Juan Eduardo Errázuriz, presidente de SK: "El mayor desafío es pasar de las expectativas a los hechos"

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Optimista respecto del futuro, pero atento a los riesgos, el presidente de SK, Juan Eduardo Errázuriz, cree que durante los próximos años Chile se juega un importante desafío: la posibilidad de llegar a ser un país desarrollado, objetivo para el cual es esencial, dice, multiplicar el desarrollo de la infraestructura.


Cincuenta años lleva Juan Eduardo Errázuriz Ossa en Sigdo Koppers. Fue su primer trabajo. Ingresó el año 1967, como ingeniero de la Gerencia de Estudios y Desarrollo, poco después de haberse graduado como ingeniero civil de la Universidad Católica. Y no se fue más. Un tiempo después, el año 74, doce ejecutivos, entre los que estaba Errázuriz, compraron acciones y tomaron el control de la empresa.

De esos 12 gerentes, hoy quedan seis en la propiedad de la compañía -Juan Eduardo Errázuriz, Naoshi Matsumoto, Norman Hansen, Mario Santander, Horacio Pavez y la familia Aboitiz-, cada uno con el 9,32% de la propiedad de Sigdo Koppers (SK), y desde 2010, luego del fallecimiento de Ramón Aboitiz, Errázuriz Ossa -74 años- ocupa la presidencia ejecutiva.

Pero la SK de hoy ya no es la de aquellos años. Con operaciones en los cinco continentes y presencia en las áreas de Servicios, que agrupa los negocios de construcción y montaje industrial; el Área Industrial, donde Enaex es la mayor compañía de fragmentación de roca de Latinoamérica, y el Área Comercial y Automotriz, donde a través de SK Bergé representa diversas marcas de automóviles, la empresa cerró 2017 con ingresos por US$ 2.204 millones y una utilidad de US$ 83 millones.

Con toda una vida ligada al mundo industrial, Errázuriz conoce como pocos este sector, motor de la economía, que durante los últimos años se vio afectado frente a la desaceleración y la caída del precio del cobre. El futuro lo ve con optimismo, aunque siempre atento a los riesgos.

"El nuevo ciclo político que se inicia trae un mejor ánimo para invertir. Para nadie es un misterio que en los últimos meses la confianza empresarial ha mejorado notablemente, de la mano de las expectativas económicas internas y del repunte de la economía externa", señaló.

¿Cuál cree que son los grandes desafíos para el nuevo gobierno?

El mayor desafío de la nueva administración es pasar de las expectativas a los hechos en un plazo acotado. Esto significa generar condiciones concretas para devolver a Chile su dinamismo económico y su crecimiento, claves para reducir la pobreza, otorgando herramientas de desarrollo a todos los chilenos y, en particular, a las familias más vulnerables, a través de la creación de empleos de buena calidad, fomentar la educación técnico-profesional de calidad y adaptada a las necesidades del país y poniendo al día la infraestructura general del país.

¿Qué tipo de medidas se debieran adoptar en los primeros 100 días para reimpulsar la inversión?

Los primeros meses son claves para marcar el rumbo. En ese contexto, debería crearse una mesa interministerial que acelere y destrabe proyectos de inversión públicos y privados en el ámbito de la energía, salud, transportes e infraestructura.

También es importante mejorar, coordinar y eficientar la labor que realizan las diversas entidades encargadas de promover el comercio exterior: InvestChile, ProChile, la Direcon y la Fundación Imagen de Chile. Todas buscan, en definitiva, aunque con matices, facilitar y aumentar el intercambio comercial entre Chile y el mundo. Posiblemente estas instituciones hagan un gran trabajo, pero al estar interrelacionadas, en ocasiones se superponen. Esta falta de coordinación puede confundir y llevar a perder oportunidades importantes, tanto dentro como fuera de Chile.

Otra acción relevante es articular un trabajo coordinado con las autoridades regionales, apoyándolas en la formación de sólidos equipos de trabajo que impulsen el desarrollo local.

¿Cuáles cree son los riesgos que enfrenta este gobierno?

Siempre existen múltiples riesgos. Uno de ellos es el hecho de no contar con mayorías en el Parlamento, que implicará la necesaria y permanente búsqueda de acuerdos, y eventualmente que exista un afán de bloqueo de algunos sectores políticos, lo que puede frenar la tramitación de iniciativas necesarias y urgentes para lograr que el país vuelva a crecer de manera sostenida y con proyección.

Otro riesgo es la imposibilidad de implementar algunas leyes de la agenda social del anterior gobierno, luciendo como un error del gobierno de turno y no de las culpas de generar falsas expectativas con presupuestos inexistentes. En todo caso, este gobierno cuenta con un equipo de nuevas autoridades capacitadas para lograr acuerdos de unidad en torno a los grandes objetivos país.

¿Qué es lo que está en juego, en miras a llegar a ser un país desarrollado, durante los próximos cuatro años?

