Transelec: aterrizaje chino con escalas

TorresWEB

Antes de que termine este semestre, Brookfield espera cerrar la venta del 27,8% de Transelec a la segunda mayor eléctrica china. El anuncio ya se hizo, pero hay una serie de detalles que aún no cierran con los otros socios canadienses que controlan la firma y con los cuales tiene un pacto de accionista. De gatillarse ciertas condiciones suspensivas, podría modificarse el futuro del control.


Cuando faltaban sólo cuatro días para que terminara el 2017, la canadiense Brookfield anunció que había llegado a acuerdo con la segunda mayor eléctrica china, China Southern Power Grid International, para vender el 27,8% de la propiedad de Transelec, por lo cual recibirá US$ 1.300 millones.

Con el anuncio se cerraba un capítulo importante para la canadiense, que estuvo por más de 10 años en la compañía de transmisión eléctrica. El ingreso lo hizo en 2006, cuando Hydro-Quebec vendió el 92% de la firma y Brookfield, junto a otros tres fondos: Canadian Pension Plan Investment Board ( 27,7%), British Columbia Investment Management Corp (26,1%) y Public Sector Pension (18,5%), compraron el 92% de la compañía, a lo cual sumaron un 8% adicional que pertenecía a la Corporación Financiera Internacional (IFC) del Banco Mundial.

"Esperamos que la venta se cierre en la primera mitad de este año", señala, desde Toronto, Claire Holland, vicepresidenta de comunicaciones de Brookfield Asset Management a Negocios Domingo. Esas son las intenciones de la firma canadiense, porque la materialización de la venta no sólo depende de ellos, sino de una importante definición que deben tomar sus socios.

Abril: mes clave

"Como cualquier transacción de M&A, el anuncio no significa un cierre, ya que hay condiciones suspensivas, de carácter administrativo, que se deben resolver", señala un cercano a Transelec al ser consultado sobre el avance de la operación.

Porque si bien la transacción está acordada, entre Brookfield y los tres fondos canadienses hay un pacto de accionistas que tiene múltiples condiciones que pueden gatillar diversas situaciones.

"Lo que está definido es que Brookfield vende a los chinos, pero tras eso hay un tema complejo vinculado con el proceso de oferta que está ocurriendo ahora", explica un cercano a la firma. Y es que los otros accionistas del pacto controlador tienen la opción de comprar a Brookfield, decisión que deben manifestar hasta mediados de abril.

Para ello, Brookfield ya puso un precio: el valor acordado con la firma china: US$ 1.300 millones. Por tanto, si los tres fondos desean mantenerse solos en el control, deberán hacer una contraoferta.

¿Qué sucederá? El primer escenario es que los fondos se queden con su actual participación, sin gatillar mayores inconvenientes. El proceso seguiría su curso normal, estimándose el aterrizaje chino en la propiedad de Transelec para junio de este año.

El segundo es que los fondos compren la participación de Brookfield, para lo cual debería hacer una oferta superior a la de los chinos. Esta alternativa tiene -de acuerdo a las fuentes- una baja probabilidad.

Si bien la oferta china está por sobre lo que estimaba el mercado (en su momento se habló de US$ 900 millones), según un cercano a la transacción, no hay un pago superior si se compara con otras operaciones que son de dominio público y que se han efectuado en este mercado. "El múltiplo que se está pagando debe estar, respecto del Ebitda histórico, en torno a 16 veces en este caso. Cuando Ferrovial compró en 2016 TransChile, pagó 26 veces Ebitda", explica un experto.

Otro cercano a las conversaciones dice que no es un tema fácil. "Esta es una negociación complicada. Se trata de gente que es muy cercana. Los canadienses son socios en otras empresas, por tanto, esto no debería terminar en una disputa".

El rol de los chinos

De no mediar inconvenientes y si los fondos aprueban la operación sin ejercer su derecho de compra, China Southern Power Grid International entraría como un accionista más.

Y este punto es el que abre la discusión en el mercado respecto de lo que pasará en el mediano plazo, dado que las empresas chinas tienen vocación de control. "Ese punto se definirá con el paso de los meses. Primero, deberán complementarse las culturas y luego ver si coinciden en los planes para Transelec. Obviamente, si hay roces ahí, podría haber movimientos y los canadienses salir, eso sí, con una prima por control bajo el brazo", explica un analista.

Lo claro es que en una primera etapa China Southern Power Grid International no tendrá el peso para cambiar el management de la compañía. De hecho, hay quienes aseguran que tampoco tiene el interés de hacerlo. "Uno de los atractivos de Transelec es que tiene un gobierno corporativo bien establecido, transparente, con un management independiente y donde cada accionista tiene su derecho de voto respecto de su representación accionaria", explican cercanos a la operación.

Es más, agregan que el interés de los asiáticos es que la firma siga siendo administrada en forma independiente. Pero sí quieren jugar un rol clave en los comités, indican. Ahí quieren aportar sus conocimientos en tecnología de última generación en corriente continúa para la construcción de líneas de transmisión más robustas, así como en gestión de proyectos.

Si todo funciona, analistas apuestan a que habrá una muy buena complementación entre un actor como la eléctrica china, que tiene una capacidad tecnológica, de innovación y financiera, con socios canadienses, que también tienen capacidad financiera y que conocen muy bien a la empresa.

El problema podría venir en la agresividad con que enfrenten los nuevos proyectos. Los chinos siempre han llevado la delantera en la caza de oportunidades, agresividad que pondrá a prueba la tolerancia de los fondos canadienses, que a juicio de algunos han sido más prudentes a la hora de apostar.

Por tanto, aquí entra a jugar un punto no menor... En la previa del anuncio de Brookfield, indican las fuentes, los socios canadienses no mostraron interés en vender, porque consideraron que la oferta china era insuficiente para quedarse con el control, por tanto, si hay discrepancias en el manejo de Transelec y los chinos están dispuestos a ir por más, tendrán que sacar la billetera. Todo eso es lo que hoy se está analizando.

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