Piñera: "No está en mis planes un tercer gobierno"

En el primer aniversario de este gobierno, el Presidente hace un balance de lo que ha sido el año y aborda cómo piensa proyectar su gestión. "Por supuesto que estoy preocupado por la sucesión. El éxito de gobierno se mide por dos grandes frentes. Primero, si logró dejar un país mejor del que recibió, si logró mejorar la calidad de vida de los chilenos. Y la otra forma de medir, es si logró traspasarle la banda a una persona que continúe con ese proyecto".


Dice Sebastián Piñera que hoy, 11 de marzo, el día del primer aniversario de su segundo gobierno, se siente más preparado para ser Presidente. Los tiempos han cambiado: el viernes casi 200 mil mujeres marchaban por igualdad de derechos frente a La Moneda, la oposición que enfrenta hoy está más dispersa, su sector político no tiene mayoría en ninguna de las cámaras del Congreso y este año que comienza aparece como el momento clave en que puede desplegar las reformas que planteó para ésta, su segunda administración en el poder.

Dice que él también ha cambiado. Que está más viejo, tiene otras mañas, pero asegura que mantiene la pasión que lo llevó a la primera magistratura. Este año tuvo un verano complejo: incendios en el sur, inundaciones en el norte, y una buena cuota de su atención puesta en Venezuela. Tanto, que un día decidió que era mejor volver a La Moneda que estar de vacaciones en Lago Ranco.

¿Y pudo descansar algo?

Menos de lo que quisiera.

Pero en sus vacaciones tampoco descansa: juega fútbol, anda a caballo, se sube a la lancha...

Pero eso es una forma de descanso. Me levantaba tipo 6 de la mañana, me ponía mi bata y bajaba a trabajar al comedor mirando el lago Ranco y trabajaba de 6 a 9 am, hasta que llegaba el terremoto de los nietos y ahí iniciaba mi día con ellos: andar a caballo, subir cerros, nadar, bajar ríos, todo lo que uno hace en el verano. Después, en la tarde, volvía a dedicarle un par de horas al trabajo. Una vez estaba despierto muy temprano y llegó el ministro Blumel, como a las 5 y media de la mañana porque se había ido en bus a dejarme unos papeles para firmar, porque el Presidente, aunque esté de vacaciones, no deja de ser Presidente. Tengo que firmar 100, 200 documentos diarios. Este es un régimen muy presidencialista.

¿Y está conforme con el régimen presidencialista, o es de los que piensa que debería avanzar hacia otro sistema?

Yo no conozco a ningún Presidente de Chile, que no crea que lo mejor para Chile es el régimen presidencial. Siempre he pensado que para las características, la idiosincrasia de Chile, es mejor tener un régimen presidencial que un régimen Parlamentario, por una razón muy simple: cuando la responsabilidad y el poder se diluye entre muchos, nadie la asume.

Hay uno que es semipresidencial.

Mire, una vez conversaba con el Presidente Sarkozy y me decía que no existe el sistema semipresidencial. Cuando el Presidente tiene mayoría en el Congreso es un sistema presidencial y cuando no tiene mayoría, es un sistema parlamentario. El era muy crítico de ese sistema.

En cambio en Chile, el Presidente es jefe de Estado y jefe de Gobierno y, salvo circunstancias muy extraordinarias, nadie lo puede botar.

Hacer fracasar el gobierno

¿Qué ha sido lo más decepcionante de este primer año?

El 2018 fue un buen año para el país, para Chile Vamos y  para el gobierno. Cuando llegamos, nos hicimos cargo de urgencias que habían sido irresponsablemente postergadas: el problema de la migración, poner a los niños primeros en la fila, enfrentar el tema de la Araucanía y poner a Chile en marcha.  El país que recibimos era un Chile que prácticamente no crecía, que no creaba empleos, o muy pocos y de mala calidad, que tenía un déficit fiscal gigantesco y una deuda pública que se había duplicado en 4 años, en que la inversión y la productividad caían y caían.

