Arnold Harberger: "Trump es un fenómeno sobre el que nadie sabe qué hacer o hacia dónde va"

Arnold Harberger

El padre de los Chicago Boys chilenos califica al nuevo Presidente de EE.UU. como "un niño impetuoso, cuya personalidad me preocupa mucho" y cuyo proteccionismo es "muy mala economía". No obstante, no cree que haya un impeachment contra él.




Según las estadísticas demográficas de la ONU, dos de cada mil personas en el mundo tienen la perspectiva de Arnold Harberger. Siendo un niño en Nueva Jersey, vivió los embates de la Gran Depresión, sirvió en el ejército durante la Segunda Guerra como traductor de prisioneros alemanes del Afrika Korps y estudió economía cuando Keynes aún estaba vivo.

De ahí que al preguntársele sobre el nuevo gobierno de EE.UU., con Trump a la cabeza, Harberger responde como quien ha vivido 23 períodos presidenciales. Pero además, desde la posición de ser quién es: uno de los íconos de la Universidad de Chicago y, como tal, del modelo de economía de libre mercado.

De visita en Chile por centésima vez en el curso de 60 años, el reconocido como padre de los Chicago Boys locales comenta que hay varios aspectos de la nueva presidencia que le preocupan. Uno de ellos, el proteccionismo, pero dice que su esperanza es que el mandatario "incorpore lecciones de la ciencia económica en sus políticas exterior y comercial". Lo otro, la baja tolerancia de Trump a las críticas, cuando en su cargo se debe tener "¡cuero de rinoceronte!".

¿Qué le parece el debut de Trump?

Es un fenómeno sobre el que nadie sabe qué hacer o hacia dónde va. Me parece que debe haber tenido serias dudas sobre la posibilidad de ser electo y que por eso no estudió ni la historia ni la tradición presidencial, llegando al gobierno como un niño impetuoso, cuya personalidad me preocupa mucho. Sus palabras después de asumir causaron una depreciación del peso mexicano de 25%, por ejemplo, lo cual es un enorme trastorno para muchas personas y empresas. Luego, amenazar con un arancel de 20% a las importaciones de México no refleja mucha reflexión: gran parte del comercio entre ambos países es la maquila, en la que la producción va y vuelve entre las dos naciones hasta que se completa. ¿Cada vez van a cobrar un 20% de arancel? Esta es su manera de presionar a las empresas estadounidenses a que reordenen su estructura de producción, lo cual es muy mala economía.

Pero a él le preocupa el déficit comercial con varios países.

Bueno, en realidad sólo la mitad de los países puede tener superávit. La otra mitad tendrá déficit. Es cierto que hay momentos en que un saldo externo negativo no es una buena señal, lo cual sucede principalmente cuando hay una huida de la propia moneda. Esto sucede en general cuando las políticas de gobierno fomentan inflación y el dinero pierde valor. Pero la otra forma de ver el déficit comercial es que gente de afuera está tratando de invertir en tu país. Normalmente esa inversión es bienvenida, porque genera crecimiento económico. Yo he observado, a lo largo de muchos años, el gran superávit de China. Pero con ese saldo a favor lo que ha estado haciendo China es en realidad alimentar al mercado de capitales del mundo, especialmente comprando bonos del gobierno de EE.UU. Entonces, mi esperanza es que Trump y compañía incorporen lecciones de la ciencia económica en sus políticas exterior y comercial.

¿Avizora una guerra comercial con otros países, principalmente China?

Ojalá que no. Mi impresión es que el crecimiento chino ha sido un milagro para China y para el resto del mundo, y que los beneficios de productos mucho más baratos y de buena calidad nos han favorecido a todos. Asimismo, desde el año 2000 el impulso que ha provisto el crecimiento de China ha sido paralelo al de EE.UU. en términos reales, que antes era el único motor para la economía mundial. Ahora, el hecho de que la tasa de expansión china haya bajado a 7%, igual genera mayor impulso que una tasa de 10% en 2005, con una base más baja.

¿Concuerda con las críticas de que su política económica ignora el cambio climático?

Tenemos dos oleoductos en EE.UU. que han sido paralizados por presiones políticas y creo que el elemento ambiental involucrado en eso es muy secundario. No se trata del daño que éstos le van a causar a EE.UU., sino que del hecho de que al menos en uno de los casos el petróleo viene de las arenas bituminosas de Canadá, que en realidad involucra bastante contaminación ambiental. Pero no existe la menor chance de que Canadá cierre estas operaciones. Si el petróleo va a EE.UU. o a China y Japón, el efecto ambiental es igual. De este modo, lógicamente, esa parte es idealismo no más expresándose en contra del oleoducto. Esta es la idea del comercio internacional: comprar las cosas donde sean más baratas.

¿Es más importante eso?

