Peor atentado de los últimos años en Kabul deja al menos 80 muertos y 350 heridos

Kabul

Una autobomba estalló en un sector de la capital afgana donde se encuentran varias embajadas y edificios gubernamentales.




Una potente explosión sacudió el miércoles por la mañana una protegida zona diplomática en Kabul, causando al menos 80 muertos, unos 350 heridos y una enorme nube de humo que cubrió parte de la capital afgana.

El objetivo del ataque, que según funcionarios se perpetró con un coche bomba, se desconocí­a por el momento, pero según Ismail Kawasi, vocero del Ministerio de Sanidad, la mayorí­a de las ví­ctimas eran civiles, incluyendo mujeres y niños. Los heridos, en tanto, fueron trasladados a distintos hospitales de la ciudad. Este fue uno de los peores ataques en la ciudad desde la retirada de las fuerzas extranjeras a finales de 2014.

Imágenes de The Associated Press tomadas en la zona mostraron importantes daños en la sede diplomática de Alemania y en otras cercanas. Por el momento se desconoce si entre los fallecidos hay diplomáticos extranjeros, pero Alemania y Pakistán señalaron que algunos empleados y personal de las embajadas resultaron heridos.

La explosión se registró en el punto álgido de la hora punta matinal, con las carreteras llenas de trabajadores que se dirigen a sus puestos. Al parecer, el coche bomba estalló cerca de una transitada intersección en el distrito de Wazir Akbar Khan, señaló Najib Danish, viceportavoz del Ministerio del Interior.

El vecindario está considerado la zona más segura de Kabul, con embajadas extranjeras protegidas por docenas de muros antiexplosiones de tres metros de alto y oficinas gubernamentales custodiadas por policí­as y fuerzas de seguridad nacionales. La embajada de Alemania, el Ministerio de Exteriores y el palacio presidencial están en la zona afectada, así como las legaciones diplomáticas de Gran Bretaña y Canadá, China, Turquí­a e Irán.

Televisoras locales emitieron imágenes que mostraban a residentes aturdidos y cubiertos de sangre caminando con dificultad antes de ser trasladados a hospitales. Los transeúntes se detení­an para ayudar a los heridos a entrar en sus propios coches mientras otros se congregaron en el exterior del cercano Hospital de Emergencias, gestionado por Italia.

Ningún grupo se atribuyó de inmediato la autorí­a de ataque suicida. Tanto los talibanes como el grupo extremista Estado Islámico perpetraron ataques a gran escala en la ciudad antes.

Los talibanes emitieron más tarde una declaración desvinculándose del incidente y criticando los ataques a civiles. Zabihullah Mujahid, vocero del grupo, manifestó que la explosión "no tiene nada que ver con la muyahidines del Emirato Islámico", como se hacen llamar los talibanes.

A través de un comunicado, el Ministerio de Interior afgano condenó "en los términos más contundentes el ataque terrorista".

"Estos actos atroces van contra los valores de la humanidad, así­ como los de los afganos de paz", agregó la nota. "Estos ataques muestran también el nivel extremo de atrocidad de los terroristas contra civiles inocentes", indican.

Así también lo hizo el presidente de Afganistán, Ashraf Ghani, quien manifestó que los hechos ocurrieron "incluso en el mes sagrado musulmán del Ramadán, el mes de la bondad, la bendición y la oración, los terroristas no paran de matar a nuestro pueblo inocente", dijo el mandatario, citado en una nota de su oficina.

La explosión fue tan potente que más de 50 vehí­culos quedaron destrozados o dañados. "En este momento no sabemos cuál fue el objetivo del ataque", declaró Danish. Poco después de la explosión, las fuerzas de seguridad bloquearon todas las carreteras en Wazir Akbar Khan y helicópteros vigilaban el vecindario desde el aire.

Los talibanes afganos anunciaron el mes pasado el inicio de su ofensiva de primavera, y prometieron construir una base polí­tica mientras centran sus ataques en la coalición internacional y las fuerzas de seguridad afganas.

Fuerzas estadounidenses y locales luchan contra la insurgencia de los talibanes desde hace más de 15 años. Estados Unidos tiene ahora más de 8.000 soldados en suelo afgano para entrenar a las fuerzas locales y realizar operaciones antiterroristas. En el último año se centraron en frenar una oleada de ataques insurgentes, que tomaron distritos clave como la provincia de Helmand.

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