Big Eyes: el tributo de Tim Burton a la artista de los grandes ojos

La cinta del director de Ed Wood llega el 12 de febrero a Chile y cuenta la vida de Margaret Keane.




Corre el año 1994 y Tim Burton vive sus días de gloria. Ha triunfado en boleterías con Batman 1 y 2, pero también ha sido capaz de fascinar a la crítica con Beetlejuice y El joven manos de tijeras. Ahora, con guión de Scott Alexander y Larry Karaszewski, está a punto de estrenar Ed Wood,  su esperada cinta  sobre el "peor director de cine de todos los tiempos". Para un pequeño rol como la estrella de cine B Vampira, Burton apuesta todo a la modelo Lisa Marie, quien es además su flamante nueva novia. La película gusta a los críticos, pero fracasa en la taquilla. Burton, por primera vez, sale herido  tras un estreno y, buscando alejarse de Los Angeles, viaja a un pueblo al norte de California. Ahí vive una artista de 61 años que todos los días reza a Dios, todas las tardes reparte volantes de los Testigos de Jehová y todas la mañanas pinta animales, niños y adultos de grandes ojos. Esa mañana, ella hará el retrato de Lisa Marie, que llega acompañada de Tim Burton.

Dos décadas después, Lisa Marie es sólo una sombra en la vida sentimental de Burton, pero Margaret Keane  (1927) aún es una inspiración, un consuelo y, sobre todo, una figura con la que  Burton suele identificarse.

Nunca aceptada en los circuitos artísticos establecidos y al mismo tiempo enormemente popular entre el público, Margaret Keane fue por excelencia la artista de los suburbios americanos en los años 60. Sus pinturas llenaron paredes y  paredes de las grandes casas de la generación del baby boom desde fines de los 50 a mediados de los 60. Su marca registrada exterior fueron aquellos ojos desmesurados, mientras que su signo interno fue  una tragedia de la que estuvo a punto de no salir: durante 15 años su  esposo, Walter Keane, hizo pasar los cuadros como propios mientras ella pintaba hasta 16 horas diarias encerrada en una habitación. Sólo en 1970 se atrevió a decir  públicamente en radio que Walter  era un estafador de primera línea y un artista de cuarta categoría.

La nueva cinta de Tim Burton, que se llama Big eyes, registra las luces y sombras de la vida de Margaret Keane, interpretada por Amy Adams. En el rol del inclemente Walter Keane está Christoph Waltz (Bastardos sin gloria), mientras que Danny Huston encarna al reportero Dick Nolan, el periodista que se encargó de alimentar la falsa carrera de Walter y, luego, de sepultarla.

La película tuvo la semana pasada su premiere en el Museo de Arte  de Los Angeles, en general con buenas críticas. Su estreno comercial  en EE.UU. será el 25 de diciembre, mientras que a Chile llega el 12 de febrero.

Señalada por Variety como una candidata casi segura a los Globos de Oro, Big eyes tiene un tono levemente ligero: trata de mostrar la vida de Margaret Keane como una tragicomedia que encuentra la luz al final del túnel. Es más, sus primeras escenas exhiben con claridad la atracción que Walter ejerce sobre Margaret en una plaza de San Francisco, mientras ambos asisten a una exposición al aire libre. Separada de su primer esposo y con una hija a cuestas, Margaret se refugia en el espíritu emprendedor y en la  verborragia de Walter. El, sabiendo que es una artista frustrado, tiene en principio una  sana devoción por su estilo naïf y de tonos pastel. Luego, claro, aflorará su  habilidad comercial, su galopante mitomanía y unos celos psicopáticos.

Margaret Keane vivió una década (entre 1955 y 1964)  a la sombra de Walter, que vendía los cuadros de su esposa bajo la neutral firma de Keane. A fines de los 50, Margaret se enteró que Walter hacía pasar las pinturas por suyas cuando en una recepción  a la que ambos asistían, una de las anfitrionas la inquirió: "¿Y usted también pinta?".  Tras el incidente, ella confrontó a Walter pero decidió guardar silencio por temor a sus arranques de furia y porque era él quien manejaba la economía del hogar. Fue también en los años 60 que varias celebridades de Hollywood (entre ellos, Jerry Lewis, Joan Crawford, Natalie Wood y Kim Novak) pidieron ser retratados por la famosa firma Keane.

Finalmente, en 1982, ambos ex esposos comparecieron frente a un juzgado en Honolulu (Hawaii). Margaret, siempre a la defensiva, recurrió a un experto abogado. Walter, fanfarrón empedernido, se defendió solo. La prueba final del juez tiró por la borda cualquier palabrería extra: ambos debieron pintar en vivo y en directo. Margaret terminó en 53 minutos un clásico retrato de grandes ojos al estilo Keane. Walter se excusó por una supuesta inflamación en el hombro. Tres semanas después, el estafador debió cancelar 4 millones de dólares a su ex mujer por daños y perjuicios varios.

La nueva cinta de Burton, un proyecto que según los guionistas fue concebido al mismo tiempo que  Ed Wood y tardó 20 años en encontrar financiamiento, es tal vez la última reparación pública al arte de Margaret Keane.

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