Hace una semana que la capital colombiana está inundada de basura. El miércoles pasado, algunos trabajadores de Aguas de Bogotá, encargada de la recolección, transporte y barrido de residuos, iniciaron un paro indefinido ante la inminente pérdida de sus trabajos. Una semana después, Bogotá vive una crisis sanitaria que ha sacado a la luz las rivalidades políticas de la alcaldía.

El paro de trabajadores tuvo grandes alcances en la ciudad. La empresa estatal opera el 52% de la recolección de basura de la ciudad de más de ocho millones de habitantes. Según explica el diario El Tiempo, el paro afecta a 12 localidades en donde viven 3,2 millones de personas que producen, en promedio, 2.700 toneladas de basura al día.

La crisis de la basura es vista como una consecuencia de una disputa política entre el alcalde de Bogotá Enrique Peñalosa, de centroderecha, y su antecesor, Gustavo Petro (2012-2015) y uno de los candidatos a suceder a Juan Manuel Santos en la Casa de Nariño. Al asumir el liderazgo de la ciudad, Petro, ex senador y ex guerrillero del Movimiento-19, propuso que la capital asumiera el servicio de aseo, eludiendo así a los privados.

Pero cuando Peñalosa lo sucedió en 2016, ordenó una licitación del servicio de aseo, y ésta quedó en manos de cinco empresas privadas, que deben comenzar a operar el 12 de febrero y que por ahora sólo han incorporado a 1.100 de los trabajadores de la estatal. El resto teme perder sus empleos.

Ante esa situación, los empleados iniciaron un paro que retrasó la recolección diaria de basura. Durante el fin de semana también se produjeron actos vandálicos que dejaron el 80% de la flota de camiones de la compañía fuera de servicio.

Peñalosa declaró a la ciudad en estado de emergencia sanitaria y ambiental e hizo un llamado a la comunidad a reciclar la mayor cantidad de residuos posible. La medida no tuvo un buen resultado. Tanto ha sido el caos, que según explica la revista Semana, las futuras empresas privadas que operarán el servicio de aseo, conductores del Ejército y la Policía han estado intentando reducir el impacto.

Sólo el fin de semana se recogieron 7.000 toneladas de basura, pero aún resta recuperar otras 2.000. Mientras la ciudad intenta esquivar los desechos que se acumula por días, las redes sociales se han inundado de mensajes buscando responsables. El actual alcalde Peñalosa y el ex edil Petro han comenzado una seguidilla de críticas cruzadas alentadas por sus partidarios. La disputa política sucede además en un año electoral clave en Colombia. El 11 de marzo el país llevará a cabo elecciones legislativas y el 27 de mayo, las primeras presidenciales con las Farc ya no como una guerrilla sino que como un partido político. Petro, que esta semana lidera las encuestas junto al candidato independiente Sergio Fajardo, ha utilizado la protesta de los trabajadores de Aguas de Bogotá para lanzar dardos a la actual administración. Según un sondeo de Invamer para Semana, Caracol Televisión y Blu Radio el ex edil tiene una intención de voto del 23,5%, un aumento de nueve puntos en comparación con la medición anterior. Por su parte, los detractores de Petro han acusado al ex alcalde de tener responsabilidad por no haber dejado resuelto el tema durante su administración.

"En este caso en particular de manera chambona el alcalde Petro, de manera arbitraria, entregó a dedo ilegalmente este mercado a esa empresa pública y por ese error gigantesco los ciudadanos han tenido que pagar más de 95 mil millones de pesos", sostuvo Peñalosa.

A Petro lo acusan además de estar detrás de las protestas junto con el partido de las Farc. "Detrás del saboteo que han hecho con la recolección de basura están intereses politiqueros de las Farc y el petrismo", dijo a Semana la concejala Lucía Bastidas.