Tras la derrota de ayer: El rompecabezas opositor ante la acusación contra Pérez que se votará... después del 25/O

(Foto: Agencia Uno)

Las recriminaciones y hasta funas entre el Frente Amplio y la exNM tras el fracaso de ayer a los pies de Mañalich no ayudan mucho a rearmar las confianzas rotas tras la ruptura en el caso primarias municipales. Ahora la duda es el libelo contra el jefe de Interior: se votará cerca del 5 de noviembre, cuando el sector esté con la mente preocupada en unirse de cara al 2021. Así y todo, en el gobierno y la UDI dicen no estar confiados. Pérez ya tiene abogado: su amigo, el penalista de Concepción Mario Rojas.


“La nueva Concertación salvó a Mañalich”. Con ese lema y bajo el logo del Frente Amplio, Convergencia Social subió anoche a su cuenta de Instagram una fotografía del exministro de Salud con una lista de los siete parlamentarios opositores que se abstuvieron en la votación en la que horas antes había fracasado la acusación constitucional. Sumados a quienes votaron en contra y quienes se ausentaron, en total el bloque acusó ayer doce bajas, desatando agrias recriminaciones.

“Ellos prefirieron proteger a un exministro que alteró cifras, que manipuló información, que apostó por la inmunidad de rebaño y que no hizo todo lo posible para evitar que la gente se contagiara", decía la publicación aludiendo directamente a Pepe Auth (ex PPD), Daniel Verdessi (DC), Jaime Tohá (PPD), Pablo Lorenzini (ex DC), Gabriel Silber (DC), Loreto Carvajal (PPD) y Fernando Meza (ex PR). Los dos últimos salieron sorteados para la comisión revisora del próximo juicio político opositor, contra el ministro del Interior, Víctor Pérez.

Apenas subieron la foto-denuncia, los 17 diputados del FA se enzarzaron en un debate por WhatsApp. Entre los de Revolución Democrática y el Partido Liberal criticaron una “funa” que perjudica más al ya revuelto ambiente en la oposición, y argumentaron que no se podía concentrar en unos cuantos legisladores la unidad de toda la centroizquierda. Lo que más habría molestado -según testigos- es que se le colocara el logo oficial de todo el Frente Amplio: desde Convergencia Social defendieron la acción y no bajaron la foto, pero la polémica logró que no la replicaran en las cuentas institucionales del bloque.

La publicación que ayer realizó Convergencia Social en sus redes.

Con cosas como ésta, las acusaciones cruzadas, la desconfianza que quedó clavada todavía más profundamente entre el bloque PS-PPD-PR y el FA luego de la traición de que les acusaron en el fracaso de las primarias municipales, y otros episodios que les alejan de la unidad para el crucial 2021, ahora la duda es la siguiente. Cómo va a terminar la acusación contra Víctor Pérez, que se estaría votando en la sala de la Cámara alrededor del 5 noviembre.

O sea, once días después del plebiscito, y cuando lo más probable es que el sector esté con la cabeza en eso: tratando de buscar unir a todo el arco ante las elecciones municipales, gobernadores y convencionales (abril 2021) si es que logran evitar la dispersión de listas. Exponerse a otra reyerta divisionista y regalarle otro triunfo al gobierno en ese momento asoma como muy inconveniente en el bloque.

Algo de ese ambiente se digirió -según ciertas versiones- en la bancada de diputados PS ayer. Algunos sacaban cuentas de que como el FA empujó el juicio político contra Mañalich sin trabajar en equipo (los abogados socialistas no fueron incorporados a eso), y como ya tenían dudas de la solidez del escrito, al final quedaban arrinconados y casi forzados a apoyarla. En ese partido ya sospechan que sectores frenteamplistas están repitiendo una y otra vez el libreto para buscar ganancias electorales a costa de ellos y del resto de la ex NM, hoy Unión Constituyente en lenguaje electoral.

Ningún diputado PS firmó la acusación contra Mañalich, pero sí lo hicieron con la de Pérez. Pero fuera de comillas ahí dicen que esta última es débil y que va a enfrentar las mismas complicaciones que la que se perdió ayer. En el colectivo molesta que el FA haya utilizado la votación de ayer para intentar aplacar las críticas que recibieron por no concurrir a un pacto unitario por primarias. “Querer vincular la votación de ayer con el fallido pacto unitario de primarias, es una escaramuza para trasladar la responsabilidad de quienes no quisieron adscribir en los hechos a un acuerdo", sincera el diputado Juan Santana.

