Cruch hará cambios en carrera académica para lograr mayor equidad de género

Un detallado diagnóstico sobre las brechas de género que hay en las 27 universidades del Consejo de Rectores (Cruch) se dio a conocer ayer en la sesión mensual de este organismo que agrupa a planteles estatales y tradicionales.

Una de las conclusiones que más llamaron la atención de las autoridades universitarias fueron las diferencias en la jerarquía académica de los planteles.

De acuerdo al estudio elaborado por la Comisión de Igualdad de Género AUR- Cruch, el 77,8% de los profesores titulares son hombres y la presencia de mujeres alcanza solo a 22,2%. También se indicó que 21 instituciones de las 27 que lo componen no cuentan con mecanismos para abordar la desigualdad de género.

El vicepresidente del Cruch y rector de la U. de Valparaíso, Aldo Valle, dijo que es necesario hacer cambios en los reglamentos de la carrera académica de todas las instituciones. Y añadió que si bien las diferencias no son tan altas en el número de profesores de acuerdo a su sexo, "son muchos más los varones que llegan a la jerarquía de profesor titular que las mujeres. En la jerarquización académica se produce una brecha que no podemos desconocer y que tenemos que corregir y, por lo mismo, vamos a mirar los reglamentos de carrera académica de todas las universidades".

El rector de la U. Católica de Valparaíso, Claudio Elórtegui, destacó que parte de la situación sobre la carrera académica responde a una realidad que ha ido cambiando. "Si uno compara el número de académicas que existía en las universidades chilenas hace 30 años y el de hoy, la proporción ha ido aumentando fuertemente. No me cabe ninguna duda que en los próximos años vamos a tener bastantes rectoras", afirmó Elórtegui.

Un paso adelante, en relación a la totalidad del Cruch, tienen las 18 universidades estatales agrupadas en el Cuech. El miércoles definieron cinco medidas iniciales para abordar las demandas de la movilización feminista.

Estas medidas, a las que accedió La Tercera, apuntan a "avanzar hacia una política de igualdad de género común" para todos los planteles estatales. Esto implicaría en el corto plazo, según explicó el rector de la U. del Bío Bío, Héctor Gaete, que los protocolos que abordan la violencia sexual o de género tengan un mecanismo similar en todas las universidades del Estado para atacar este tema.

Además, los rectores decidieron establecer unidades o direcciones de género en cada institución y una política para la prevención, erradicación y protección de la violencia sexual.

Se acordó también aceptar el nombre social de cualquier persona transgénero, "ya sea estudiante, académico (a) o funcionario (a)". Sobre esto, Amanda Mitrovic, vocera de la Coordinadora Feminista Universitaria (Cofeu) y estudiante de la U. de Santiago, manifestó que "en las conversaciones que tuvimos con los rectores en lo que más estaban dispuestos a transar era esto. Sabíamos que era de las primeras cosas que íbamos a lograr, porque es lo más fácil, es una medida que se trata solo de buena voluntad".

Otra de las medidas de los rectores de las estatales es la incorporación de "temas de género en la renovación curricular en universidades, para lo que convocaremos a los vicerrectores académicos y directores de pregrado a ocuparse de manera prioritaria de este tema".

Según Gaete, esto apunta a que "cuando se renueven las mallas curriculares de cada una de las carreras se haga incorporando un enfoque de género, lo que implica seleccionar la bibliografía, definir los objetivos de los ramos e incorporar métodos de enseñanza con este nuevo enfoque".

Además, en una declaración pública, el Cuech manifestó que "apoyamos decididamente las demandas de la movilización feminista que se han planteado tanto ante la opinión pública como al interior de nuestras casas de estudio".

Además, hicieron un llamado a deponer las movilizaciones y a iniciar un diálo al interior de los planteles: "La amplia adhesión de las comunidades a estas demandas hace innecesarias las medidas de presión como tomas y paros que se han llevado a cabo en diferentes planteles. Más aún, habiendo un apoyo prácticamente unánime a las demandas, la gran tarea que nos debe convocar ahora es la elaboración constructiva, democrática y triestamental de acuerdos concretos que nos permitan erradicar la violencia y desigualdades de género al interior de nuestras universidades, impactando al mismo tiempo en la sociedad en su conjunto".