Nos hicimos cargo de eso, pero además la ciudadanía nos dio la misión de cumplir un proyecto. Como tenemos minoría en las dos cámaras, tenemos que estar permanentemente conjugando cómo cumplimos nuestro programa y cómo logramos la mayoría suficiente para que el Congreso apruebe los proyectos de ley. Afortunadamente, Chile es un país presidencialista, y por tanto no todo depende del Congreso....

Ahora, para el año 2019 tenemos tres grandes prioridades: seguridad ciudadana, el programa Clase media protegida, y fortalecer lo que llamamos Chile en marcha, es decir, que Chile deje de ser ese país estancado, frustrado, que estaba  en lo últimos lugares de los ránking y que vuelva a crecer con fuerza.

Para muchas de estas medidas se necesita el Congreso. Usted partió este año y el pasado llamando a los acuerdos y rápidamente empezó a acusar a la oposición de obstruccionista. ¿Qué expectativa tiene en ese sentido?

Mire, en el primer discurso al país el 11 de marzo del año 2010, desde un balcón de La Moneda, convocamos, a todo Chile y por supuesto a los partidos de oposición a 5 grandes acuerdos nacionales, y lo logramos. Este año, vamos a convocar nuevamente al país y a la oposición, a nuevos acuerdos nacionales, porque yo estoy absolutamente convencido que cada vez que Chile se une detrás de una causa noble, conquistamos nuestros más hermosos triunfos, y cada vez que nos dividimos en peleas fraticidas, logramos nuestras más dolorosas derrotas.

¿Qué opinión tiene de la oposición?

No quiero hablar de "la" oposición, porque hay distintas actitudes. Hay un grupo que desde el primer día dijo " vamos a negar la sal y el agua" y que no se iban a incorporar a estos grandes acuerdos nacionales. Esa es una conducta de un grupo. Pero hay otro grupo que ha demostrado una actitud mucho más constructiva, mucho más abierta, y nosotros vamos a buscar a acuerdo con los que quieran llegar a acuerdo. Eso es lo que hicimos el año 2018 y vamos a seguir haciendo el 2019.

No lo decepcionó la oposición, entonces.

Es muy importante entender que el rol de la oposición no es hacer fracasar al gobierno de turno. Primero, porque eso es malo para Chile y segundo, porque las oposiciones que hacen eso, son castigadas por la ciudadanía. El rol de la oposición es, por supuesto, intentar volver a ser gobierno, pero colaborando con el país, y por tanto buscando acuerdos con buena voluntad.

Secreto de Estado

Dice que obviamente uno de los objetivos de una oposición es volver a ser gobierno. Usted ya lleva dos, ¿Se plantea una tercera?

Mire, no, no está en mis planes.

¿No cerrado?

No está en mis planes, ¿qué parte no está clara?

Los políticos pueden decir muchas cosas, Presidente. Usted lo sabe.

Es verdad, pero no está en mis planes. Mire, yo en mi vida he tenido grandes  vocaciones. La primera fue académica, después me vino una vocación de emprendimiento y partí de cero, creando muchas empresas, pero yo sabía que mi verdadera vocación era el servicio público  y me fui a la política: fui senador, presidente de Renovación Nacional, candidato a la Presidencia, Presidente de Chile y nuevamente Presidente de Chile. Pero yo tengo, en el fondo del alma, una cuarta vocación. Y espero tener la oportunidad de poder desarrollarla.

¿Y qué quiere ser? ¿Actor?

Secreto de Estado.

 ¿Y está preocupado por quién los suceda?

Por supuesto que sí. El éxito de gobierno se mide por dos grandes frentes. Primero, si logró dejar un país mejor del que recibió, si logró mejorar la calidad de vida de los chilenos.Y la otra forma de medir, es si logró traspasarle la banda a una persona que continúe con ese proyecto.

Pero no está muy claro ese terreno, no se ve mucha figura, salvo Lavín.

Mire, nada en la vida es fácil, y por tanto, es una decisión que van a tomar los chilenos el año 2021. Pero sí, estamos trabajando. Por eso del primer día, planteamos un programa, un proyecto, una misión a 8 años de plazo.

Imagino que usted ha observado la trayectoria política de Lavín y cómo él ha ido adecuándose a nuevos tiempos y discursos, ¿cómo lo ve?

