BBC: La tragedia de Lisa, una joven que murió por el poco conocido trastorno de diabulimia

El término no ha sido reconocido por las autoridades médicas, pero sí las víctimas. Lisa fue una de las diabéticas que si restringen su régimen de insulina, pierden peso. Pero también ponen en peligro su vida.




Lisa Day fue diagnosticada con diabetes tipo 1 cuando tenía 14 años de edad.

Su cuerpo no producía suficiente insulina así que, para mantenerse viva, tenía que inyectársela diariamente y cuidar su dieta.

Lisa murió el 12 de septiembre de 2015, tras sufrir durante años de diabulimia.

El término, que aún no ha sido reconocido médicamente, se refiere a los diabéticos que deliberadamente se aplican muy poca insulina con la intención de perder peso.

La hermana mayor de Lisa, Katie Edwards, compartió con la BBC extractos del diario que su fallecida hermana escribió después de recibir el diagnóstico, para alertar e ilustrar la presencia de un trastorno poco conocido.

El diario de Lisa.

El diario de Lisa.
"Falta sólo una semana y un día para mi cumpleaños. Yeh. ¡Yippii! No me aguanto. Realmente amo a Sam. No veo cómo él podría amarme a mí pues soy tan gorda y fea".

Lisa empezó a escribir el diario apenas se enteró de que sufría de diabetes tipo 1, en septiembre de 2001.

26 de diciembre 2001

"Me siento realmente gorda. Quiero perder peso. Creo que peso unos 57 kilos".

31 de diciembre 2002

"Tengo que inyectarme en un momento. Voy a llamar a Sam esta noche para que nos encontremos mañana. Acabo de forzarme a vomitar dos veces".

Mientras va pasando las páginas, Katie describe a Lisa: "Era mi hermanita menor. Era divertida, pero a veces seria. Tenía muchos amigos. Amaba la vida pero uno podía notar que había algo allá en lo profundo que la atribulaba".

"Siempre tenía como una sombra triste persiguiéndola a todos lados".

Lisa con su mamá, Doreen, en 2007.
"Hoy cené tocino y salchichas, y luego me provoqué un vomito y me deshice de todo eso".

13 de febrero de 2002

"Día sin uniforme. Me siento tan GORDA. Todo el mundo se veía bien hoy menos yo. Vomité mi comida hoy. Tengo que hacer mi tarea de arte rápido".

5 de marzo

"Estoy tan contenta y me siento muy bien. No he comido chocolate en 4 días y he perdido 6 kilos. Mike me envió un mensaje anoche y todo está bien. Tengo que aprender a no sonrojarme".

"Peso 55,8 kg.".

"Creo que soy bulímica".

Katie dice que su hermana estaba "muy, muy flaca" cuando fueron de vacaciones en 2009.

Katie cuenta que no se dio cuenta de cuán mal estaban las cosas. Ella y su madre sólo encontraron el diario recientemente.

"No estoy segura de qué empezó primero: la diabetes o los problemas de alimentación", le dice Katie a la BBC, mientras ojea las fotos de su hermana.

"Pero yo sé que antes de ser diabética, Lisa era completamente feliz, comía lo que quería y no tenía ningún problema de la comida".

"Cuando la diagnosticaron le dijeron que llevara un diario y que escribiera todo lo que estaba comiendo y registrara sus niveles de azúcar".

14 de marzo

"Me la paso obligándome a vomitar pues si no lo hago me siento culpable por lo que he comido".

"Mike se la pasó llamándome y enviándome mensajes. Sam no. He perdido 6 kilos, lo que es bueno".

15 de marzo

"Me siento tan gorda. Me odio. Mañana empiezo a trabajar en una tienda de mascotas. Hay un baile en FC mañana, voy con Holly".

18 de marzo

"Tuve una terrible 'hipo' al almuerzo. Estaba sentada con Mike y su novia. No creo que siga pensando que soy atractiva".

Casi todas las personas que tienen diabetes tipo 1 sufren de "hipo" en algún momento. Los hipos o hipoglucemia suceden cuando el nivel de glucosa en la sangre se reduce demasiado.

Entre quienes no sufren de diabetes, la cantidad correcta de insulina es producida en el momento indicado de manera que el nivel de glucosa no suba ni baje demasiado.

Pero entre quienes sufren de diabetes tipo 1, la insulina, la comida y la actividad física a veces no están bien balanceados y los niveles de glucosa se afectan.

A Lisa, como le ocurre a muchos diabéticos, "se le bajó el azúcar".

30 de abril

"Fui a bailar y al gimnasio hoy. ¡No me he provocado vómitos desde hace tiempo! Vi a Mike otra vez hoy. Un día muy aburrido".

En ese momento, Lisa no sabía de la diabulimia.

"Lisa fue cambiando con la diabetes", dice su hermana. "Los diabéticos tienen que fijarse mucho en lo que comen y yo creo que Lisa se fijó demasiado".

"Llegó al punto de no comer ninguna salsa, ni mantequilla ni nada. Se comía media papa horneada sola o un poco de pescado cocinado sin aceite ni nada. Y perdía muchísimo peso".

La "Programación de comida" de Lisa para la semana en la que quería perder 3 kilos. Varios días, aparte del desayuno "con leche descremada", sólo escribió "papa asada con arroz".

"Me acuerdo de que una vez mi mamá le dio un helado y estaba tan orgullosa de habérselo comido, pero se enfermó porque su estómago lo rechazó pues no había estado comiendo lo suficiente", recuerda Katie.

