El chavismo y la oposición se juegan su futuro en las regionales de este domingo

Héctor Rodríguez, venezuela
El oficialista Héctor Rodríguez, que compite por la gobernación de Miranda, saluda a sus partidarios, el lunes en Caracas, Venezuela.

Los venezolanos elegirán a los líderes de las 23 gobernaciones en unos comicios que podrían estar marcados por la abstención.




La oposición a Nicolás Maduro quiere provocar un "terremoto político" en Venezuela. Los venezolanos acudirán este domingo a las urnas para elegir a sus representantes en 23 gobernaciones del país y la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) espera obtener el liderazgo en al menos 18 de los estados que están en juego. Según un sondeo de la encuestadora Datanálisis, un 44,7% dijo que votaría por un candidato antichavista.

La alianza opositora esperaba estas elecciones hace meses. Debían haberse realizado en diciembre de 2016, pero el gobierno -hundido en las encuestas- y con la ayuda del Consejo Nacional Electoral (CNE), encontró la forma de retrasarlas.

Según los sondeos, el Ejecutivo chavista podría salir mal parado de estos comicios. Encuestas como las de Datanálisis, la más seria del país, auguran que Maduro efectivamente podría perder el control de la mayoría de las 20 gobernaciones que en este momento están en su poder.

Para poder usar a su favor la ventaja que le entregan las encuestas, la oposición intentó en la recta final de la campaña combatir la última estrategia del oficialismo, que condicionó el voto como un apoyo y reconocimiento de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), un órgano plenipotenciario que a pesar de todas las críticas y amenazas de la comunidad internacional, se instaló a principios de agosto.

"Mucha gente piensa que se es fuerte, se es radical, se es contundente diciendo yo no voto, pero si nos ponemos a pensar un segundo nos damos cuenta que esta posición que parece tan fuerte, tan radical, tan determinada, termina regalándole a Nicolás Maduro un voto", aseguró el miércoles el titular del Congreso, Julio Borges, en un intento por captar votantes.

La ANC chavista está integrada exclusivamente por miembros del oficialismo que fueron elegidos en unos comicios que no contaron con la participación de la oposición y que fueron considerados "fraudulentos" incluso por Smartmatic, la empresa que se encargaba de las votaciones electrónicas en Venezuela. Este domingo, la empresa argentina Ex-Clé S.A. estará a cargo de la votación.

Según los analistas, con su estrategia el oficialismo busca desincentivar la participación. El mismo Maduro aseguró el jueves que todo aquel que vote durante la jornada estará votando por la Asamblea Nacional Constituyente. "Todo el que salga a votar, porque es la ANC quien los convoca, quien organiza", detalló Maduro a través de un programa de la estatal VTV.

Desde el anuncio de su creación, la oposición ha tildado a la ANC de "ilegítima". Por esta misma razón es que los ciudadanos que se oponen a Maduro se encuentran divididos sobre participar o no en las elecciones regionales.

Las encuestas cifran en 60% la participación. En los últimos comicios, las legislativas de 2015, votó el 74% del padrón electoral. En las elecciones regionales de diciembre de 2012, la abstención fue de 46,06%.

Venezuela está enfrascada en una crisis política, social y económica, por lo que la cita electoral es considerada clave para el futuro del país. Pero para la MUD, la participación es también clave, ya que en estos momentos no cuenta con una ciudadanía movilizada en las calles.

Desconfianza

Los opositores del gobierno de Maduro protestaron desde el 1 de abril hasta fines de julio en Caracas y otras ciudades del país, pero tras las elecciones de la ANC la efervescencia se esfumó. Además de la falta de desmotivación provocada por distintos motivos (entre ellas la escasez de alimentos y medicinas y las 125 muertes durante las manifestaciones) la fuerte desconfianza que genera el Consejo Nacional Electoral (CNE) ha provocado que algunos rechacen el proceso electoral.

La oposición denunció esta semana una serie de "obstáculos", como la reubicación de 273 centros de votación (lo que afecta a 715.000 electores de un total de 18 millones) y también la imposibilidad de sustituir a los candidatos que fueron puestos en los votos antes de las primarias de la oposición, situación que podría generar varios sufragios nulos.

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