De Caracas a Santa Isabel

Estudio de la oficina de urbanismo Atisba identifica los "domicilios" de los extranjeros en Santiago. El mayor cuadrante venezolano se ubica en Santa Isabel-San Isidro, mientras que los haitianos se concentran en la población Parinacota. Relatan que los arriendos son caros, pero en los barrios ya están instaladas sus comidas y costumbres.


Quesos llanero, telita, guayanés y palmita, pan de harina y la popular golosina "Pirulín" se ofrecen en un local comercial en plena avenida Santa Isabel, en Santiago Centro. No es raro ver estos productos. Desde hace cinco años, los vecinos que comenzaron a llegar al sector provienen de Venezuela. Eligieron vivir en las torres de departamentos de manera masiva. Allí se ven banderas bolivarianas en los balcones. Los jóvenes lucen gorras de béisbol, pero también chalecos de lana para capear el frío. La crisis económica y política hizo emigrar a 134 mil personas de ese país hacia Chile, por lo que se comenzaron a asentar en avenidas centrales para comenzar una nueva etapa. Les gusta la cercanía al metro y a sus nuevos trabajos.

A raíz de estos cambios demográficos, la oficina privada de estudios y proyectos urbanos Atisba identificó los distritos donde habitan los extranjeros de diversas nacionalidades y diseñó mapas con su ubicación exacta basados en los microdatos del Censo 2017. "Esta información sirve para impulsar políticas públicas para beneficiarlos. También se pueden mejorar los barrios", dice el autor del estudio, el arquitecto de Atisba, Iván Poduje.

El análisis establece que en Santiago Centro hay 80.094 extranjeros. De ese grupo, solo en el barrio Santa Isabel viven 6.150 venezolanos que se instalaron en una gran manzana de 103 hectáreas. Otros 5.265 residen en la colindante calle San Isidro.

"Armamos El Panal, un local donde la mitad de los alimentos que vendemos son originarios de allá. La gente extraña su cultura", afirma la venezolana Lisbette Vera. Tienen café, chocolates y quesos hechos por una empresa de compatriotas en Chile. Allí compran los vecinos, primos y amigos.

A pocas cuadras, César Suárez, en su pequeño local "Maracaibo Burguer" ofrece empanadas fritas tal como las que se preparan en el estado de Zulia. Su negocio está en Santa Isabel casi llegando a Vicuña Mackenna. Le ha ido bien, pero admite que gran parte de sus ingresos debe invertirlos en el departamento que arrienda en ese mismo barrio. Sostiene que la renta por una vivienda en el sector alcanza un valor de $ 420 mil, por un inmueble de dos habitaciones. "Y se pide por anticipado siete meses de renta", señala. Las personas de esa nacionalidad tienen mayor poder adquisitivo para acceder a una casa de mejor estándar. Se trata de profesionales y emprendedores, por lo que deciden residir en lugares centrales, situación diferente a la de personas de países de bajos ingresos.

Según el estudio de Atisba, la velocidad de la construcción de departamentos en la zona también lleva a que barrios como Santa Ana hayan surgido como un polo. En el sector que circunda la estación de Metro del mismo nombre, se ubican 3.549 venezolanos y 1.507 colombianos. También han llegado masivamente al eje Bulnes-Almagro. Allí, seis de cada diez extranjeros provienen de Venezuela.

Al norte

Iván Poduje añade que la otra cara de la migración la muestran personas de Haití, Perú y Colombia, entre otras. Se trata de extranjeros que buscan acceder a un mayor salario que en sus países y que tienen la necesidad de establecerse en habitaciones, cités o casas donde se subarriendan piezas en comunas como Independencia.

Un ejemplo es la colonia peruana que se ha radicado, según el estudio, en lugares como el barrio La Chimba-Lo Sáez, en áreas próximas a la Vega Central, donde se contabilizan 5.979 inmigrantes en solo 116 hectáreas. Se trata de un gran centro de negocios que les puede dar trabajo y donde ya han instalado numerosos locales donde venden frutas y verduras de sus países. En esa zona comercial habitan 2.634 peruanos.

Una de ellas es Eva María Espinoza (33), quien llegó hace una década desde Lima a Independencia. Sostiene que, aunque la migración mayor llegó en los años 90, sigue llegando gran cantidad de sus compatriotas, porque las municipalidades del norte de Santiago han puesto en marcha programas de apoyo. "A 18 mujeres peruanas y una colombiana nos dieron permiso para comercializar diversos tipos de comida en la plaza Trébol. Preparamos desde papas fritas hasta jugos y bebidas", dice, lo que les permite aumentar sus salarios. Existe gran población, además, en zonas cercanas a hospitales como el San José.

También admite que hay precariedad en las viviendas que se han creado en esos barrios pues, en su caso, debe pagar $ 150 mil por una habitación para su familia de cuatro personas. "Las condiciones no son las mejores. Para cocinar hacemos turnos y debemos esperar para hacer nuestras cosas", sostiene.

En Quilicura también existen zonas donde se concentran los haitianos, como el sector San Luis-Parinacota, donde viven 4.663 personas de esa isla. Dicha superficie llega a 462 hectáreas. Además, en el centro de esa comuna y en el sector de Lo Campino, residen 1.278 personas.

Poduje agrega que cuando se miran los datos se advierte un "patrón de segregación, según la nacionalidad. Así, por ejemplo, los migrantes de naciones de menores ingresos están en los bordes de la ciudad, mientras que las personas de países desarrollados lo hacen al oriente de Santiago". Como ejemplo dice que en el sector El Golf-El Bosque viven 1.642 norteamericanos y europeos, en una zona que tiene una superficie de 287 hectáreas. Lo mismo sucede en zonas más acomodadas como La Dehesa, en Lo Barnechea, donde hay 1.381 personas de naciones ricas.

Barrio Estación

En el informe de Atisba sobre la ubicación de los migrantes también se indica que Estación Central tiene alta población extranjera, con 16.947 personas. Se ubican en el denominado Barrio Estación, cerca de los terminales de buses, como también en las torres de Alameda con General Velázquez. Pero los mayores enclaves de haitianos están en poblaciones como Araucanía, donde habitan 1.523 personas de Haití en un sector de 67 hectáreas. En su mayoría, se agrupan para arrendar casas y piezas.

Rodrigo Delgado, alcalde de Estación Central, añade que la ubicación donde viven es clave para sus trabajos. "Pero además los extranjeros saben que hay comunas más amigas de la inmigración. En nuestros colegios tenemos gran cantidad de alumnos extranjeros, y en especial de Haití y Venezuela en el último año". También admite dificultades: aún existen personas inescrupulosas que subdividen casas en piezas más chicas para rentarles a a alto valor y sin las condiciones adecuadas", sostiene Delgado.

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