El 25 de noviembre pasado, justo al cumplirse seis meses de haber dejado el poder, el ex presidente Rafael Correa retornó a Ecuador procedente de Bélgica, país donde permanecía tras la toma de posesión de su sucesor, Lenín Moreno. Y lo hizo para reorientar el rumbo de su partido, el oficialista Alianza País, y rescatarlo de lo que él consideraba la "traición" de su ex vicepresidente y heredero político. Poco más de un mes después, el 5 de enero, Correa nuevamente pisaba suelo ecuatoriano. Esta vez para hacer campaña por el "No" en el referéndum constitucional y la consulta popular convocados para este domingo por Moreno. En conversación con La Tercera, Correa, que gobernó Ecuador durante una década (2007-2017), explica sus objeciones al proceso que considera "un verdadero golpe de Estado", al tiempo que detalla las razones del quiebre con quien fuera su delfín político.

Usted ha tenido comentarios bastantes críticos sobre este referéndum constitucional y consulta popular, señalando que se trata de "un verdadero golpe de Estado". A su juicio, ¿qué razones llevaron al Presidente Moreno a convocar este proceso? ¿Cuál es el objetivo?

Nadie está negando la atribución constitucional del Presidente de convocar a consulta nacional. Yo hice consultas a nivel nacional cuatro veces, y a nivel local 11 veces. El problema es que tenemos una consulta cuya convocatoria es inconstitucional, lo que invalida toda la consulta, porque se rompió brutalmente la Constitución. Entonces estamos en lo que se llama una grave alteración del orden constitucional. Si yo hubiera hecho esto estaría enjuiciado políticamente para mi destitución como presidente y con un juicio penal para mandarme preso, y con justa razón. Y aquí ahora no pasa nada. En Chile no podría pasar algo así, imposible, con el grado de institucionalidad que ha logrado Chile. Y en Venezuela si hubiesen hecho algo así ya estarían invadidos por los gringos. Además, no hubo ese control constitucional, no esperaron el imperativo de la Corte Constitucional, como reiteradamente lo impone la Constitución y las leyes de la República. Es primera vez, en general, que en una consulta nacional o local pasa un referéndum sin control constitucional. Eso ya invalida toda la consulta, así sean constitucionales todas las preguntas.

¿Y tiene cuestionamientos con algunas de las preguntas?

Lo más grave es que hay dos preguntas monstruosamente inconstitucionales, y por eso hicieron trampa. Por eso es que no esperaron el dictamen constitucional. Esta es la pregunta dos (sobre la eliminación de la reelección indefinida), que quiere limitar el derecho a elegir. Derogar esa enmienda claramente es retroceso en derechos, porque de acuerdo a nuestro Constitución sólo se puede hacer con una Asamblea Constituyente. Pero lo más burdo, lo más horroroso, es que la hacen retroactiva. La otra pregunta es claramente inconstitucional, la número tres (que busca enmendar la Constitución para reestructurar al Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, así como dar por terminado el período constitucional de sus actuales miembros) que es un verdadero golpe de Estado. Quieren apoderarse de este Consejo de Participación Ciudadana, que es una innovación de la Constitución de 2008, que selecciona por concurso de merecimiento y oposición e impugnación ciudadana a las diferentes autoridades del Estado que no se eligen en las urnas o que no son designadas por una autoridad. Quieren destituir este consejo y sustituirlo sus siete miembros por delegados exclusivamente del Presidente de la República. La consulta es tan mañosa, en general, que esta información tan relevante está oculta en el anexo, además que utilizan un lenguaje muy confuso. Al final del día todos (los delegados) serán designados a dedo por el Ejecutivo.

¿Qué efectos podría tener esto?

Tendremos entonces un consejo transitorio con poderes que no tienen en la Constitución y que son exclusivos de la Asamblea Nacional, y que incluso la Asamblea Nacional no tiene. Con esto se apoderan de la función judicial, de la función electoral, de transparencia, se apoderan de la Corte Constitucional y de las funciones exclusivas de fiscalización de la Asamblea. Esto es un golpe de Estado. Después de esto el sistema ecuatoriano no puede llamarse democrático, no existirá división de poderes. Esto es para repartirse, como hacían antes, todas las altas funciones y autoridades del Estado. Ya de España dicen que se van a reanudar las corridas de toros en Quito, corridas que fueron prohibidas por una consulta popular en 2011. Van a destituir hasta la Corte Constitucional, ya está todo planificado, todo repartido. Parte de esta degradación democrática se debe precisamente a la inacción, con todo respeto, de la prensa, inacción de los países amigos, de los espacios multilaterales, del sistema interamericano. Esperemos que el sistema interamericano reaccione.

