Casi dos tercios de alumnos de 8° básico sabe menos que uno de 5° en matemáticas

El estudio siguió la trayectoria escolar de más de 183 mil alumnos en Simce, entre 2007 y 2011.




El curriculum escolar nacional establece metas de contenido mínimas que deben saber los alumnos al llegar a un nivel. Por ejemplo, en octavo básico los estudiantes debiesen saber sumar y multiplicar fracciones, entre otras operaciones. Sin embargo, la realidad arroja resultados muy preocupantes, ya que la mayoría de los alumnos no maneja los contenidos básicos para cada nivel. Para muestra un ejemplo impactante: el 64% de los estudiantes de octavo básico no domina la materia de matemáticas y su rendimiento equivale al de un niño de cuarto básico. Esta fue una de las conclusiones que arrojó un  estudio realizado por la Pontificia Universidad Católica y la Agencia de Calidad de la Educación.

El análisis siguió el rendimiento de un grupo de alumnos de cuarto básico que rindió el Simce de Matemáticas y Lenguaje en 2007 y  luego el mismo grupo dio ambos test en 2011. La muestra clasificó los conocimientos medidos por la prueba en base a las preguntas que hace el Simce para el segundo ciclo básico, entre quinto y octavo básico.

"El 64% no logra el nivel adecuado en ninguna de las materias de los años evaluados.  Estos niños tienen un conocimiento menor o igual al de uno de cuarto, ellos pasan por cuatro años de escolaridad y no lograron el estándar de aprendizaje y lo esperado por el curriculum", explica uno de los autores y académico de la PUC, Miguel Nussbaum.

A juicio de los expertos, una de las razones que explicaría los malos resultados sería el cómo las escuelas enseñan. Chile tiene un sistema que funciona bajo el supuesto de que "todos los niños aprenden de la misma forma y al mismo ritmo y eso no es cierto, y lo demuestra el estudio. Es necesario reconocer los distintos ritmos, porque estamos engañando a los alumnos y no les enseñamos lo que el sistema promete", agrega Nussbaum, que además es consejero de la Agencia.

Una opinión que comparte el experto en matemáticas y académico de Facultad de Educación de la U. Diego Portales, Sebastián Howard: "Las lagunas de conocimiento se arrastran y se traspasan a la enseñanza media. Para frenar esto, a veces, los colegios hacen adecuaciones curriculares y adaptación del programa para atender necesidades especiales del aula".

Sin embargo, dice Howard, estas prácticas no son comunes y las brechas de conocimiento no "se detectan antes porque tenemos un sistema educativo que funciona como el siglo XIX, donde todos los alumnos son iguales".

Los resultados se replican en Lenguaje, donde el 39% de los alumnos de octavo básico no maneja los conocimientos de su curso. La edad curricular de este grupo es de tercero básico. "Los resultados reflejan que el sistema ignora la situación y no se hace cargo de los rezagados. El problema se acentúa producto de la organización del sistema, porque el aprendizaje es progresivo  y secuencial. Es decir, uno tiene que dominar unos conocimientos antes de poder seguir", explica otra de las autoras e investigadora del Centro de Estudios de Políticas y Prácticas en Educación  (Ceppe), Magdalena Claro.

SISTEMA VS. HETEROGENEIDAD

A medida que el alumno va avanzando de curso, las brechas de conocimientos se van agrandando. Según el análisis, al 66% de los estudiantes que en cuarto básico obtuvieron un mal desempeño mantuvieron su rendimiento al llegar a octavo básico. Es más, sólo un 9% logra revertir la situación (ver infografía).

Howard insiste en que el sistema educativo no está cumpliendo su promesa porque "los estudiantes no están aprendiendo lo que tienen que aprender en el colegio.  No es posible seguir enseñando de la misma forma, porque los niños no están aprendiendo".

Si bien en los últimos años los gobiernos de turno han cambiado el curriculum escolar,  a juicio de Nussbaum, las modificaciones han apuntado a lo mismo. "Son distintos tonos sobre la misma música, meras adecuaciones, pero nadie ha mirado el curriculum para definir qué es lo esencial que deben aprender los alumnos para que ningún niño de Chile salga de las escuelas sin saber  lo básico", dice.

El también consejero agrega que el curriculum no ha sido apropiado para los niños chilenos. "La pregunta, entonces, es cuál es el curriculum que necesitan los alumnos y qué realmente podemos entregarles", dice.

Los autores del estudio advierten que los resultados "muestran primero, una preferencia del sistema educativo por promover a la mayoría de los estudiantes, sin asegurar el dominio de los conocimientos y habilidades fundamentales definidos para cada año académico. Segundo, al comparar grupos y tipos de colegios se observa un peor rendimiento en sistema público (al que asiste el 92,4% de los estudiantes entre municipales y particulares subvencionados) en relación al privado, tanto en matemáticas como en lenguaje, y del nivel socioeconómico más bajo en relación al alto".

Para Howard "el camino esencial es diferenciar el curriculum de acuerdo a las necesidades de cada uno. es decir, si seguimos haciendo lo mismo para todos iguales seguiremos teniendo malos resultados, por lo que la manera de hacer clases debe cambiar de manera radical, no sólo adentro de las salas, sino en la estructura del sistema".

Según Magdalena Claro, lo importante es fijar un "estándar y asegurarnos que todos  aprendan un  mínimo que le permita seguir avanzando en su aprendizaje. Esta es la única manera y también tenemos que preguntarnos si nuestros profesores están preparados para trabajar con diversidad. De no estarlo, hay que prepararlos".

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