Científicos investigarán isla inexplorada de la Patagonia

Proyecto Ultima Patagonia, que suma decenas de descubrimientos en islas Madre de Dios, anuncia expedición a isla Diego de Almagro.




El archipiélago Madre de Dios, en la Región de Magallanes, es uno de los lugares más lluviosos del país; cada año caen unos 10.000 mm de agua y la temperatura promedio no supera los 4°C. Sin embargo, tiene grandes estructuras de piedra caliza, típica de los mares tropicales. Están ahí hace miles de años.

Las llaman "glaciares de mármol" y es el lugar explorado por las seis expediciones Ultima Patagonia, realizadas entre 1995 y 2010 por investigadores chilenos y franceses agrupados en Centre-Terre, que reúne a científicos del Centro Nacional para la Investigación Científica (CNRS) de Francia, de universidades nacionales e internacionales, además de deportistas. En 15 años, el equipo descubrió desde ecosistemas que se creían extintos hasta pistas sobre las costumbres de los kawésqar.

Hace una semana publicaron Los Glaciares de Mármol, un libro con sus principales hallazgos que difundirán en 2013 buscando conseguir los fondos necesarios para volver a las islas patagónicas en 2014. Esta vez, el lugar elegido es la isla Diego de Almagro (la que ya habían visitado superficialmente en 1995), un lugar de muy difícil acceso y en la que esperan hacer aún más descubrimientos que los realizados en isla Madre de Dios, donde hallaron vestigios de la cultura kawésqar, evidencia geológica de la última glaciación, y hasta nuevas especies.

"Diego de Almagro es una isla desafiante por el clima, que es extremadamente difícil, sobre todo sin instalaciones logísticas. La falta de un campamento construido, la obligación de permanecer y trabajar en la isla con total autonomía durante dos meses es algo que deberemos resolver", cuenta a La Tercera Bernard Tourte, espeleólogo francés y jefe de la expedición. "Es una zona compleja, que tiene la misma geomorfología que Madre de Dios y que arrojó impresionante información sobre cambios en la Tierra de hace 500 mil años", dice Marcelo Agüero, espeleólogo y líder de la parte chilena de la expedición.

La preexpedición está en marcha e incluirá tratativas para conseguir el apoyo de los gobiernos, además de la planificación logística y de los proyectos científicos.

Los descubrimientos

Los expertos de Ultima Patagonia llegaron a Chile en 1995, tres años después de que Richard Maire, geógrafo y espeleólogo del CNRS, descubriera, en un artículo científico, la presencia de formaciones de piedra caliza en las islas del sur.

Maire destaca entre los principales hallazgos arqueológicos de Ultima Patagonia los encontrados en la gruta del Pacífico, que tenía pinturas rupestres kawésqar (descubiertas en 2006). Además, "en 2000 ya se habían hallado sepulturas en las grutas, con osamentas humanas de hace 4.500 años", dice. En el lugar también encontraron restos de fogones y moluscos, que muestran que los kawésqar atravesaron zonas de Madre de Dios para llegar a sitios más favorables para la pesca y la caza.

A ello se suman los análisis de depósitos morrénicos (sedimento glaciar) en la cueva de la Morrena, ubicada en la isla de Guarello, y que datan de la última glaciación. "Estos depósitos registraron la evolución de los glaciares hace más de 20 mil años, pero también el momento del deshielo entre 20 y 10 mil años. Las solidificaciones de la gruta se volvieron a formar hacia los nueve mil años, cuando la vegetación (bosque magallánico) se desarrolló", explica Maire.

¿Qué esperan para la futura expedición? Maire cuenta a La Tercera que el principal objetivo es continuar con la exploración de los "glaciares de mármol" y encontrar cavidades profundas en la piedra caliza, mármol y piedra arenisca. "Esperamos encontrar abismos profundos y vamos a tratar de averiguar si hay restos arqueológicos de los kawésqar (abrigos rocosos y cuevas costeras). También vamos a estudiar el levantamiento de la isla debido a la desaparición de glaciares. Este levantamiento es tres veces más grande que el de Madre de Dios", cuenta. Ya lo saben: no será una tarea fácil. "El relieve es muy empinado, pero el paisaje es excepcional", concluye.

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