Presión de China habría sido clave para el giro del líder norcoreano

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Foto: AFP

Según analistas, las sanciones económicas de Beijing obligaron a Kim Jong Un a buscar acercamiento. Pyongyang buscaría reducir dependencia de su aliado.


Naciones Unidas, Europa, Japón, Corea del Sur, China, el mundo en pleno, saludó el viernes el anuncio de un encuentro entre el Presidente de EE.UU., Donald Trump, y el líder norcoreano Kim Jong Un, para lograr el desarme nuclear en la península coreana, distensión que muchos asociaron a la política de sanciones contra Pyongyang. Con todo, los analistas recalcan que aún subsisten muchas interrogantes sobre el real efecto que podría tener la cumbre de mayo.

Las razones de EE.UU.

Contrastando con la retórica de confrontación que utilizó Trump contra Kim durante su primer año en la Casa Blanca, a quien llegó a llamar el "pequeño hombre cohete" y al que amenazó con "fuego y furia", ahora el mandatario estadounidense ha aceptado reunirse con el líder. ¿Pero qué ha suscitado este giro tan sorprendente e histórico? El secretario de Estado norteamericano, Rex Tillerson, dio el viernes algunas luces sobre ello. Si bien reconoció que la apertura mostrada por Kim y su voluntad de hablar sobre su programa nuclear sorprendió "un poco" a EE.UU., Tillerson recalcó que "lo que ha cambiado es su posición y de una forma bastante espectacular". Ante este nuevo escenario, Trump accedió a reunirse con Kim. Se trató de "una decisión que el Presidente tomó él mismo", dijo Tillerson. Pese a ello, distinguió entre negociación y diálogo, después de asegurar que su país está "lejos" de abrir negociaciones con Pyongyang. En la misma línea, el vicepresidente Mike Pence destacó que "los norcoreanos vienen a la mesa a pesar de que Estados Unidos no ha hecho ninguna concesión".

La apuesta de Kim

Para el experto en Corea del Norte, Jeffrey Lewis, la reunión con Trump sería algo así como un impulso para Kim, ya que su país "ha estado buscando una cumbre con un Presidente estadounidense por más de 20 años". "Literalmente ha sido uno de los principales objetivos de política exterior de Pyongyang desde que Kim Jong Il invitó a Bill Clinton", escribió Lewis en Twitter. Según el investigador, "Kim no invita a Trump para que pueda entregar las armas de Corea del Norte". "Kim está invitando a Trump a demostrar que su inversión en capacidades nucleares y de misiles ha obligado a EE.UU. a tratarlo como a un igual", asegura. La misma opinión manifestó Evan S. Medeiros, ex asesor del gobierno de Obama, quien en declaraciones a Fox News advirtió que Kim podría estar "jugando con Trump", ya que, a su juicio, "nunca renunciará a sus armas nucleares".

El rol de China

China dio el viernes la bienvenida al histórico anuncio de una reunión entre Trump y Kim. "Espero que EE.UU. y Corea del Norte entren en contacto y dialoguen lo antes posible", dijo el Presidente chino Xi Jinping, quien se comunicó con el mandatario estadounidense, según la agencia Xinhua. Y es que Beijing parece haber jugado un rol clave en la distensión entre Washington y Pyongyang. Así lo señaló el ex embajador norteamericano Nicholas Burns, quien citado por CNBC, atribuyó al principal aliado de Corea de Norte el progreso diplomático que hizo posible la anunciada cumbre. "El Presidente Trump ha tenido cierto impacto en China. Los chinos han hecho más en el último año de lo que habían hecho anteriormente", dijo Burns. Seguramente, el diplomático hacía alusión a las duras sanciones económicas que Beijing ha aplicado en el último tiempo a Pyongyang. Según las cifras oficiales de las Aduanas de China, país que acapara el 90% del comercio exterior norcoreano, las importaciones de productos norcoreanos cayeron en un tercio a lo largo de 2017.

Cambio de dependencia

Pero Kim buscaría revertir esta dependencia, según escribió Jamil Anderlini, editor de Asia del Financial Times. "Y así como la reunión de Richard Nixon con Mao Zedong en 1972 tuvo que ver con la lucha contra la Unión Soviética, la reunión actual del Presidente de EE.UU. con Kim es sobre China. Corea del Norte desea desesperadamente reducir su dependencia de China en alimentos y combustible y sus líderes temen el ascenso de una China cada vez más asertiva", señaló Anderlini, quien vaticinó que "detrás de escena (Beijing) hará todo lo posible para evitar las posibilidades de una Corea unificada que caiga en la órbita de EE.UU.". Similar análisis efectuó Zhao Tong, un experto en Corea del Norte del Centro Carnegie-Tsinghua, quien dijo al diario The Guardian que habría nerviosismo sobre las posibles ramificaciones de la reunión. "(Temen) que EE.UU. use a Corea del Norte... como un equilibrador estratégico o como una protección contra una China en ascenso en la región", dijo Zhao. "Como gran potencia, es innecesario que China se preocupe porque Corea del Norte 'se dirija a EE.UU.'", respondió el diario oficialista chino Global Times.

Lugar de la cumbre

La histórica reunión de mayo entre Trump y Kim en caso de concretarse ya encendió la disputa por cuál será su sede. Según Ansa, además de la localidad fronteriza surcoreana de Panmunjom, se baraja como segunda opción a Ginebra, en Suiza. Una tercera posibilidad sería en Suecia o Noruega. En caso de que la cumbre se haga en Europa, una escala intermedia resultará imprescindible para la delegación de Kim. Ello, porque la flota aérea de Norcorea, de fabricación soviética, tiene una autonomía de vuelo limitada.

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