Así es el público que va a Lollapalooza, que hoy inicia su versión récord

La fiesta musical espera totalizar 160 mil personas, superando la marca de 2013 y consolidándose como la cita más masiva del país. Según una encuesta del festival, la mayoría del público tiene entre 18 y 25 años, vive en el sector oriente de Santiago y es estudiante.




"Lollapalooza va a Sudamérica: donde está el dinero". Bajo ese título, la revista Billboard ilustró durante esta semana la exitosa expansión del festival norteamericano en el sur de mundo, con réplicas que lucen un paulatino crecimiento en convocatoria, ganancias y parrilla artística.

De algún modo, Chile es el caso más evidente. Tras alzarse como pionero en 2011, y luego de cuatro ediciones, la versión que se inicia hoy tiene el carácter de histórica: sus organizadores, la firma Lotus Producciones, proyectan una convocatoria de 80 mil personas por jornada, lo que supera la marca del año pasado -70 mil- y vuelve a consagrar a la cita como el evento musical más masivo del país, por sobre los megaconciertos -por ejemplo, Metallica juntó a 50 mil fans- o instancias masivas como el Festival de Viña, que totaliza 90 mil en sus seis días.

"Es una cifra récord y eso habla de una marca consolidada, en donde la gente no sólo compra antes de saber los nombres de los artistas, sino que también cuando se acerca el fin de semana del espectáculo. Ahí sube mucho la venta de tickets", explica Sebastián de la Barra, director de Lotus. El ejecutivo agrega que el arribo de más público les ha permitido definir un perfil de los asistentes, con el fin de obtener una base para proyectar mejor los artistas y la oferta de Lollapalooza.

 Según una encuesta de la productora, en la versión 2013 hay una concurrencia levemente mayor de mujeres (50,3% versus 49,7%), mientras que un porcentaje generalizado del público se concentra en una edad que va de los 18 a los 25 años (44,4%). El escenario desemboca en que gran parte de los asistentes son estudiantes (48,3%), donde domina la carrera de Ingeniería Civil. "En Chile, el aumento de la asistencia a festivales se ha dado en un público joven, pero también en otra gente que quizás nunca estuvo interesada en conciertos", detalla De la Barra.

Otro hito de esta edición también se empezó a fraguar en 2013. Debido precisamente al aumento de convocatoria será la segunda vez que la réplica local del festín musical que se hace en Chicago culmine con ganancias. Un saldo que también se explica en el trabajo consolidado con los sponsors, los que este año ascienden a 12 y que -según cifras desprendidas de la versión pasada- aportan entre US$ 1 millón y US$ 300 mil. De hecho, las mismas marcas han subido su presencia de distintas formas, como tiendas Paris, que ha impulsado campañas para incentivar el uso de bicicletas y el reciclaje de ropa, y que levantó una serie de recitales previos. Juan Diego Valdés, gerente de marketing de la firma, cuenta: "Lollapalooza es mucho más que un festival, es moda, es reciclaje, es juventud, es experiencia. Estos son valores y conceptos que están muy arraigados a nuestra marca y que buscamos potenciar".

Pero el robustecimiento del festival no sólo ha sido en números; también se puede medir en el mapa. Sao Paulo se sumó en 2012 y la próxima semana es el turno de Buenos Aires, otras dos plazas que -junto a Santiago- representan un atractivo mayor para las principales figuras de cada año, las que tienen una tarifa promedio de US$ 1 millón.

Judy Cantor-Navas, corresponsal de la revista Billboard en Los Angeles, profundiza: "Después de muchos años, Sudamérica ha materializado una industria de espectáculos muy estable. Además, las bandas ya saben que es un sitio donde puedes ganar plata y trabajar en las mismas condiciones de Europa y EE.UU.". De hecho, en entrevistas recientes, Farrell ha comentado que existe la opción de sumar una cuarta réplica de su evento en la región.

Sin embargo, la franquicia aún tiene rutas pendientes. En 2013, los promotores chilenos analizaron la posibilidad de adicionar un tercer día para este año, pero finalmente echaron marcha atrás: con una jornada extra, la inversión aumentaría a US$ 4 millones, debido a la mayor cantidad de artistas que habría que fichar, lo que obligaría a establecer tickets de mayor precio. "No sabemos aún si el público local está preparado para eso", dice De La Barra en torno a la cumbre musical que en Chile firmó un contrato por 10 años.

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