminario de Cali, en Colombia. Aunque en su vida personal también ha sido golpeado por el tema de los abusos: su hermano Paul Ouelett fue condenado en 2009 a 15 meses de cárcel tras confesar el asalto sexual contra dos muchachas adolescentes de 13 y 15 años.