En las filas PS se descolgó Jaime Tohá, laguista y en quien puede haber incidido, creen -más allá de que tenga a su hijo trabajando en el gobierno- que el expresidente Ricardo Lagos le pusiera espaldas a Mañalich. Algunos temen que también se margine de la de Pérez. Pero el jefe de bancada Luis Rocafull dice que “él se abstuvo, lo comunicó y es muy respetable”.

Valga recordar acá que diputados PS como Marcelo Schilling y Fidel Espinoza ya plantearon no activar más acusaciones antes del plebiscito para no dividir más al sector.

En el PPD admiten que los “ánimos no están buenos” y que hay un “desgaste y cansancio” en la Cámara y, por tanto, no descartan que esto pueda tener un efecto significativo en la AC contra Pérez. En la DC también hay diputados -como dice uno fuera de micrófono- que piensan que lo de ayer “afecta o al menos resiente los términos de unidad”, y que “sí va a tener incidencia en la de Pérez, pero aún no podría cuantificarlo”. Ojo sí porque en ese comité fueron los impulsores del libelo contra el Número Dos de Palacio.

“La oposición tiene que aprender de los errores, basta de una oposición infantilista", tercia el legislador Raúl Soto (ex DC) quien insiste en que "tenemos que aprender la lección, que no nos pase lo mismo que nos pasó con la acusación de Mañalich, ahora con la del ministro Pérez”.

“Los contadores se resetean a cero”

¿Significa esto que en el PS o el PPD le van a dar la espalda al juicio político contra Pérez? Bien dudoso y poco probable no solo porque ya hay firmas comprometidas, sino porque la investigación de la Fiscalía, que formalizó por homicidio frustrado a un carabinero acusado de impulsar a un menor de edad en el Puente Pío Nono, lleva la etiqueta de derechos humanos. Y se ve difícil zafar de eso.

Además, la acción contra Pérez puede encenderse más si ocurren dos situaciones de riesgo que preocupan en el gobierno. Una, que se repitan hechos como el del Puente Pío Nono. Dos, que durante la investigación judicial la fiscalía eventualmente decida reformalizar al expulsado policía, o formalizar a sus superiores, por obstrucción a la investigación o por falsificación de instrumento público (si se determina que se adulteraron partes). De ocurrir eso, se cree que se estrecharía el cerco contra el jefe de Interior.

Por lo mismo, en La Moneda y en la UDI admiten que la victoria de ayer con Mañalich no abona ni un centavo político a la cuenta pensando en el lance contra Pérez, incluso sabiendo que parte de todo el dilema opositor descrito más arriba tal vez pueda jugarles a favor. “Los contadores se resetean a cero después de ayer" y “no podemos estar tranquilos ni confiados”, dicen en Palacio y en el partido del ministro, donde se toman poco menos como personal esto (es su segundo hombre acusado por estos temas, después de Andrés Chadwick).

Más allá de las gestiones que haga el gobierno y la Segpres del ministro Cristián Monckeberg, en la UDI dicen que por ningún motivo se van a fiar solamente de eso. Ya hay parlamentarios del partido trabajando en conversar y conversar con congresistas opositores, partiendo por el senador Claudio Alvarado, exministro Segpres y que ante cada acusación -cuenta con varias a cuestas, con victorias y derrotas, como la de Chadwick- aplica su propio manual para intentar voltear o anular votos de sus adversarios.

Preocupa en ese bando -aunque insisten en que esta segunda acción es más débil que la que ganaron ayer- la etiqueta derechos humanos, los imprevistos que puedan pasar de acá al 25/O, un teórico envalentonamiento opositor si los porcentajes del “Apruebo" y la Convención Constituyente son muy mayoritarios. La defensa de Pérez ya está en manos del penalista de Concepción y viejo amigo suyo Mario Rojas Sepúlveda. El mismo ministro se lo recomendó a la jefa UDI para que la defendiera en el Caso Corpesca.

En La Moneda algunas voces insisten en advertir que, dada la incierta ruta de acá al 5 de noviembre, el peligro de perder al tercer ministro del Interior de este gobierno todavía no puede considerarse neutralizado. Y que no resiste análisis el supuesto de que tenga que renunciar si su margen se estrecha demasiado. ¿Mario Rozas? Siguen circulando versiones que apuntan a aguantarlo al mando de Carabineros al menos hasta después del plebiscito.

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