Denuncias de abuso sexual: El rol de los obispos en la mira

EzzattiWEB

Luego de la detención del ex vicecanciller Muñoz, la Fiscalía persigue eventual encubrimiento.


El filósofo José Andrés Murillo no ha olvidado el día en que enfrentó al entonces canciller de la Iglesia, Óscar Muñoz Toledo, detenido hoy, como informó en exclusiva La Tercera PM, por abuso sexual y estupro reiterado en contra de menores por orden del fiscal Emiliano Arias.

Al "notario" del Arzobispado, cuenta, le correspondió tomar su testimonio como víctima del sacerdote Fernando Karadima:

- Recuerdo perfecto que cuando comenzamos, me senté y me dijo "¿por qué sigue con este tema de los abusos? Deberían pasar de cambio". Le dije que esto era gravísimo y que su rol no era juzgarnos por declarar, sino tomarnos la declaración. Me quedó grabado- cuenta.

Por su rol en la Fundación para la Confianza y porque conocía el poder que ostentó Muñoz Toledo, desde su autodenuncia, que se hizo pública en mayo de este año, hasta la incautación del archivo eclesiástico por parte de Arias, Murillo ha estado pendiente de cómo se desarrolla la investigación. Su análisis coincide con el del Ministerio Público: llegó la hora de ahondar en la eventual responsabilidad de obispos como encubridores de los religiosos que han usado su cargo para vulnerar sexualmente a menores.

Según fuentes del Ministerio Público, éste es uno de los focos principales que seguirá Arias, toda vez que Muñoz Toledo ejerció desde 2011 como brazo derecho del Arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati. En ese cargo, tuvo en custodia los documentos eclesiásticos en que figuraban 7 acusaciones en su contra por abuso sexual y estupro entre los años 2002 a 2018 que afectaron a menores de entre 11 y 17 años al momento de la ejecución de los delitos. Al ser esta información parte de los antecedentes del religioso, necesariamente debían estar en conocimiento del obispo respectivo, pues debe realizarse siempre una investigación previa. Sin embargo, no hubo denuncias ante la justicia civil.

La recopilación de material por parte de Arias cuando procedió a la incautación de documentos en dependencias del Tribunal Eclesiástico de Santiago, el Arzobispado de Santiago y en paralelo en el edificio de la Diócesis de Rancagua el pasado 13 de junio, le ha permitido reconstruir el comportamiento en la curia -en varios casos- en que se optó por no enviar información sensible a tribunales y sólo seguir el camino de justicia canónica. Hoy el persecutor, como reveló este medio, procedió a la entrada, registro e incautación de archivos en la Oficina Pastoral de Denuncias (OPADE),-creada por decreto N° 362 el 2 de noviembre de 2011 y que tiene como objetivo estar disponible para recibir las denuncias y acoger a las víctimas de abuso por parte de clérigos y agentes pastorales "contra el sexto mandamiento"-; y volvió a ingresar al Tribunal Eclesiástico.

Al respecto, Murillo destacó que como Fundación están "recibiendo información respecto de cuál ha sido el rol no solo de Óscar Muñoz sino del Arzobispado y de los obispos de los que estuvo a cargo y los documentos a los que tuvo acceso. Estamos estudiando qué acciones legales seguir porque esto nos parece gravísimo, porque deja en evidencia que las palabras del Papa que fueron durísimas sobre la Conferencia Episcopal siguen vigentes, aquí es el Estado el que tuvo que entrar, no fue iniciativa de la Iglesia entregar los antecedentes y creemos que la cultura de abuso y la cultura de encubrimiento que es tanto o más grave que el abuso sigue vigente".

También hizo "un llamado público al fiscal nacional para que le entregue las competencias necesarias y la dedicación ojalá exclusiva al fiscal Emiliano Arias para que investigue los abusos sexuales cometidos por miembros de la Iglesia contra menores de edad y ojalá en todo Chile, porque ha habido abuso y encubrimiento sistemático y eso es algo que la Fiscalía tiene que investigar. No puede ser una indagatoria fragmentada, parcelada en distintas regiones, sino que así como el fiscal Emilfork está investigando los casos del Sename, el fiscal Arias debería ser el encargado de investigar el abuso sexual y encubrimiento de los sacerdotes de la Iglesia Católica".

En cuanto al rol de Ezzatti -quien tuvo a Muñoz como asesor directo-, Murillo dijo que "eso se llama encubrimiento, protección a los agresores e incluso podría ser obstrucción a la justicia, porque ellos tienen un rol de garante. Cuando se ha conocido un abuso y no han intervenido para que no vuelva a ocurrir, ellos son responsable".

Hasta ahora existe constancia de testimonios, ratificados ante el Ministerio Público, de siete víctimas: cinco de sus sobrinos, hijos de primos hermanos del religioso. Otro corresponde a uno de sus acólitos. Un séptimo denunciante fue abusado en el año 2004 en Rancagua, lo que le permitió a Arias solicitar la orden de detención en el tribunal de esta ciudad.

Muñoz Toledo, según los testimonios, se ganaba la confianza de los niños, se convertía en su confesor, posteriormente les realizaba tocaciones, pedía que lo masturbaran y en al menos un caso hubo acceso carnal. Existen, además, otras tres denuncias de actuaciones que sostienen que el religioso exhibiéndose o solicitando que lo tocaran sin que los menores accedieran.

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