Bosh dice adiós

Chris Bosh

Un problema pulmonar, que lo había dejado sin jugar en los últimos dos años y medio, saca definitivamente de la liga al alero que junto a Wade y James ganó dos anillos con los Heat.




Para entender un poco lo que ha sido el desarrollo de la NBA en la última década, hay que remontarse inexorablemente al Draft de 2003. Hasta ese momento, no había dudas de que la cosecha 1984, que incluyó entre otros a Michael Jordan, Hakeem Olayuwon y Charles Barkley, había marcado un hito en la liga.

Durante 19 años, siempre se remarcó que aquel draft, que será recordado por la decisión de Portland Trail Blazers de seleccionar a Sam Bowie por sobre Jordan, resultaba incomparable en cuanto a calidad con todos sus predecesores. Eso hasta que asomó la camada de 2003, liderada por Lebron James y varios reconocidos actores "secundarios": Dwaye Wade, Carmelo Anthony y Chris Bosh.

Aunque de todos ellos, James siempre fue el que más se destacó, buena parte de su éxito la consiguió junto a Wade y Bosh, con quienes decidió reunirse en Miami en 2010, para acabar con la hegemonía del Oeste. Cuatro años reunidos, cuatro finales de liga, dos anillos de campeón, fue el derrotero de este trío en la NBA, que decidió disolverse tras haber caído inapelablemente en la definición de la temporada 2014 ante los Spurs.

James volvió a Cleveland para seguir sumando gloria. Wade se quedó un par de años más con el Heat antes de ser traspasado a Chicago antes del inicio de la temporada pasada. Bosh, en cambio, se quedó en Miami. Al principio, por amor a la franquicia, a la que llegó en 2010 procedente de Toronto. Pero desde 2016 no sabe lo que es jugar un partido. Más específicamente desde el 9 de febrero del año pasado, antes de que le detectaran la presencia de coágulos de sangre en sus pulmones, que podrían ocasionarle una embolia pulmonar en caso de seguir practicando el deporte al máximo nivel. Un diagnóstico que hoy lo tiene al borde del retiro, toda vez que un médico de la liga, tras una nueva revisión, mantuvo el diagnóstico inicial.

El primer aviso había sido durante el fin de semana del Juego de Estrellas de 2015. El ala-pívot debió ser internado de urgencia antes del partido del Este y el Oeste. Tras los exámenes, se tomó la decisión que no volvería a jugar más en esa campaña. Reapareció en la siguiente, pero apenas pudo disputar 53 partidos, antes de que le detectaran los coágulos. Desde ahí, que guardaba la esperanza de volver a jugar, ya sea con el Heat o con otra franquicia. En Miami ya no podrá ser puesto que decidieron dar de baja su contrato, para así liberar cerca de 25 millones de dólares en la nómina.

Por ahora, lo único que podría revertir su situación es que una nueva junta de médicos le permitiera volver a la alta competencia, algo que de todos modos asoma como muy improbable, tomando en cuenta los más de dos años que lleva conviviendo con los coágulos.

Dos títulos de NBA y un oro olímpico en Beijing 2008 resaltan en la carrera de este jugador, que aterrizó en los Raptors en 2003 y enseguida tomó el relevo de Vince Carter, quien un año después salió del equipo canadiense. Desde ahí, buscó su lugar entre los mejores de la liga, El reencuentro con sus viejos rivales universitarios en Miami, sería el momento más feliz de su carrera, que a los 33 años, por razones médicas. parece llegar a su fin.

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