Bueno, yo conozco a Joaquín Lavín de la escuela de Economía. Le tengo un gran aprecio y un gran cariño. Creo que es una persona que es un resiliente, creo que es una persona que va enfrentando los desafíos, se va renovando, va encontrando los nuevos caminos, y eso yo lo aprecio mucho. Pero no me haga hablar de candidatos, cuando todavía nuestro gobierno no ha cumplido ni siquiera su primer año de andar.

Adolescentes sin causa

El Frente Amplio también cumple un año como fuerza política, con una bancada de 20 diputados en el Congreso. ¿Es lo que prometió o resultó ser menos?

Mire, el Frente Amplio aporta una renovación, un espíritu, una rebeldía, una juventud  que yo creo que le hace bien a nuestra sociedad, porque a veces la sociedad se va anquilosando, envejeciendo. Siempre recuerdo una frase que dijo Fittipaldi, el gran corredor de autos brasilero: que para ganar las carreras requería miedo y coraje.

Sin coraje no se subía al auto, no podía ganar. Sin miedo chocaba en la primera curva, y así tampoco podía ganar. Todos tenemos que tener esa combinación; el coraje es la audacia, el querer cambiar las cosas para mejor, el atreverse a explorar nuevos caminos, y el miedo es la prudencia. Y yo siento que a algunos le falta miedo y a otros le falta coraje.

Sumando y restando, yo le diría al Frente Amplio, que lo que no debe pasar es que uno sea un eterno adolescente sin causa. El Frente Amplio está en búsqueda de esa causa y hasta ahora no basta la rebeldía, no basta la crítica. Ahora hay que ver que otra cosa es con guitarra.

El año pasado, dos diputados del FA, Gabriel Boric y Maite Orsini, se juntaron con Ricardo Palma Salamanca en París. ¿Qué le pareció?

Pienso que parlamentarios no debiesen juntarse con una persona que está condenada en forma definitiva por la justicia chilena, por un asesinato a un Senador, por secuestro a un joven y por múltiples delitos. Además, no sé por qué lo hicieron en secreto... Doble error, creo que no debiesen haberse juntado y si lo hicieron, debieron haberlo informado.

¿El gobierno hizo todo lo suficiente, cree usted, para poder lograr la extradición, o se pudo haber hecho más?

Bueno, la extradición de Palma Salamanca quedó en un órgano autónomo e independiente del gobierno francés, que fue el que le dio carácter de refugiado, y después fue resuelta por  el Poder Judicial.  Nosotros hicimos nuestras gestiones con el gobierno de Francia, pero esto fue resuelto en otra instancia... yo lo conversé personalmente y en más de una oportunidad, y en vivo y en directo, con el Presidente Macron.

Y no fructificó.

El Ejecutivo francés no tuvo nunca la oportunidad de tomar la decisión.

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Foto: Mario Téllez / La Tercera[/caption]

Lagos, equivocado

Presidente, esta semana el ex Presidente Lagos lo criticó por Prosur. Dijo que lo llamó para planteárselo.

Creo que el ex Presidente Lagos está equivocado y yo se lo expresé con mucha fuerza y claridad, por eso me extraña que persista. El dice que Prosur no puede ser una instancia ideologizada y Chile nunca ha pretendido ni propuesto crear una instancia ideologizada. Quiero aprovechar de decirle al Presidente Lagos y a todos los chilenos, que América del Sur necesita un foro donde poder juntarse, dialogar, buscar acuerdos y hacer que nuestra voz se escuche con mayor fuerza en el mundo. Ese foro hoy día no existe, porque UNASUR está totalmente fracasado por exceso de ideologismo, exceso de burocracia,y porque los otros foros son de otra naturaleza. Este proyecto de Prosur es para todos los países de América del Sur con una sola condición: que tengan un firme y claro compromiso con la democracia y con el respeto a los derechos humanos.

Es decir, sin Maduro.

