Candidato de Correa gana primera vuelta y se enfrentaría en balotaje a empresario ex banquero

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Con un 80,6% de las mesas escrutadas, el oficialista Lenín Moreno gana con el 38,8% de votos. Guillermo Lasso obtiene un 28,5% de respaldo, con lo que obligaría ir a segunda vuelta




Tal como se esperaba y las encuestas vaticinaban, el candidato oficialista Lenín Moreno era el favorito en las elecciones presidenciales de Ecuador. Sin embargo, nadie esperaba que el resultado fuera tan estrecho. Con un 80,6% de las mesas escrutadas, el aspirante del Movimiento Alianza País obtenía la primera mayoría, con un 38,8% seguido del ex banquero Guillermo Lasso de la Alianza Creo, con un 28,5%. Detrás se encontraba la ex diputada opositora y ex candidata presidencial, Cynthia Viteri, con un 16,3% y el ex alcalde de Quito, Paco Moncayo (6,8%).

A pesar de que, según el Consejo Nacional Electoral (CNE), Moreno conseguía una victoria, el resultado no es suficiente para garantizarle la Presidencia en primera vuelta. El oficialista necesitaba triunfar con un 40% de los votos y una diferencia de 10 puntos sobre su rival más cercano. De mantenerse esta tendencia, el "delfín político" del Presidente Rafael Correa se enfrentará entonces a Lasso en un balotaje el 2 de abril.

Moreno, quien quedó parapléjico por un disparo en un asalto en 1998, se dio por ganador ayer cuando aún no se conocían los resultados oficiales y sólo existían encuestas de boca de urna. Basándose en ellas detalló que su partido había obtenido entre 40% y 44% de apoyo, y que Lasso alcanzaba entre 25% y 29% de respaldo, lo que lo llevaba a la Presidencia. "Hemos ganado las elecciones en justa lid", aseguró en Quito frente a sus seguidores.

"Hemos demostrado que haciendo campaña decente se puede ganar las elecciones", agregó. Según él, la "Revolución Ciudadana" impulsada por Correa, "no la para nadie".

No obstante, Lasso, del partido de derecha Alianza Creo y ex ministro de Economía y Energía (1999), aseguró en ese momento que había "segunda vuelta electoral en Ecuador".

Si los resultados  se mantienen, por primera vez desde 2006, cuando Rafael Correa fue electo Presidente, el desenlace de las elecciones no se resolvería en primera vuelta. Correa fue electo en 2006, nuevamente en 2009 y 2013. Tras 10 años en el poder, aseguró que por razones de salud no se postularía a un cuarto mandato.

Además de elegir entre ocho candidatos presidenciales y un vicepresidente, los ecuatorianos también debían escoger a 137 miembros de la Asamblea Nacional y a cinco parlamentarios andinos. Asimismo, debieron votar por un referendo impulsado por Correa que definía si los funcionarios públicos deben o no poseer cuentas en paraísos fiscales.

El panorama para Moreno, quien como vicepresidente impulsó programas dirigidos a personas con discapacidad, lo que le valió un gran apoyo y reconocimiento internacional, es difícil en segunda vuelta. Existen dudas de si el oficialista contará con el apoyo suficiente en el balotaje para llegar a la Presidencia y continuar con el legado de Correa.

Esto, porque si los dos otros candidatos opositores -Viteri, del Partido Social Cristiano y el Moncayo, de Izquierda Democrática- deciden respaldar a Lasso y efectivamente los votos logran traspasarse, Moreno estaría en problemas para asegurar su llegada al Palacio de Carondelet y continuar con las medidas impulsadas por Correa.

La década de Correa en el cargo ha sido considerada como el período más estable de la historia reciente del país. Al presidente ecuatoriano se le atribuye mejoras en los índices de desarrollo y en la modernización de la nación, que incluye obras de infraestructura pública, proyectos hidroeléctricos, de salud y educación.

Sin embargo, su gobierno también estuvo golpeado por casos de corrupción. Uno de ellos es el de la petrolera estatal Petroecuador, que tiene 24 casos abiertos por presuntos delitos como lavado de dinero, cohecho y enriquecimiento ilícito.

De consolidarse la victoria de Moreno en segunda vuelta, Ecuador se mantendría como uno de los pocos países de América Latina que continúa en el camino socialista, luego de que el movimiento sufriera duros reveses el año pasado en países como Brasil, Argentina y Perú.

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