Lo que se arriesga es el bienestar social y la oportunidad de mejorar significativamente la calidad de vida de todos los chilenos.

Al revés, si Chile no logra poner al día su infraestructura pública, no ofrece certezas jurídicas para el desarrollo de proyectos de inversión, no es capaz de elevar el nivel técnico-profesional de los trabajadores activos, no invierte en I+D, no cuenta con políticas coherentes de sostenibilidad y desarrollo económico y no disminuye la desigualdad, jamás alcanzará el anhelado desarrollo.

Infraestructura

En materia de infraestructura, ¿en qué situación se encuentra Chile?

Hay una relación directa entre la calidad de la infraestructura y logística de los países y su nivel de desarrollo. Actualmente, Chile se encuentra en la posición 33 del Índice de Competitividad global del Foro Económico Mundial, debiendo situarse al menos en la posición 24 si aspira a ser un país desarrollado.

Por lo tanto, es urgente potenciar y promover la inversión en infraestructura, a través de alianzas público-privadas que permitan reducir los tiempos de desarrollo de estas iniciativas y así alcanzar los estándares de nación desarrollada.

¿Qué tan importante es el avance en infraestructura para el desarrollo de Chile?

Es fundamental. Hay ejemplos claros de países -como Japón, Corea, Unión Europea, entre otros- que han ejecutado planes de infraestructura con claros objetivos de disminuir costos de producción, logísticos y mejorar su posición competitiva a nivel mundial y que han obtenido favorables resultados.

En su entrevista con La Tercera, el nuevo ministro de Obras Públicas, Juan Andrés Fontaine, dijo que "hay que poner énfasis en sacar adelante los proyectos, no sólo las licitaciones", ¿comparte?

Efectivamente, debe existir una mirada integral y de largo plazo que combine adecuadamente aspectos técnicos, sociales, medioambientales, económicos y administrativos para que haya avances concretos, en plazos acotados y definidos. La licitación es sólo el comienzo en el desarrollo de un proyecto de infraestructura.

¿Qué proyectos de infraestructura cree usted que hoy son indispensables y prioritarios?

Nuestro país necesita avanzar urgentemente en el desarrollo de proyectos de salud, conectividad vial, ferroviaria, de infraestructura energética y portuaria. Hay una enorme oportunidad para acercar a las regiones y a su gente a través de más y mejor infraestructura. Los privados estamos disponibles para colaborar con el desarrollo de proyectos relevantes.

Uno de los proyectos en que hoy participa SK es el tren de alta velocidad Santiago-Valparaíso, TVS, que busca desarrollar junto a la china Railways Group. ¿Esperan que el nuevo gobierno le otorgue prioridad?

El TVS fue concebido como un proyecto país presentado ante las diversas autoridades, tanto en Santiago como en la V Región y estamos disponibles para seguir exponiéndolo en todas las instancias que corresponda.

Ha sido realmente motivador comprobar la buena acogida que ha tenido este proyecto en todos los estamentos de la sociedad de la V Región y la urgencia con que anhelan pueda concretarse.

Ha tenido, además, el mérito de colocar en el debate público el desarrollo del modo ferroviario, que es fundamental para mejorar la competitividad del comercio exterior.

¿Cómo evalúa el rol que jugó Alberto Undurraga como ministro?

No corresponde a estas alturas hablar de una autoridad saliente en particular. Lo importante es mirar hacia el futuro, haciéndonos cargo entre todos del desafío que significa ayudar a construir un Chile mejor.

Ustedes son grandes proveedores de la industria minera y, por lo mismo, se vieron afectados con el bajón que sufrió el último tiempo. ¿Cuál es su proyección hacia adelante?

Vemos una recuperación de la inversión, ligada al alza del precio del cobre. Creemos que durante el año se seguirá afianzando un ambiente de confianza que ayudará a la ejecución de nuevos proyectos de inversión, pero deben ser cuidadosos y aprender de los errores del pasado y no caer en excesos de gastos que después pasan la cuenta.

Perú, Brasil y la CPC

¿Cómo ve la región? ¿Dónde ve mayores expectativas de crecimiento para los empresarios chilenos?

Creo que Perú y Brasil ofrecen alternativas interesantes de inversión.

Usted conoce mucho Perú, ¿cree que la crisis política que ha vivido puede terminar afectando su desarrollo económico?

Perú es un país que presenta enormes oportunidades para crecer, que cuenta con un sector empresarial con grandes capacidades y que sabrá superar las dificultades.

¿Cuál debiera ser el principal desafío de Alfonso Swett en la CPC?

Que tenga una visión país de largo plazo, que sea capaz de generar una alianza público-privada de alto vuelo, que contribuya a darle un sostenido impulso a la economía y que, de una vez por todas, muestre que las empresas trabajamos día a día por el bien del país. Y que se comprometa a continuar la labor de Alfredo Moreno, en su proyecto 3 x 1.

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