Hay quienes interpretan que la pregunta uno, sobre la inhabilitación política de los condenados por corrupción, y la dos, sobre el fin de la reelección indefinida, tienen nombre y apellido: Jorge Glas, su ex vicepresidente, y Rafael Correa. ¿Cómo lo ve usted?

Por supuesto, todo está encadenado, la pregunta uno, dos y tres. Hay una gran presión para que me metan preso. Ya para este lunes me han convocado para dar mi testimonio sobre dos casos. El caso de ventas petroleras a PetroChina, que yo autoricé un decreto en 2010 y me acusan hasta 2016 de las ventas. Es un absurdo total. Y por un atentado en San Lorenzo, donde hace unos días casi nos matan, nos rodearon 100 matones enviados por el municipio, armados. Yo di una entrevista radial donde dije que el atentado parecía estar vinculado al narcotráfico y me llaman a declarar no por el atentado contra nuestra vida, sino por esa declaración, porque dicen que estoy atentando contra la seguridad nacional. Ese es el estado de cosas que vive Ecuador. Con la complicidad del gobierno, la presión política y los medios, están buscando motivos para hacerme daño físicamente, humanamente para que no pueda regresar con mi familia a residir en Bélgica. Estamos en un ambiente de locura, de insensatez, un gobierno absolutamente demagogo, populista. Por eso la pregunta dos la hacen retroactiva para que se cuente mi reelección del 2008 y no pueda volver a participar, porque saben que si me presento mañana les gano en una sola vuelta. Obviamente, la pregunta uno también es contra mí, para eso están gastando US$ 60 millones.

¿Y qué puede decir respecto a la pregunta uno del referéndum?

Esas preguntas son tan cantinflescas que en nombre de luchar contra la corrupción, usando la indignación popular que han generado los casos de corrupción, a mí que me revisen lo que les dé la gana. Basta de jugar con la honra de las personas. En todo caso, ya existe la inhabilitación de por vida para cargo público o para presentarse como candidato a un cargo de elección popular a los sentenciados por peculado.

En general, las preguntas de la consulta como del referéndum apuntan a terminar con medidas adoptadas bajo su gobierno. ¿Cómo se explica que Moreno, quien fue su vicepresidente, ahora pareciera intentar borrar de un plumazo todos los resabios de correísmo en Ecuador? ¿Usted comparte esa percepción?

Evidentemente. Desde que ganó la elección, el 3 de abril, se reunió con gente para decir que tenían que diferenciarse de Correa, borrar todo lo que sea Correa. De hecho, la consulta popular fue una propuesta de la oposición. Y este señor pacta con la oposición, rescata esa consulta por la cual no votó el pueblo ecuatoriano. No ha aplicado nada del programa ganador. Obviamente todos están unidos para aniquilarme políticamente. Es evidente y eso se llama como algo tan viejo como la humanidad: traición. Usted advierta que Moreno hasta que me visitaba, hace nueve o 10 meses, antes que ganar la segunda vuelta gracias a nuestro apoyo, me decía que yo era el mejor presidente de todos los tiempos, el mejor gobierno ecuatoriano de la historia, el mejor gobierno del planeta. Y ahora me dice que soy de la mafia, que le hacía la vista gorda a la corrupción, que todo lo hemos hecho mal, que somos inútiles, dictadores, prepotentes. Obviamente todo esto es para destruirnos política, judicial, humana, familiar y económicamente, porque aunque usted sea inocente, cuánto le cuestan los abogados. Pero como es contra Correa, ahí no sale ningún defensor de los derechos humanos, ningún defensor de la libertad de expresión. En todo caso, habrá que seguir luchando.

Los sondeos dan por ganador al "Sí". ¿Qué pasará con su carrera política si eso se cumple?

Mi carrera política no me interesa. Si pensara en mi carrera política me hubiera quedado callado y no hubiera asumido el costo de la campaña del "No". Yo estoy aquí por mi patria, no me interesa mi futuro político. Yo tuve todo lo que un hombre puede desear.

¿Y finalmente, qué pasará con el movimiento Alianza País?

Entre tantos robos que hemos sufrido en estos nueve meses, también está el robo de Alianza País, movimiento que fundé a pulso con Ricardo Patiño. La idea sería después del 4 de febrero formar un nuevo movimiento. Tenemos la convicción, la verdad, la revolución. Y no le quepa duda que tenemos el futuro. Además, no pierdo las esperanzas de que más temprano que tarde la situación se revierta. Hemos vuelto al país de los 90, en que caía presidente tras presidente. La gente se da cuenta del engaño, hay una indignación creciente. Hoy están embriagados con el poder. Vamos a ver cuál es la situación política en seis meses.