El problema político reside en que el beneficio de importaciones más baratas llega a todo el mundo. En EE.UU. nos llega a través de un menor precio del azúcar, del cobre, del arroz, ropa, zapatos, etc. Pero en el caso americano esto ha afectado a la industria manufacturera de nivel básico, como la de zapatos, ropa y sábanas, y ha habido enormes cierres de fábricas de este tipo, con la misma firma instalando una fábrica en China o Indonesia. En EE.UU., los beneficiarios de esto es la gente pobre. En la secundaria yo trabajaba 20 horas a la semana por 15 centavos a la hora y los sábados 12 horas por un dólar, y a veces nos daban propina. Pero uno no ganaba mucho y quienes vivimos la Gran Depresión tenemos cierta cautela con el dinero y no lo malgastamos. Entonces, yo sé bien cómo comprar barato. Estos zapatos -muestra los que está usando- me costaron US$ 20 hace tres años y los he usado todo el tiempo; esta camisa, US$ 20, y este pantalón como US$ 25, y los uso hace años. Y cuando voy a las tiendas veo cómo la gente pobre aprovecha estos precios. Este proceso de globalización, claro, afecta a algunos trabajadores, pero ha sacado a más de mil millones de personas de la pobreza. Esta ventaja bate las dificultades de quienes han perdido estos empleos manufactureros.

¿Cree que le será posible a Trump aumentar el gasto público, como ha dicho, mientras cumple su promesa de reducir impuestos?

Bueno, hay unos polvos mágicos… (risas). En serio, es imposible cumplir lo que él dice en el campo de gastos: bajar los impuestos, según él promete, y reducir el déficit presupuestario. En general, cuando los economistas y políticos prometen esto, dicen que el crecimiento va a generar más recaudación. Sin embargo, tendría que haber un crecimiento inimaginable para llegar a tener la recaudación que cubriera la brecha.

En esto seguramente va a tener oposición en el Congreso…

Yo no sólo espero, sino que predigo, que cuando estas cosas se discutan en el Congreso, el Tea Party, que no me gusta especialmente, va a causarle dificultades a Trump para que se materialice un gran incremento del déficit fiscal. La contra será de algunos republicanos, especialmente aquellos beneficiados por los gastos que se están aumentando, pero muchos demócratas van a aliarse, en este caso al Tea Party, en un esfuerzo bipartidista para controlar el gasto fiscal.

¿Cree que haya una crisis fiscal?

Pienso que es demasiado temprano para intentar prever toda una cadena de eventos. Pero un elemento que puede generar dudas es una importante alza de tasas de interés. En EE.UU., la deuda federal es de alrededor del 100% del PIB, pero algunos no cuentan el Seguro Social, lo que lleva el saldo a 175% del PIB. Hoy, con tasas de interés tan bajas, de 2% a largo plazo y 0% en el corto plazo, la carga fiscal de mantener la deuda es barata. Pero hay mucho precedente de tasas de 5% y 6%, y en términos nominales mucho más. En el caso de pasar de 2% a 6% se multiplica por tres el costo de mantener la deuda, y eso va a ser un problema en el evento de que haya una importante alza de tasas. Por otro lado, hay buenos economistas que creen que las tasas van a permanecer bajas por un largo período, en base a una superabundancia de ahorros a nivel mundial.

¿Y eso sería muy grave?

No, porque si tienes una deuda de 100% del PIB y el costo de mantener la deuda es de 2%, necesitas un 2% del PIB. Si eso pasara a 6% del PIB, significaría un gasto adicional de mantenimiento del 4% del PIB, que no es como una guerra mundial. En la Segunda Guerra Mundial llegamos a más de 50% del PIB.

Las políticas migratorias de Trump ¿tienen el potencial de dañar la economía, como dicen sus opositores?

La inmigración legal e ilegal está más o menos a la par y no sacamos mucho preocupándonos de eso. Pero en el tiempo de Reagan teníamos alrededor de tres millones de inmigrantes ilegales, para lo cual se aprobaron leyes para normalizar su situación. Ahora tenemos 11 millones y no cabe duda de que muchos esperan una normalización como la de los 80. Pero tal como esa expectativa hizo pasar el número de tres millones a 11 millones, ahora haría que en un par de décadas tengamos 40 millones. Luego, hay múltiples razones por las que no se puede mandar a 11 millones de personas de vuelta -están trabajando, tienen sus vidas hechas, no se pueden destruir familias-. Pero sí se podría distinguir a los ya ilegales de los nuevos ilegales, a quienes sí podría detenérseles la entrada. Seguir con la misma dinámica no parece viable ni política ni socialmente.

¿Cree que Trump logre terminar su período de cuatro años o piensa que es posible que se le haga un impeachment antes?

Creo que sería muy difícil que termine en un impeachment. Según la Constitución, esto se puede aplicar en casos de delitos muy graves y no para situaciones de mal juicio. El sistema mismo tiene sus llamados controles y balances, en que otras ramas del Estado pueden detener determinadas cosas -la legislatura y la Corte Suprema-, y si Trump no considera el consejo de gente con más experiencia que él, posiblemente algo de eso ocurrirá. Lo que me preocupa es el grado en que Trump aparentemente siente cualquier crítica como si fuera una ofensa contra su persona. El Presidente tiene que tener mucha capacidad de absorber mucha crítica. Más que cuero de chancho, ¡cuero de rinoceronte! Y hasta ahora no muestra eso.

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