Los cálculos de Kim Jong Un y Xi Jinping tras su cita en Beijing

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Kim Jong Un y Xi Jinping comparten junto a sus esposas, durante su encuentro en Beijing.

La reciente carrera nuclear de Corea del Norte había distanciado a China de su antiguo socio, pero el encuentro de ambos líderes parece indicar lo contrario.


Mao Zedong dijo alguna vez que China y Corea del Norte, dos viejos aliados comunistas, estaban "tan cerca como los labios y los dientes". Pero la reciente carrera nuclear de Pyongyang distanció a Beijing de su antiguo socio, al punto que el gigante asiático apoyó las crecientes sanciones impuestas por la ONU. Con todo, el encuentro de esta semana entre Kim Jong Un y Xi Jinping parece haber redibujado ese escenario.

La visita fue el primer viaje conocido de Kim al exterior desde que asumió el poder en el 2011 y los analistas creen que servirá como preparación para las próximas cumbres con Corea del Sur y EE.UU. The Associated Press lo resume así: Al recibir a Kim, Xi confirmó que China desempeña un papel fundamental en las gestiones para limar tensiones en la península coreana, que es desde hace tiempo una de las principales inquietudes de los chinos relacionadas con su seguridad nacional. En lo que respecta al líder norcoreano, el hecho de que se haya visto con Xi primero implica que irá a sus cumbres con Moon Jae-in y Donald Trump mejor preparado y menos aislado.

"¡Espero nuestra reunión!", escribió Trump en Twitter sobre su próxima cita con Kim, y añadió: "Mientras tanto, y desafortunadamente, ¡se deben mantener las máximas sanciones y presiones a toda costa!".

Para la revista británica The Economist, desde la perspectiva de Corea del Norte, "la visita de Kim parece un intento de asegurarse de que el aliado más importante y el principal respaldo financiero de su país permanece detrás de él cuando comienza un arriesgado período de diplomacia".

En tanto, "para Xi, la visita puede ser algo así como un alivio", sostiene la publicación. Ello, porque "los chinos se alarmaron a principios de marzo cuando Kim ofreció reunirse con Trump para conversaciones directas, y el Presidente estadounidense aceptó. Temían ser excluidos de las negociaciones y enfrentar las amenazas de Trump de una guerra comercial sin nada que ofrecer sobre Corea del Norte".

Citado por el diario The New York Times, Sergey Radchenko, profesor de relaciones internacionales de la Universidad de Cardiff en Gales, señaló que "es muy poco probable que Kim consultara con los chinos antes de ofrecer reunirse con Trump". "Esto en sí mismo fue una afrenta al liderazgo chino. Pero al hacer esto, Kim fortaleció inconmensurablemente su posición negociadora frente a los chinos. Vino a Beijing no como un suplicante sino como un igual", aseguró el analista.

Así, sostiene el Times, si China decide suavizar su postura sobre las sanciones y actuar como protector de Corea del Norte, Kim entrará en las conversaciones con Trump en una posición considerablemente más fuerte.

Pero Beijing también tenía otras razones de peso para recibir a Kim, según escribió Donald Kirk, columnista del diario hongkonés South China Morning Post. "Una inminente guerra comercial con EE. UU., el giro de Japón hacia la derecha y los continuos desafíos a la posición geopolítica de China en la región son parte de los cálculos que convencieron a Xi de que era necesaria una reunión", comentó.

Asimismo, Robert Kelly, profesor de ciencias políticas y diplomacia en la Universidad Nacional de Pusan, en Corea del Sur, destacó el rol de liderazgo que el mandatario chino busca jugar en la política mundial. "Xi no hubiera concedido esta reunión a menos que los chinos estuvieran genuinamente preocupados por las cumbres venideras y quisieran algún tipo de papel para jugar", dijo Kelly.

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