"Se me acabó la insulina esta mañana. Es decir: tengo suficiente hasta esta noche, así que tendré que tomar la mitad de la cantidad que normalmente tomo".

29 de mayo

"Odio ser diabética. No puedo comer cuando quiera (como no tener que comer en la noche) porque no quiero ganar más peso".

Katie recuerda cómo Lisa fue cambiando sus hábitos alimenticios a medida que el tiempo pasaba.

"Al principio era astuta -no comía mucho- pero cuando le dieron la bomba, se dio cuenta de que si no tomaba su insulina perdía peso de todas maneras; si no se la tomaba, podía comer las cosas que no debía".

Una bomba de insulina es un aparato que funciona con pilas y provee insulina regularmente a lo largo del día a través de un tubo diminuto y flexible insertado bajo la piel.

Le puede dar a quienes sufren de diabetes tipo 1 más flexibilidad.

15 de agosto

"He estado haciendo ejercicios para el estómago y el trasero, y yendo al gimnasio todos los días. No puedo hacer más o me voy a morir de agotamiento, pero quizás eso sea bueno porque estoy tan gorda".

"Mejor me pongo a quemar algo de lo que me comí, saltando o algo. Por favor déjame morir".

En este punto, en 2002, la familia de Lisa no se había dado cuenta de cuán mala era la situación.

"Los diabéticos están a cargo de su propio cuidado, ellos saben cuánta insulina necesitan y depende de ellos cuidarse", explica Katie.

"Mi familia y yo asumimos que ella sabía lo que estaba haciendo. No había nada que pudiéramos hacer y si ella sabía que estaba haciendo algo... básicamente ella tenía su vida en sus propias manos".

23 de octubre

"Fui a nadar hoy e hice unas seis piscinas. Aburrido. Tengo leche descremada escondida en mi cuarto para no tomar tanta grasa de la semidescremada".

12 de noviembre

"No fui al colegio hoy. He estado escribiendo este diario durante un año".

"Durante el año pasado me volví bulímica, pero estoy mejorando".

"He perdido más de 9 kilos. Ahora peso 47 kilos".

"Acabo de vomitar unas papitas fritas. De pronto trato de vomitar más. Estoy tan GORDA".

13 de noviembre

"Volví al colegio hoy. Lesley y Phoebe se pelearon. Yo vomité una pasta, comí demasiado. No quiero perder más peso antes de ir al hospital en dos semanas".

25 de noviembre

"¡Falta un mes para Navidad! Tengo muchas ganas de ir al hospital el jueves, para poder almorzar sin sentirme culpable, pero me asusta mi peso. Me sentí mal el sábado porque no comí donde Holz".

4 de diciembre

"Joe y Tom mandaron un mensaje. Me dijeron que soy muy atractiva. ESTUPENDO, mi pérdida de peso está dando frutos".

Katie cuenta que a su hermana le fascinaba "hornear pasteles y cocinar curris", pero añade que se los comía "porque no tomaba su insulina".

"Con el tiempo, se dio cuenta de que podía incrementar el azúcar en su sangre, no tomar insulina, comer lo que quisiera y perder peso en todo caso".

"No era que se atiborraba de postres, gaseosas o dulces, pero cuando se trataba de comer, literalmente comía lo que quería".

Lo que le causó unos efectos secundarios horribles y, según Katie, "problemas con su estómago y con sus pies".

"Se fue poniendo peor y peor, y uno lo puede ver en esta foto. ¿Ves cuán rosadas están sus mejillas? Esa es una de las señales".

"Cuando uno la veía, si sus mejillas estaban de ese color, uno sabía que no se estaba tomando la insulina", dice Katie.

Lisa también empezó a sufrir graves dolores estomacales.

"Tenía una condición que hacía que cuando comía, su estómago no procesara la comida y salía igual por el otro lado y le daban unos dolores terribles. Se la pasó entrando y saliendo del hospital entre enero y abril del año pasado".

"Le dijeron que se había hecho ese daño por no usar bien la insulina y eso la deprimió".

La siguiente fue una de las últimas cosas que escribió Lisa en este diario.

23 de junio de 2004

"Siento como si lo fuera a lograr, ponerme mi vestido rojo otra vez y perder unos 6 o 9 kilos antes de septiembre".

Lisa Day de vacaciones con su mamá Doreen y su hermana mayor Katie en 2009.

La mamá de Lisa aún conserva el estrechísimo vestido rojo que obsesionaba a su hija.

"Lisa dijo millones de veces: 'Ese vestido es mi meta', lo cual es muy triste. Se moría por volvérselo a poner".

"Desde que murió -dice su hermana- me he ido dando cuenta de todo lo que tuvo que hacer y cuán difícil debió haber sido para ella".

"Yo sabía que ella tenía que tomar insulina, pero no cuán involucrada tenía que estar. Y eso de la diabulimia... yo no sabía que otra gente la sufría y sólo me enteré después de que murió".

"Es muy triste. Si Lisa hubiera recibido ayuda hace 10 años, quizás estaría con nosotros porque se habría cuidado", lamenta.

Lisa con su sobrina Grace.

Organizaciones como la británica DWED (Diabeticos con trastornos alimentarios) están haciendo campaña para que la diabulimia -omitir insulina para perder peso- sea reconocida oficialmente como un trastorno alimentario y psicológico.

Este lunes se cumple un año desde que Lisa falleció.

"Fue la semana más horrible de mi vida", dice Katie.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.