Un chileno historiador ruso

historiador

Tiene 27 años, vive en San Petersburgo, trabajó en el Transantiago y se formó académicamente en el país euroasiático.




Sebastián Barrios tiene 27 años y desde 2010 que dejó Chile para instalarse en Moscú. No tiene ancestros rusos ni nada que se le parezca, creció en Chillán, pero siempre estuvo obsesionado por aprender el idioma, las costumbres y la historia del país euroasiático. Durante los días de la Copa Confederaciones, sin embargo, sirve de intérprete y guía de la producción de Mega en la capital de la sede del campeonato.

¿Cómo logra trasladar su vida a Rusia?

En Chile estudié dos años administración pública en la Usach, pero no me gustó. Yo siempre me quise venir a Rusia, por lo que al segundo año decidí hacerlo. Trabajé en el Transantiago como operador de ruta, junté dinero, luego presenté los papeles en el consulado ruso, me dijeron que sí y el 11 de noviembre aterricé en el aeropuerto Sheremétievo de Moscú.

¿Por qué venirse a estudiar lingüística a Rusia?

A mí siempre me gustó el idioma ruso. No sé por qué, pero siempre quise hacerlo. Pero en realidad no estudié lingüística, sino que filología. En San Petersburgo estudié filología alemana y después cambié un poco mi perfil y me metí a estudiar historia contemporánea rusa, que terminé hace tres semanas.

¿Cuál es su profesión, entonces?

Filólogo e historiador.

¿Y su idea es quedarse en Rusia para siempre?

No lo sé, la verdad de las cosas. Tenía pensado irme para Alemania, pero decidí quedarme un año en más Rusia, porque un año antes de terminar mi magistratura empecé a trabajar dando clases de español.

¿Cómo surge la posibilidad de trabajar con Mega?

Para el sorteo de las Eliminatorias que se hizo hace dos años, vinieron de la producción de Mega y consultaron por personas que pudieran asistirlos. Una amiga del consulado chileno, Catia, me dio el dato y nos contactamos. Desde ahí, cada vez que vienen me piden colaboración.

¿Qué hace en Rusia además de estudiar?.

En San Petersburgo, donde vivo, somos pocos chilenos, más o menos 10. Hacemos fiestas chilenas, con empanadas, sopaipillas, hasta chicha hice, pero lamentablemente a mis compatriotas no les interesa mucho.

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