Candidato oficialista gana elecciones presidenciales en Paraguay

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Mario Abdo Benítez, del Partido Colorado, saludando ayer a sus seguidores.

Mario Abdo Benítez asumirá el cargo en agosto por cinco años y deberá afrontar varios retos para promover el crecimiento económico del país.


Paraguay se aferra al oficialista Partido Colorado. La fracción heredera de la dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989) mantendrá firme las riendas del país para un nuevo gobierno.

Con el 99,23% de las mesas escrutadas por el Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE), Mario Abdo Benítez se adjudicó el triunfo con el 46,45% de los votos, por sobre el 42,73% del liberal Efraín Alegre, que corría en alianza con una coalición de izquierda.

Luego de una campaña marcada por el descontento del electorado, el ahora sucesor de Horacio Cartes, que asumirá el cargo en agosto, deberá afrontar por cinco años varios retos para promover el crecimiento económico del país, atendiendo con urgencia la lucha contra la corrupción, la pobreza, mejoras en salud y educación, entre muchos otros.

Alrededor de 4,2 millones de paraguayos estaban habilitados para votar en los comicios que también renovaban 45 escaños del Senado, 80 de la Cámara de Diputados y 17 gobiernos regionales.

Los colegios electorales cerraron oficialmente a las 16:00 hora local, en el último tramo de una jornada que se desarrolló sin mayores incidentes.

"Marito", de 46 años, es hijo del secretario privado de Stroessner, que gobernó Paraguay con mano de hierro por 35 años hasta 1989. En varias oportunidades se ha declarado a favor "de las cosas buenas de aquella época", pero contrario a los abusos y al terrorismo de Estado.

"Voy a liderar un gran proceso de diálogo nacional", dijo Abdo a periodistas en el jardín de su casa al iniciar la jornada electoral, poco antes de votar y visitar la tumba de su padre en un cementerio de Asunción.

Los lineamientos

En su plan para Paraguay, Abdo Benítez promete bajar la presión tributaria del país para convertirlo en un atractivo de inversiones. Sobre esto, también promueve el establecimiento de alianzas estratégicas con naciones como Brasil.

Abdo, exsenador educado en Estados Unidos, también ha dicho que quiere tender lazos con China sin comprometer su vínculo diplomático con Taiwán.

Como ganador de la contienda, el próximo Presidente de Paraguay heredará un país con una economía que creció sostenidamente los últimos años gracias a las exportaciones de materias primas y la inversión privada, pero que tiene una distribución muy desigual de la riqueza y más de un cuarto de la población en la pobreza.

"Todavía tenemos deudas sociales. Tenemos una pobreza que si bien se ha bajado (...) no hay explicación de que tengamos pobreza", reconoció ayer Horacio Cartes al salir del local de votación.

El saliente Mandatario, quien intentó sin éxito cambiar la Constitución para postularse a un segundo período consecutivo, es candidato al Senado, al igual que los expresidentes Nicanor Duarte y Fernando Lugo.

Entre los temas que causaron mayor polémica durante las campañas de Abdo y Alegre, se encontraba el matrimonio homosexual y el aborto, a lo que ambos se mostraron contrarios, asegurando que de ganar las elecciones, vetarán cualquier proyecto que intente legalizar la unión entre dos personas homosexuales y fuera contrario a la vida.

El Partido Colorado, que ha gobernado Paraguay las últimas siete décadas con la excepción del período 2008-2013, perdería algunos de los escaños en el Congreso, según las encuestas. Abdo podría tener que hacer concesiones para asegurar apoyo en el parlamento.

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