Corrupción pone a Rajoy contra las cuerdas en España

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Mariano Rajoy junto al socialista Pedro Sánchez, en julio de 2017.

El Partido Socialista (Psoe) presentó en la Cámara Baja una moción de censura para sacar a Rajoy. A su vez, Ciudadanos exigió elecciones en las próximas semanas.


Mariano Rajoy, presidente del gobierno conservador español, se encontraba hoy aislado ante la moción de censura de la oposición socialista y el abandono por sus aliados de Ciudadanos, después de que su partido fuera condenado por beneficiarse de una trama corrupta.

Al día siguiente de conocerse la condena, el Partido Socialista (Psoe), primera formación opositora, presentó en la Cámara Baja una moción de censura para tumbar a Rajoy y formar un gobierno en su lugar.

Para lograrlo deberá contar con 176 diputados sobre un total de 350. La mayoría requeriría el apoyo de la izquierda de Podemos, que ya se lo ha dado, y también de los partidos nacionalistas vascos y catalanes, una opción muy complicada ya que Sánchez ha hecho frente común con el gobierno del PP ante el desafío independentista en Cataluña.

Dicha mayoría se anuncia como la única posible, ya que el partido liberal Ciudadanos, que rivaliza con el PP en los sondeos, no apoyará la moción de censura y exige en su lugar que Rajoy convoque elecciones "en las próximas semanas".

Según indicó en Twitter el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, la condena "ha liquidado la legislatura". "Necesitamos un gobierno limpio y fuerte que afronte el desafío separatista. Apoyamos la solución democrática: o convoca elecciones Rajoy o el Congreso con moción instrumental", añadió.

Y es que Ciudadanos, que pretende en el futuro gobernar España, no va a facilitar la llegada de los socialistas al poder.

"La moción presentada por el señor Sánchez, suponemos que con el apoyo de populistas y separatistas, no es la moción de Ciudadanos, no vamos a estar ahí, nos vamos a oponer a esa moción", expuso el número dos del partido liberal, José Manuel Villegas.

La caja negra del PP

La crisis ha estallado al día siguiente de que la justicia anunciara las condenas pronunciadas en el marco de la llamada "trama Gürtel". Dicha trama consistía en un sistema por el que entre 1999 y 2005 se sobornó a dirigentes del PP en distintas regiones de España, para que estos concedieran contratos públicos a empresas "amigas".

En el marco de este caso, la Audiencia Nacional condenó a 33 años de prisión al exgerente y extesorero del PP, Luis Bárcenas (1988-2009), que según la sentencia gestionó desde 1989 una contabilidad paralela en el partido.

Igualmente, la justicia condenó al oficialista Partido Popular a pagar 245.492 euros como "partícipe a título lucrativo" de la trama corrupta, una decisión que será recurrida por el partido conservador, presidido por Rajoy desde 2004.

La condena del PP ha provocado "indignación, alarma, deterioro de la reputación de España", afirmó Pedro Sánchez.

"La situación que se ha creado, de desafección política, de crisis institucional, de crisis de confianza por una parte de la opinión pública (...) para con sus gobernantes, tiene un único responsable, y se llama Mariano Rajoy, enfatizó el líder socialista.

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