Maduro va a pasar, y el día que Venezuela sea realmente un país democrático va a tener las puertas abiertas. Escuché al ex Presidente Lagos decir "por qué no expandimos la Alianza del Pacífico", pero en América del Sur hay 10 países y en la Alianza del Pacífico hay solo 3 países de América del Sur, y además, es un foro que tiene un objetivo distinto. Querría pedirle a los opositores que no insistan en algo que no es verdad. Este proyecto de Prosur no tiene ningún sesgo ideológico; que hoy día la mayoría de los gobiernos de América del Sur sean de centro derecha, es una circunstancia que puede cambiar con el tiempo. Ojalá no cambie. Me sorprende que reiteren y que persistan en ese error, cuando ellos, que son muy inteligentes, saben que lo que están criticando no es lo que Chile está proponiendo.

¿Y por qué lo hacen entonces?

Pregúnteselo a ellos. Cuesta comprender, de personas a las cuales uno tiene aprecio y respeto...

¿Cuál es su pronóstico para Venezuela, qué va a pasar?

Creo que los días de Maduro están contados, y que mucho más temprano que tarde, Venezuela va a recuperar su libertad, democracia y respeto a los derechos humanos. El Presidente Juan Guaidó en 35 días, unió a toda la oposición democrática venezolana, cosa que antes estaba totalmente dividida, consiguió el apoyo de la inmensa mayoría de las democracias del mundo, y un apoyo de verdad comprometido, y además ha puesto el tema de la libertad y la democracia arriba de la mesa....

¿Qué es lo que tiene que pasar ahí?

Muy simple. La presión del pueblo venezolano, que cada día se expresa con más fuerza y más decisión, unido a la presión de las principales democracias del mundo, son dos fuerzas que van a primar y van a prevalecer, por sobre la intención de una dictadura de aferrarse al poder.

Da la impresión de que usted lo ha tomado como una causa personal...

Conozco a Juan Guaidó hace muchos años. El 2015 fui a Venezuela y fuimos a ver a Leopoldo López que estaba preso en una cárcel que se llama Ramo Verde. En el auto iba el padre y la madre de Leopoldo López, su mujer, Lilian Tintori y su mano derecha o principal colaborador, que era Juan Guaidó.

¿Pero tiene una causa personal?

Bueno, efectivamente le tengo mucho aprecio y cariño. Venezuela fue muy generosa cuando en Chile se vivieron momentos oscuros en materia de DD.HH. en recibir a muchos chilenos y esa es una deuda de gratitud. Pero además, yo creo que en los tiempos modernos, la libertad, los derechos humanos, la democracia tienen que ser defendidas y no reconocen límites ni fronteras. Eso ha sido un principio fundamental de la política exterior chilena.

La crítica interna fue que usted había tomado decisiones solo.

Pero razonemos. Creo que estoy actuando en absoluta consecuencia y en los tiempos que vive Venezuela, no son tiempos para posiciones ambiguas, vagas, son tiempos de hablar fuerte y claro. Le pregunto a los críticos ¿dónde esta actitud estaría interfiriendo con los principios tradicionales de la política exterior chilena? Nunca lo han dicho.

Pero se refieren a su decisión de partir a Cúcuta, a intentar entrar la ayuda a Venezuela...

Pero es otra cosa. Me invitó el Presidente Iván Duque y me invitó el Presidente Juan Guaidó. Sentí que dado el drama que vive Venezuela, era no solo el momento de apoyar con las palabras sino también con los gestos y con los símbolos que son muy importantes.

¿Está contento?

Contento, sí, entusiasmado, sí.

¿Y qué no?

Me gustaría que pudiéramos recuperar ese espíritu que nos permitió hacer una transición ejemplar a la democracia, ese espíritu de mayor capacidad de diálogo, de acuerdos, de buena voluntad y mejorar la calidad de la política. De repente pienso que uno de los principales problemas que tiene la sociedad chilena es la falta de capacidad de los políticos para escuchar y entender qué quieren los chilenos y la fuerza y voluntad para ponerse de acuerdo en el camino.

¿Y usted, en ese sentido, tiene algún mea culpa que hacer?

Siempre hay mea culpa, pero yo cada vez que leo los diarios hay tantos que me están cobrando las cuentas que no me haga a mí ser masoquista en esta materia.

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