Quiénes son los amigos de Lula en Chile

"Mira hermano: Mi inocencia es lo único que tengo y la voy a defender hasta el final". Ese fue el mensaje que hace tres semanas, en medio de un abrazo, Luiz Inácio Lula da Silva le dio al ex senador PS Carlos Ominami, durante un encuentro que ambos sostuvieron en la frontera de Brasil y Uruguay con el ex presidente José Mujica.

Ominami es de los últimos chilenos que estuvo con Lula antes de que anoche el Supremo Tribunal Federal de Brasil rechazara el recurso de habeas corpus que presentó su defensa, por el cual ahora arriesga una pena de cárcel que enturbia su aspiración presidencial.

El ex senador PS pertenece al grupo de chilenos que en los últimos 20 años construyó una relación privilegiada con el ex mandatario, hoy cuestionado en su probidad.

Las redes del expresidente  brasileño con Chile se hicieron desde dos vertientes. Por un lado gracias a la alianza política-estratégica entre el Partido de los Trabajadores (PT) con la izquierda chilena y también a través de la presencia de empresas y ejecutivos chilenos en Brasil.

En el primer grupo están Ominami, el ex presidente Ricardo Lagos, el ex embajador y senados PS Jaime Gazmuri y el ex ministro Sergio Bitar, entre otros.  El ex ministro Máximo Pacheco, en tanto, construyó su relación con Lula  entre 2003 y 2009, cuando fue representante de América Latina de International Paper.

En julio del año pasado Lula da Silva rompió en llanto frente al féretro de Marco Aurelio García, su histórico asesor internacional  que falleció sorpresivamente de un ataque al corazón. En el  sepelio estaban presentes el embajador Jaime Gazmuri y Carlos Ominami.

La presencia de los chilenos en el funeral en Sao Paulo no era una casualidad. La relación de Lula y Chile sería prácticamente inexistencia de no ser por García, quien en su juventud vivió en Chile, perteneció al MIR y, en su calidad de asesor político,  tejió las redes del ex mandatario con la izquierda chilena.

El ex presidente de Brasil vino por primera vez a Chile en 1989, aun en dictadura. Al año siguiente, Carlos Ominami lo recibió siendo ministro de Economía de Patricio Aylwin.

Pero fue en 1997 cuando se selló el pacto entre el entonces futuro mandatario de Brasil y la izquierda chilena. Por esa época, el Grupo Alternativa Latinoamericana que integraba Ominami, organizó -junto al mexicano Jorge Castañeda- un encuentro político internacional en Marbella.

En el marco de ese cónclave internacional Ricardo Lagos Escobar conoció a Lula. Desde ahí construyeron una relación de cercanía que llevó a que esta mañana el ex Presidente chileno lo defendiera en Twitter:  "Confío en que las instituciones democráticas corrijan estas graves decisiones", escribió Lagos aludiendo a la decisión del tribunal de Brasil.

"Lo que más distingue a Lula da Silva es que logra tocar todas las teclas de la comunicación. Puede encontrarse con el más pobre y tener una conversación fluida, donde lenguaje común y de igual forma hablar con un empresario importante".

El ex ministro de Energía Máximo Pacheco, expresa así su admiración por Lula. En conversación con La Tercera PM resalta que el ex dirigente sindical brasileño aprendió a leer a los 10 años, que tuvo zapatos recién a los 12 años y que desde ese origen humilde , pudo ser Presidente.

"Habla bien del país el que una persona de origen humilde llegue hasta ahí. Habla bien de la movilidad social", agrega.

En su rol de ejecutivo de International Paper, Pacheco sostuvo encuentros habituales con Lula hasta 2009 cuando se fue a Europa representando a la misma empresa.  Dice que era una relación formal con un mandatario, pero en la que hubo múltiples oportunidades de trato personal. "Él conocía y seguía a Chile con mucha atención. Sobre todo el materia de desarrollo y políticas sociales", recuerda.

Lula, era una voz escuchada por el empresariado también en Chile. En noviembre de 2013, Eliodoro Matte, Juan Eduardo Errázuriz, Horst Paulmann, Fernando Echeverría, Gerardo Jofré, Alfonso Swett Opazo, Ignacio Antoñanzas y Jorge Awad, y otros, lo recibieron en un desayuno en el restaurante Osadía, en Nueva Costanera. Se trataba de un encuentro organizado por la Confederación de la Producción y el Comercio (CPC) y apuntaba a escuchar la opinión del ex mandatario.