Pese a condena internacional por DDHH, Ortega asegura que el país avanza "en la paz y la seguridad"

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El presidente de Nicaragua junto al jefe de la policía, Francisco Díaz. Foto: AFP

"De la mano de Dios, seguiremos avanzando en el fortalecimiento de las instituciones y en los caminos de bien común que constituyen la fortaleza de nuestra Revolución", señala el comunicado emitido desde Managua.


El gobierno de Nicaragua aseguró este miércoles que el país avanza en la seguridad y la paz, y dio "gracias a Dios por las victorias" que, según el Ejecutivo, alcanzó en los últimos días. Esto en alusión al operativo policial realizado en la localidad de Masaya, bastión de las revueltas populares.

La administración Ortega consideró una "victoria" eliminar las barricadas levantadas por los ciudadanos masayas y el desalojo de los jóvenes activistas. Agregó que esto fue un triunfo "de la paz, del amor, del espíritu y la grandeza cristiana, socialista y solidaria".

Sin embargo, el martes, día en que se llevó a cabo la "Operación Limpieza", las fuerzas combinadas gubernamentales, formadas por policías, parapolicías, paramilitares y antimotines, se cobraron la vida de tres personas en la localidad, entre ellas un menor de 15 años de edad.

El Ejecutivo, que omitió esas muertes en el comunicado remitido a la prensa, señaló que trabajó "por la seguridad, la paz y la vida en una voz y con un solo corazón" desde que comenzaron las protestas civiles el pasado 19 de abril, fecha desde la cual más de 350 personas han fallecido en enfrentamientos con las fuerzas sandinistas, además de detenciones arbitrarias, desapariciones e incendios en casas y establecimientos, en los que, al menos, 6 personas resultaron muertas y varias decenas heridas.

"De la mano de Dios, seguiremos avanzando en el fortalecimiento de las instituciones y en los caminos de bien común que constituyen la fortaleza de nuestra Revolución", explica la nota, que añade que la "opción preferencial por los pobres se alza frente a todas las perversidades del plan terrorista y golpista", agregó la nota oficial.

El Presidente Daniel Ortega acusó, desde el comienzo de las revueltas populares, que los manifestantes y quienes los apoyan buscan dan un golpe de Estado y derrocarlo, y considera que hay "una infame y falsa campaña mediática, una minoría llena de odio que se quiso imponer en Nicaragua".

Las protestas contra el gobierno que comenzaron el pasado abril se convirtieron en un reclamo que pide la renuncia del Mandatario, después de 11 años en el poder, con acusaciones de abuso y corrupción en su contra.

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