Biógrafo, vaticanista y ex asesor analizan la visita del Papa a Chile

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El lunes el Vaticano confirmó la visita del Papa Francisco a Chile entre el 15 y 18 de enero de 2018. Un viaje que incluirá Perú, pero que dejó fuera a su natal Argentina. Tres conocedores del Pontífice analizan el momento en que realiza la gira y abordan las razones detrás de los destinos elegidos.




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El Vaticano confirmó el lunes la visita del Papa a Chile. Será el cuarto viaje a Sudamérica (si se incluye el de Colombia en septiembre). Sin embargo, Francisco sigue sin ir a su natal Argentina. ¿Por qué cree que se ha postergado tanto ese viaje?

Será, de hecho, el séptimo país visitado de América Latina: fue a Ecuador, Bolivia y Paraguay en julio de 2015; Cuba en septiembre del mismo año; México en febrero de 2016, pisando Cuba nuevamente en el camino, y Colombia en septiembre. El primer viaje fue de 6 días agotadores, México fue de 5 días, Colombia 5 días, y este viaje - a Chile y Perú - será de 6 días. De ahí se desprende que no hubo tiempo para incluir a Argentina, y lo visitará junto a Uruguay en otra ocasión. Seis días es el máximo normal para este Papa.

En Chile visitará la región de la Araucanía (irá a Temuco) e Iquique, además de Santiago. ¿Por qué cree que el Papa eligió esas ciudades?

Veo que la elección calza con los viajes anteriores en dos sentidos. Uno, quiere ir a donde no fue San Juan Pablo II. Segundo, quiere visitar las periferias geográficas, además de sociales: Temuco por su presencia indígena y las tensiones sociales sobre la tierra, Iquique porque es un lugar de inmigración y cerca de la frontera. Sé que no se debe comparar, pero me recuerda un poco la visita que hizo a Chiapas en la frontera sur de México y Ciudad Juárez en la frontera del norte, lugar de inmigración.

Hoy se escuchan críticas más abiertas contra el Papa de parte de sectores conservadores. ¿La figura de Francisco sigue teniendo el nivel de popularidad que tuvo al inicio o cree que ha perdido parte de ese atractivo inicial?

Yo lo pondría así. Muchos de los que al principio del pontificado estaban preocupados ahora están en una oposición abierta y descarada. En este sentido, la resistencia al pontificado es más fuerte y más ruidosa. Pero sigue siendo una minoría pequeña, aunque poderosa en recursos y capacidad de levantar su voz. Creo que, por lo general, los obispos y cardenales están muy firmes en su apoyo al pontificado y en su admiración por el Papa. Un puñado de obispos de EE.UU, muchos obispos de Europa del Este, y algunos en Africa están abiertamente en contra. Pero la abrumadora mayoría de los obispos de Europa occidental, América Latina y Asia están felices.

El factor del obispo Barros de Osorno se planteó en su momento como un tema que podría dilatar el viaje papal. ¿En qué medida cree que ese tema influyó y cómo piensa que lo enfrentará el Papa en su visita?

Quiérase o no, será un tema, porque los laicos y los sacerdotes en Osorno están muy movilizados, y saben articular muy bien su disgusto. Lo que no sé es cómo Francisco abordará el tema. Lo que podría hacer es pedir a los osorninos, en una reunión privada, misericordia y clemencia con su obispo, y fidelidad y obediencia al Papa, porque no hay forma de cambiar su decisión. Pero si se le aconseja que tal pedido será infructuoso, y que se agudizarían aún más las heridas y distancias, preferirá no reunirse con ellos. Otra cuestión interesante es si abordará el tema del abuso sexual. En México, no hizo referencia, a pesar del legado pesado de Maciel. Pero creo que la situación eclesial en Chile es distinta, y querrá decir algo al respecto. Y posiblemente encontrarse con las víctimas, como hizo en Filadelfia.

Andrés Beltramo

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"El retraso del viaje a Argentina es el gran misterio del papado"

Sorprendió que el Papa decidiera viajar a Chile y Perú y volviera a dejar fuera a Argentina. ¿Por qué cree que ha postergado tanto el viaje a su país natal?

Ese el gran misterio de este pontificado. Es una decisión del Papa. En Argentina todo el mundo me pregunta lo mismo, pero ni en términos extraoficiales ni oficiales puedo darles una opinión porque el Papa no ha hablado. Puedo decir mil cosas, porque se dice que es un asunto personal. Pero tampoco en el anterior gobierno fue. En este punto cualquier prudencia es poca porque él mismo ha venido desmintiendo todo tipo de especulaciones. La razón solo la sabe el Papa.

Inicialmente se había planteado que el Papa repetiría el itinerario de Juan Pablo II en 1987, es decir iría a Uruguay, Argentina y Chile. ¿Tampoco hay una explicación sobre las razones de ese cambio de itinerario'.

No, oficialmente no hay ninguna explicación. Eso fue siempre una hipótesis, estamos discutiendo sobre un hecho que nunca se confirmó. El lo había dicho, pero como una idea, como una posibilidad.

También se ha planteado que entre las causas estaría la supuesta falta de sintonía con el Presidente Mauricio Macri.

