Izkia Siches, presidenta del Colegio Médico: "Pese a los altos niveles de objeción, igual ha habido médicos disponibles"

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La presidenta del Colegio Médico, Izkia Siches, destaca la disponibilidad de facultativos que han permitido implementar la Ley de Aborto en Tres Causales y la capacidad de la red pública para ordenarla, y así no limitar el acceso. Explica que una de las razones para las posturas dispares tiene que ver con los liderazgos de los equipos.


Los liderazgos de los equipos médicos, así como el desconocimiento parcial de la ley o el temor de ser catalogados como abortistas, son algunas de las razones que esgrime la presidenta del Colegio Médico, Izkia Siches, para explicar la disparidad en la objeción de conciencia al interior de hospitales. Si bien considera que los niveles de rechazo están siendo altos, dice esperar que con el tiempo eso vaya decantando en la medida en que se conozca más de la ley y se normalice su implementación. No obstante, destaca que pese a ello, ha habido médicos que han estado disponibles para darle curso a la normativa.

¿Por qué cree que existen diferencias tan polarizadas entre uno y otro hospital respecto de la objeción de conciencia?

Hay que reconocer que los equipos clínicos, en general, se van conformando como grupos donde suelen haber maestros o jefaturas que van creando algo así como conciencias corporativas, sobre todo en lugares donde se forman especialistas. Esos liderazgos son muy relevantes y efectivamente, si hay una posición negativa o favorable a la ley, eso es también movilizado al resto de los colegas. También sabemos que hay instituciones o regiones que son un poco más confesionarias, y hay otros centros más diversos e incluso algunos como el Hospital San José, donde no hay objetores.

¿Qué otros factores podrían estar influyendo?

También influye que aún hay un grado de conocimiento parcial de la ley y a la par se ha creado un ambiente de debate muy valórico, en el que los médicos no han tenido tiempo de reflexionar en su rol como prestadores individuales. De todos modos, creo que habrá un proceso de decantación de la ley y en lugares donde hay médicos más dudosos o partidarios de ser objetores espero que se vayan retrayendo, cuando esto se conozca más o se normalice.

¿A qué atribuye que la objeción individual se esté dando de ese modo tan dispar?

Hay un poco de temor y siento que también una mirada punitiva, donde no se entiende que son las mujeres las que deciden y que el rol del médico es secundario en esta parte de la ejecución de la ley. Además, porque si el facultativo no quiere participar, ese aborto se hará igual con otro médico. Creo que era lo esperable, aunque quizás no con tantos polos, pero a pesar de que ha habido un alto nivel de objeción, igual hay un pool de médicos que ha estado disponible y con los cuales el sector público se ha podido ordenar hasta la fecha, para no limitar el acceso.

¿Cuáles son los principales reparos que han planteado los médicos en torno a la objeción?

Hemos visto que hay algunos médicos que son objetores no porque tengan un conflicto de conciencia, sino que porque no quieren tener que lidiar con la ley. Entonces, en la primera causal de riesgo de vida de la madre no quieren llenar el papeleo que viene incorporado. Otros de los reparos son dudas en torno a cuáles son los momentos de objeción. Ese derecho está acotado para el pabellón y hay personas que creen que en la fase de diagnóstico, o en el postaborto, también pueden estar liberadas de esas funciones y eso hay que aclarar que no es así. Otros temores vienen por la exposición y el quedar catalogados como médicos abortistas.

En ese sentido, ¿considera que la exposición del médico Gonzalo Rubio y los ataques que recibió de grupos provida afectaron en la decisión de otros colegas a objetar?

Lo que pasó con el doctor del San José fue lamentable y generó temor en los médicos que en ese momento estaban pensando en participar. Eso es lamentable, porque al final le quita libertad a la objeción de conciencia según los propios valores de los profesionales. Hay una presión muy negativa de estas organizaciones que se vieron involucradas y nosotros tomamos las acciones legales que nos parecieron más oportunas.

¿Cree que los cambios que se hicieron al protocolo de objeción de conciencia y la situación política que eso generó ha influido en la decisión de algunos médicos?

Más allá de los cambios al protocolo y lo que eso ha generado, queda la sensación de que no hay claridad de parte del Minsal de la implementación de la ley. Entonces, al final, en médicos que estaban algo dubitativos y que se ven enfrentados a una ley que aún no entra en rodaje crea ansiedad y, obviamente, hay algunos que prefieren evitar problemas. Tengo la sensación de que tuvo el efecto de retrasar la ley; sin embargo, creemos que es algo que se puede resolver y donde hay que enmendar el rumbo.

¿Con esos cambios los médicos quedaron como en medio de la disputa? ¿Cómo lo ven ustedes?

Como gremio quizás nos sentimos un poco impotentes, porque nos damos cuenta de que hubo errores no forzados que se podrían haber evitado, entendiendo que quizás había formas más inteligentes para abordar los problemas que vio el ministerio y me parece que ellos gratuitamente se ganaron ese problema, donde ahora tendrán que responder al Congreso.

¿Qué se está haciendo desde el gremio para informar a aquellos médicos más dubitativos?

Estamos trabajando en una campaña de información, que consta de un protocolo interno para que los médicos sepan, desde la mirada ética, cómo lidiar con la ley, porque estén a favor o en contra, ellos tienen responsabilidades en ambos casos. No queremos que haya médicos involucrados con vulneración de derechos de las mujeres o que participen en la obstrucción. Además, para aquellos que se puedan sentir coaccionados o presionados para ser objetores o no objetores, dispondremos de que puedan acudir a nuestra Unidad de Defensa Laboral. Y lo tercero, es que vamos a usar nuestra asesoría de la Fundación de Asistencia Legal del colegio, porque efectivamente, si un médico no cumple la ley puede ser denunciado ya sea por la paciente, por el hospital, u otra organización.

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