A propósito de Paula: Las tres causales de la eutanasia que podrían replicar la pugna sobre el aborto

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El caso de una joven de 19 años que pide "su derecho a descansar", aquejada de una dolencia aún sin diagnóstico anticipa una nueva y encendida discusión valórica en el Congreso. En poco más de un mes se votaría un proyecto de ley que considera tres causales que generan consensos y disensos.


Esta semana los noticieros recordaron el caso de Paula Díaz, la joven de 19 años que sufre hace cuatro años una rara enfermedad -tan extraña que aún no ha podido ser diagnosticada- que la tiene postrada e invalidada, y que durante el gobierno anterior le había pedido a la Presidenta Michelle Bachelet que se le aplicara la eutanasia. Su hermana le pidió ahora a Sebastián Piñera que la ayude a acceder a "una muerte digna"; a  lo que la ministra vocera, Cecilia Pérez, respondió que "somos partidarios de la vida" y que esta administración no está por el "suicidio asistido".

La controversia está comenzando. El caso de Paula coincide con la tramitación de dos proyectos de ley que buscan legislar y regular la eutanasia en Chile. Uno de ellos, promovido por el diputado Vlado Mirosevic (Partido Liberal) está discutiéndose en la Comisión de Salud y dentro de un mes y medio podría estar votándose en la sala. Un escenario impensado el 2014, cuando se presentó, y más si tomamos en cuenta que en Latinoamérica sólo Colombia ha legalizado la "muerte digna".

Puesto en simple, la norma considera tres causales. Igual que en el caso del aborto. La primera es la más conocida: la del paciente desahuciado y terminal. La segunda, en el caso de enfermedades invalidantes, incurables y que implican un sufrimiento para el paciente. La tercera apunta al dolor sicológico, casos específicos pero que ocurren, recalca el parlamentario. Por ejemplo, un paciente que lleve años de años paralizado del cuello para abajo, que no se pude mover y por lo tanto no sufre dolor físico, pero sí emocional.

La situación de Paula podría entrar dentro de la segunda causal, pero hasta ahora no tiene un diagnóstico clínico, tras pasar por distintos médicos. "En nuestro proyecto es necesario tenerlo que el médico tratante tenga un diagnóstico. En el caso de Paula ha sido difícil, no se ha podido lograr, y ahora lo van a intentar nuevamente con otro equipo médico", explica Mirosevic.

En la familia Díaz hay posiciones encontradas. La hermana de Paula, Vanessa, la ha apoyado en sus peticiones, pero su madre se opone. El proyecto en trámite no deja la decisión en manos de la familia, sino que sólo en las del paciente, quien puede incluso dejar establecida su voluntad anticipadamente por escrito.

Voces a favor pero cautelosas en el oficialismo

¿Tiene como ser aprobada una ley así en Chile? Mirosevic cuenta que ha podido sondear un apoyo "bastante alto" en la Cámara, con "un Congreso más liberal que el 2014, antes era más conservador", y donde contaría "con la gran mayoría de la oposición". ¿La DC? El diputado -y médico- Daniel Verdessi, de la Comisión de Salud, está a favor del proyecto en sus tres causales, aunque con algunas condiciones en el caso de la tercera -la del dolor sicológico-, como que quede claramente establecido un diagnóstico incurable de su enfermedad.

En el oficialismo hay cautela pero no rechazo total. Otro proyecto ingresado, pero que está más retrasado en su tramitación, es el presentado por las diputadas RN Marcela Sabat, Karin Luck, Erika Olivera, y sus pares Sebastián Torrealba, Andrés Longton y Aracely Leuquén. Una de las diferencias basales es que no considera la tercera causal.

Sabat cree que ambos proyectos podrían tramitarse juntos, pero que "votaría en contra" de la tercera. "El Estado a través de la ley no puede entrar o es muy complejo entrar a determinar el resultado de un dolor psicológico, que puede ser equiparado con el que experimenta una persona que decide por el suicidio", dice.

En Evópoli, en tanto, su ex presidente y diputado, Francisco Undurraga, está a favor de que se discuta esta ley. En el caso de la segunda causal, la de dolencia incurables e invalidantes, señala que "en mi caso personal me gustaría debatir más, escuchar más, para poder fijar una posición", y hace ver que es un tema en que hay que ser cuidadoso con las palabras. Sí sostiene que "tampoco estoy a favor del suicidio".

Mirosevic -quien esta semana pedirá en la comisión que se abra plazo para presentar indicaciones al texto- sí insiste en que las tres causales "es nuestro piso mínimo, menos de eso no estamos dispuestos a legislar". Y haciendo especial hincapié en la tercera causal -la del dolor sicológico- sostiene que"no estamos dispuestos a rebajarla".

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