Yo creo que un viaje apostólico no tiene que ver con sintonías o no sintonías políticas. Hay muchos otros elementos detrás de un viaje apostólico. El Papa ha visitado a líderes de todo tipo de pensamiento político, entonces no veo por qué eso no debería ser aplicado en Argentina. Creo que minimizar todo el tema del viaje del Papa solo a un aspecto político o que el Papa esté de acuerdo con uno u otro proyecto político es reducir lo que es un viaje apostólico. Sería como decir que por la posición del gobierno chileno sobre el aborto, el Papa no debería ir a Chile, pero igual va.

¿En qué momento viene el Papa a Chile? Se han escuchado en el último año críticas de sectores conservadores que han cuestionado su última exhortación apostólica, Amoris Laetitia. ¿El Papa está hoy más cuestionado que cuando llegó o sigue gozando de apoyo?

A nivel popular sí, sigue teniendo apoyo, basta ver en los viajes apostólicos, y lo van a ver en Chile, la fuerza que logra transmitir el Papa. También se ve aquí en la Plaza San Pedro, en el cuerpo a cuerpo. Ese es su ámbito, su lugar, el espacio donde habita el Papa y eso se manifiesta sus gestos y sorpresas. Pero el Papa es también un hombre de gobierno y una cosa son los primeros años que por un lado son de presentación del Papa, del establecimiento de una idea que tiene el Papa y lo que quiere de su papado y las novedades que plantea. Y otra cosa es cuando se está en el cuarto año de pontificado, yendo al quinto, donde muchas cosas que el Papa está llevando adelante generan críticas, discusiones. No hay ningún Papa de este siglo o del siglo pasado que no haya sido criticado. Benedicto XVI, Juan Pablo II... si vamos para atrás la mayoría de los Papas han sido criticados. Que eso después desgaste su fuerza, es relativo. Seguramente tiene un impacto y abre discusión, pero yo todavía lo veo con una fuerza notable y enfrentando desafíos.

Federico Wals

Ex jefe de prensa del arzobispado de Buenos Aires:

"Es posible que haya un pronunciamiento sobre el tema del mar"

Una vez que se conoció el itinerario de la nueva gira del Papa Francisco a Sudamérica, varios analistas argentinos coincidieron en decir que no había expectativa de que visitara su país natal en 2018. ¿Lo cree así?

Yo no comparto ese análisis, porque la agenda del Papa en 2018 está en desarrollo y él en ningún momento confirmó lo contrario respecto a Argentina, en ningún momento dijo que en 2018 no va a visitar Argentina. De hecho, el 16 de mayo (la titular de Madres de Plaza de Mayo) Hebe de Bonafini recibió una carta del Papa Francisco donde ella le dice que está compungida porque no viene al país. Y cuando él le contesta le dice justamente que todavía no hay nada decidido sobre su viaje a Argentina. Eso, para mi, deja abierta la puerta (para una visita en 2018). Es cierto que la agenda del año que viene es bastante compleja, pero también es cierto que el Papa es un hombre que juega con el factor sorpresa. Yo creo que (de viajar) lo va a anunciar con mucha menos anticipación, sobre todo tratándose de Argentina, que se especula con el uso de su imagen, el uso político de su visita.

¿Considera que ese uso político del que usted habla ha pesado en la decisión del Papa de postergar su visita a Argentina?

Hasta no hace muchos meses, hemos visto un desfile incesante de argentinos en Roma, en la Plaza San Pedro, sacándose fotos. Desde referentes políticos, sociales, sindicales, funcionarios, detractores, de todo. El le ha puesto freno a eso de estar con el Papa, sacarse la foto con él. Pero también él está visitando países que realmente están necesitando o a los cuales quiere llevar su palabra de padre y de pastor. En Argentina lo tuvimos hasta 2013, fue nuestro obispo y nuestro cardenal, aunque no fue valorado. No fue profeta en su tierra.

¿Qué paralelos hace de la visita de Juan Pablo II a Chile en 1987 y la del Papa Francisco en 2018?

Una coincidencia es llevar un mensaje de paz y de encuentro, no porque el país se encuentre en una situación de desencuentro. Mostrar que la Iglesia está con los que más sufren y con los que más lo necesitan. Estar con lo migrantes, con los pobres, los indígenas. Creo que hay que estar atento a los gestos que va a tener de visitar un hospital, una cárcel. Va a ir a encontrarse con las personas, con las historias detrás de esos rostros. Además de volver, porque en su juventud ya estuvo en Chile. Vuelve a un país que conoce.

¿Qué se puede esperar del mensaje del Papa respecto al conflicto mapuche?

Respetando la política interna y sin hacer un juicio de valor sobre lo que se está trabajando en este momento, seguramente va a llamar a continuar el diálogo, a respetar a los pueblos originarios. El va a seguir haciendo hincapié en la mediación de la Iglesia. Va a ofrecer, como suele hacer él, toda su predisposición para resolver este conflicto.

¿Y cree que el Papa puede pronunciarse sobre el tema de la demanda marítima de Bolivia?

Es posible que haya un pronunciamiento en Chile, así como lo hizo en Bolivia (en 2015). Y como un pronunciamiento a resolver estas cuestiones en un marco de diálogo.

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